La provincia de Ourense lleva todo el mes de agosto ardiendo sin descanso. Este domingo son 12 los incendios que permanecen activos, a los que se suma uno que está estabilizado pero no controlado. En total, arrasan más de 50.000 hectáreas y siguen dejando un reguero de aldeas amenazadas por las llamas en las que los vecinos salen con lo que tienen a mano para defenderse.
El peor en extensión es el de Chandrexa de Queixa, con 17.500 hectáreas arrasadas, según las estimaciones de la Xunta. En Oímbra están ya calcinadas 11.000 y el fuego que empezó en a Mezquita ha quemado ya 9.500 hectáreas solo en territorio gallego. Este incendio ha pasado a la provincia de Zamora y ha provocado allí también desalojos.
Sigue descontrolado también el que comenzó el miércoles en Larouco, en la comarca de Valdeorras. Han ardido unas 6.000 hectáreas en ese municipio y en los de Petín, A Rúa, Vilamartín de Valdeorras, O Barco y Rubiá. Las llamas avanzan también hacia la provincia de León.
En Vilardevós, en el sur de la provincia, hay tres fuegos activos que arrasan 900, 500 y 100 hectáreas, mientras que en Carballeda de Avia son ya 1.300 las afectadas. En las últimas horas han empezado a arder otros puntos de la provincia. Hay un incendio en Xinzo de Limia (150 hectáreas), otro en Beade (100) y uno más en San Cibrao das Viñas (20).
La Xunta da ya por estabilizado el fuego que arrasó 150 hectáreas en el municipio lucense de Cervantes, en la zona de Os Ancares. En Pontevedra continúa activo el de Agolada, que ha quemado unas 400 hectáreas en la parroquia de O Sexo.