Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol
LOS GIGANTES DE INTERNET EN ESPAÑA

Señoras que llevan más de una década haciéndonos reír a carcajadas

Carlos Valladolid creó más de una decena de páginas de "Señoras que"

Lucía Caballero

En el ya lejano 2010, Facebook aún no se había inundado de gifs, memes sobre 'Juego de Tronos' ni recordatorios de momentos más o menos bochornosos que compartimos con algún otro usuario. Lo que abundaba entonces en los muros eran notificaciones sobre los nuevos amigos que hacían tus contactos y las páginas de las que se habían hecho fans.

Porque en aquella época no bastaba con un simple “me gusta”: había que hacerse fan. Los perfiles más ocurrentes ganaban adeptos por decenas. Si veías que alguien se declaraba admirador de un perfil llamativo, te sumabas a su elenco de fanáticos sin pensártelo dos veces.

Más que por su aspecto, las páginas seducían al público gracias a un título con gancho. Un nombre a la vez curioso y familiar. Algo como “Señoras que dicen ‘oyoyoyoyoyoy’ cuando se enteran de un cotilleo”, “Señoras que cuando oyen un teléfono en la tele piensan que es el de casa” o “Señoras que siguen todos los consejos de ‘Saber vivir y ahora son inmortales”. En 2010, las señoras que hacían cosas invadieron la red social de Mark Zuckerberg.

“Por entonces se viralizaban los grupos que llevaban frases graciosas, algo parecido a lo que ocurre con los tuits de hoy en día”, explica a HojaDeRouter.com Carlos Valladolid, el creador de más de una decena de páginas de “Señoras que…” y del blog del mismo nombre. Comenzó a abrir los grupos aquel año, el mismo en que lanzó la web precisamente para aglutinar los perfiles más originales e hilarantes de Facebook. Después de seis primaveras, las señoras siguen vivitas y coleando y el 'site' ronda las ocho millones de visitas diarias.

“No existía el concepto de redes sociales como ahora, ni el de ‘community manager’; iba aprendiendo por ensayo y error”, recuerda Valladolid. Nadie había pronunciado todavía la palabra meme —al menos con su actual significado— ni se hablaba de fenómenos virales. “Hacía cosas para las que posteriormente se ha inventado una nomenclatura”, cuenta este licenciado en Imagen y Sonido que, cuando comenzó todo, trabajaba en el Fnac de Callao, en Madrid.

Con el auge de Facebook se extendió también el ansia por compartir: entre 2010 y 2012, aproximadamente, los grupos y 'fanpages' de toda clase brotaban como setas en la red social. Las páginas de las que te hacías fan definían de algún modo tu personalidad: “Era una forma divertida de expresarse”.

Valladolid achaca el éxito de las señoras al sentimiento de “esto que me pasa a mí, le pasa a todo el mundo”, derivado de aquel comportamiento colectivo. “Nos dábamos cuenta de que había una generación de mujeres, que podían ser madres o abuelas, que tenían muchos hábitos en común”, afirma el madrileño.

El de las señoras “fue un fenómeno espontáneo al que se unió mucha gente anónima, algo que no era común entonces”. La tendencia tomó tal magnitud que incluso la serie ‘Amar en tiempos revueltos’ presumía de tener por fin un grupo de “Señoras/es que ven 'Amar' en RTVE.es y lo comentan por Facebook”. Y había una versión cinematográfica: la productora CasetteFilms parodió la vida de estas mujeres de edad avanzada en un cortometraje titulado ‘Señoras, el corto’.

Además de la página de las señoras cotillas, las que se confunden con el sonido del teléfono y las asiduas a ‘Saber vivir’, Valladolid administra las de “Señoras que saben más que Wikileaks pero se lo callan”, “Modernas que serán señoras con tatuajes” y “Señoras que ven a jóvenes volviendo de ‘after’ y piensan que han madrugado”.

La multiplicación de las señoras y las páginas

“Supongo que las ideas eran fruto de la experiencia”, explica el madrileño entre risas. Cuando creó los grupos no tenía que preocuparse demasiado por lo que pasaba dentro. “La gente se hacía fan de la frase simplemente porque salía en su ‘timeline’, como ahora se hace un retuit, pero luego no interaccionaban con nada”, indica Valladolid. Ni comentarios ni más “me gusta”.

“No fue algo premeditado. Lo hacía por pura diversión, pero me di cuenta de que tenía una audiencia enorme”, rememora. Una base de público que le permitió iniciar un nuevo proyecto rentable sin tener que empezar desde cero. Así es como nació el blog Segnorasque.com. “En esa época yo vivía con mis padres”, nos cuenta Valladolid. “Desde el principio estuvieron al tanto de todo, les gustaba que me hubiera inventado un trabajo tan curioso”.

En el blog comenzó con los grupos de Facebook, a los que siguieron el humor y las fotografías que ocuparon su portada durante varios años. El madrileño recuerda una ocasión en que la protagonista de un meme se puso en contacto con él porque intentaba lavar su imagen. “Quería que eliminara la fotografía de la página porque quería eliminar el contenido de internet”, recuerda.

“Ahora el contenido es de actualidad y más elaborado, sobre sociedad, redes sociales...” Valladolid prevé que la web vaya cambiando, debido a la velocidad de internet, pero sin perder su esencia.

El éxito de las señoras se fue esfumando hasta que, en torno a 2012, dejaron de aparecer nuevas páginas. Hoy, aquella manera de viralizar frases en la plataforma de Zuckerberg resulta impensable. “Facebook ni siquiera lo muestra ya en el ‘feed’ de noticias, no le da visibilidad a los perfiles por los que nos interesamos”, señala el impulsor de Segnorasque.com. El propósito de las ‘fanpage’ ha cambiado para convertirse el que conocemos ahora: servir de perfil oficial a empresas, artistas, organizaciones…

Afortunadamente, las ingeniosas frases continúan deambulando por la red social, como vestigios del pasado −rejuvenecidos algunas veces con actualizaciones recientes− para sacarnos una sonrisa. “Oyoyoyoyoyoy”, diría más de una si se enterara de que sus hábitos cotidianos todavía levantan pasiones.

-----------------------

La última imagen de este artículo es propiedad de Diego López Román

Etiquetas
stats