LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
Tras varios meses de infructuosas negociaciones, tensiones, divergencias, patronales y sindicatos han llegado a un principio de acuerdo para renovar el convenio de hostelería de Balears, que se encontraba encallado debido, según CCOO y UGT, a la falta de respuesta por parte de los empresarios ante sus reivindicaciones en materia salarial y social. Entre otras cuestiones, se contempla una subida salarial del 13,5% en tres años.
Ambas partes han alcanzado un consenso apenas unas horas después de que las entidades sindicales convocaran cinco días de huelga en el sector, que incluían manifestaciones en los principales puntos turísticos de las islas así como en el aeropuerto de Palma, principal puerta de entrada al archipiélago.
La Comisión Ejecutiva de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC UGT) había acordado este lunes la convocatoria formal de una huelga general en el sector para los días 10, 18, 19, 25 y 31 de julio, además de distintas protestas en Mallorca, Menorca y Eivissa en la primera jornada de los paros, que iban a ser de 24 horas.
La convocatoria de huelga, a la que estaban llamados cerca de 180.000 trabajadores, había sido comunicada a las patronales y la de las manifestaciones, a la Delegación del Gobierno, según UGT.
Las manifestaciones estaban convocadas el día 10 de julio con salida a las 09.00 horas desde el Paseo Marítimo de Palma (a la altura de la antigua discoteca Titos), el aeropuerto de Son Sant Joan, Playa de Palma (zona de las Maravillas), Alcúdia, Magaluf y Cala Millor, así como en Eivissa y Maó.
FeSMC UGT ha detallado que la manifestación de Son Sant Joan iba a tener lugar tanto en la zona de salidas como en la de llegadas y que el objetivo es “bloquear estos accesos” del aeródromo de la capital balear.
La convocatoria de huelga y las manifestaciones iban a llevarse a cabo de manera conjunta con CCOO. Los sindicatos contemplaban que el paro y las protestas afectasen a los hoteles y resto de alojamientos turísticos, bares y restaurantes, catering, salas de fiesta y discotecas de la comunidad.
El principal escollo durante todos los meses de negociación ha sido el porcentaje de subida salarial. UGT planteaba un incremento del 19% en tres años y la FEHM, del 8,5%.
Poco a poco han ido acercando posturas hasta llegar al 13,5% que consta en el principio de acuerdo, a razón de un 6% este mismo año, del 4% en 2026 y del 3,5% en 2027.
Según ha recordado la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), este incremento salarial es el más elevado de los últimos años. En 2017 se subió un 17% en cuatro años, una media del 4,25% anual, el mismo porcentaje pactado en la prórroga de 2023. El preacuerdo rubricado este lunes contempla, en cambio, una subida media del 4,5% cada año.
“Hemos sido capaces de pactar y repartirnos las diferencias en las cuales estábamos. Cualquier negociación va de eso, de ceder. Lo que hay que pactar son las diferencias, repartírselas, y eso es lo que hemos hecho”, ha valorado el presidente de la patronal, Javier Vich, quien ha reconocido que el aspecto salarial era el que había desatado “el gran conflicto”.
Por su parte, el secretario general de la Federación de Servicios de UGT, José García Relucio, ha puesto el foco en la “muy buena subida” que supone el aumento del 6% de este año, el punto al que ha sido más difícil llegar a un acuerdo.
El sindicalista ha hecho un llamamiento a las empresas de la hostelería a que no esperen a la publicación del nuevo convenio en el Boletín Oficial de Baleares (BOIB) para aplicar la subida salarial y “los atrasos de los meses de abril, mayo y junio”.
Salvado este escollo, Relucio ha avanzado que las huelgas y las manifestaciones anunciadas esta misma mañana quedan desconvocadas y, por lo tanto, sin efecto alguno.
“Estamos a las puertas de julio y la huelga no nos convenía a ninguno, ni a los trabajadores ni a las patronales ni a la sociedad civil”, ha apuntado Vich.
Cesiones y otras cuestiones
Tanto el presidente de la FEHM como el secretario general de UGT Servicios han dado cuenta de las diferentes cuestiones que también han sido incluidas en el principio de acuerdo y que han supuesto que ambas partes hayan tenido que hacer concesiones.
UGT, por ejemplo, ha abandonado su pretensión de implantar la jornada de 35 horas y quedará a la espera de lo que decida el Congreso de los Diputados respecto a la jornada de las 37,5 horas semanales.
También ha cedido en la posibilidad de que los trabajadores y los empresarios puedan acordar trabajar un sexto día a la semana y se concederá mayor flexibilidad en los contratos de duración determinada ante eventos puntuales o incrementos extraordinarios del volumen del trabajo durante el periodo de inactividad de un trabajador, que son dos temas que las patronales venían reivindicando.
Por lo que hace a la lucha contra el absentismo laboral, otro de los puntos que eran claves para los hoteleros, han consensuado abrir un observatorio para estudiar el tema.
“Tenemos que ver cuántas ausencias tienen las personas en cada empresa, la duración de las bajas por enfermedad, los motivos, si son trabajadores que disfrutan de un día libre o de dos, si tienen una jornada igual o superior a las ocho horas. Pondremos el foco en la realidad de las empresas para ver si es cierto que aquí en Baleares necesitamos otras medidas que vayan contra el absentismo”, ha explicado Relucio.
Por contra, ha detallado, el sindicato han conseguido que se amplíe el periodo garantizado de ocupación para los fijos discontinuos de los seis a los nueve meses. Será posible siempre y cuando los trabajadores, durante los tres años anteriores, han trabajado más de seis meses de manera continuada y efectiva.
De esta forma, según consta en el acta firmada por ambas partes, se garantizará una mayor estabilidad en el empleo y se ajustarán los periodos de garantía a los de apertura de los establecimientos. Se establecen también mecanismos de reversión para las empresas que no puedan cumplir con esta ocupación adicional que podrán activarse con una antelación mínima de 10 días al inicio o al final de la temporada, el mismo plazo del que dispondrán las empresas para efectuar el llamamiento a los fijos discontinuos.
Los trabajadores, ha proseguido el sindicalista, mantendrán derechos en materia de incapacidad temporal y descanso semanal. Ambas partes, además, se han comprometido a terminar durante los próximos tres años todos los estudios de medición de cargas de trabajo.
También abrirán un capítulo de conciliación laboral y familiar en el convenio, en aplicación de la ley de igualdad, y se incluirán los protocolos LGTBI.
De cara a esta semana y antes de firmar el documento definitivo, ha reconocido el representante de UGT, quedan por limar cuestiones más bien “técnicas” y de poco calado como el aumento de los seguros por invalidez y fallecimiento, la adecuación de la legislación vigente de la incapacidad permanente o cuestiones relacionados con los permisos retribuidos o las excedencias.
La necesidad de una actualización
Mientras Relucio ha sido el encargado de dar las explicaciones más técnicas, Vich ha puesto el foco en la importancia de renovar un convenio colectivo que llevaba sin tener un redactado nuevo desde 2014.
“Estamos hablando de una actualización a los tiempos que corren en estos momentos. Ese era el reto, actualizar el redactado a la casuística de ahora, que es completamente diferente a la de entonces”, ha incidido.
Cuando han ido avanzando en estos aspectos de modernización, ha expuesto, ambas partes se han dado cuenta de que realmente no eran tantas cuestiones las que les separaban.
“Hemos llegado a la conclusión de que no nos separaba tanto. Cuando no te separa tanto y tienes la voluntad y la altura de miras de llegar a un acuerdo, se trata de repartirse las diferencias”, ha concluido.