Reconocimientos con hechos y derechos

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Comienza el curso político tras las vacaciones estivales. Esas vacaciones que para el señor Feijóo están sobrevaloradas, aunque él bien que se las coge. Obviamente en este comienzo de curso político va a ser impepinable que debatamos sobre la gestión forestal tras la oleada de incendios que ha asolado este verano nuestra tierra. Una gestión que depende de la consejería de cartón piedra que fue una concesión a Vox para que hiciera presidenta a la señora Guardiola, y por la que en dos años han pasado la friolera de tres consejeros.

Una consejería que era un cajón desastre donde se mezcló la prevención y gestión forestal con la tauromaquia, la caza y los regadíos. Han tenido que quemarse 45.000 hectáreas para que la señora Guardiola se decida a hacer cambios que mejoren la eficiencia de una consejería clave para la salud de nuestro medio natural. Hemos visto con el corazón en un puño cómo numerosos pueblos eran desalojados o confinados por la cercanía de las llamas para que se decida a darle la medalla de Extremadura al INFOEX. 

Una medalla más que merecida, pero que llega tarde. Una medalla que deja fuera a los agentes del medio natural que han tenido y tienen también un papel decisivo en la extinción de los incendios. Un colectivo que no puede ni debe seguir siendo maltratado por un gobierno que les niega la existencia como policía medioambiental que son. 

Los reconocimientos están bien pero lo mejor sería avanzar en verdaderas mejoras laborales para los colectivos. Los bomberos extremeños (como los agentes del medio natural) llevan décadas exigiendo mejoras en sus condiciones laborales sin que este gobierno, ni los anteriores, les hayan hecho demasiado caso. Las mejoras han llegado a cuentagotas. 

El mejor recogimiento se demuestra con hechos y con derechos. Por eso, espero que después de este 8 de septiembre la señora Guardiola se ponga a trabajar y desarrolle el Estatuto de Bombero Forestal en la región, que permitiría a los efectivos del INFOEX poder jubilarse a los 60 años. Algo que es de justicia, ya que nadie en su sano juicio puede entender que una persona con 63 años tenga que enfrentarse al fuego, en situaciones extremas.

El Estatuto de Bombero Forestal también permitiría que se les reconozca la peligrosidad y la penosidad porque no puede ser que la administración les equipare a, por ejemplo, al personal administrativo. 

Como digo es de justicia. Y es un compromiso que la sociedad, uno que espero que se cumpla, y no pase como pasó con los sanitarios durante la pandemia, que los aplausos no se tradujeron en mejoras.

Se lo debemos a ellos. Nos lo debemos a nosotros mismos. GRACIAS infinitas.