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El sindicato UGT y varias organizaciones empresariales han formalizado este martes la firma del nuevo convenio colectivo del sector de la hostelería en Balears. Sin embargo, el acuerdo ha salido adelante sin el apoyo del sindicato CCOO ni de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), que han expresado su desacuerdo con el contenido del texto.
La reunión, celebrada desde primera hora de la mañana, sirvió para definir las entidades que se adherían finalmente al principio de acuerdo alcanzado el pasado 30 de junio entre UGT y la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), ambos mayoritarios en el sector.
Desde la patronal hotelera mallorquina, su vicepresidenta ejecutiva, María José Aguiló, valoró positivamente la firma al considerarlo un “buen convenio”, ya que “todas las partes han sacado puntos a favor” y han tenido que realizar “algunas renuncias”. Aguiló destacó especialmente que se ha logrado “modernizar” el convenio al “flexibilizarlo” e incluir temas “tabú” para los sindicatos, como un observatorio del absentismo laboral, que aportará datos para su análisis en futuros acuerdos.
Un convenio “muy vivo”
La vicepresidenta de la FEHM también subrayó que el nuevo convenio recogerá información sobre la productividad y contempla medidas vinculadas al cambio climático, la medición de cargas de trabajo y la salud laboral. Por su parte, el secretario general de la Federación de Servicios, Movilidad y Comercio de UGT, José García Relucio, lo calificó como “el mejor convenio que ha habido nunca en Baleares y en España”, destacando la subida salarial del 13,5% en tres años, la garantía de empleo de nueve meses para los trabajadores fijos discontinuos y la inclusión de una petición al Gobierno central para permitir la jubilación anticipada de las camareras de piso a partir de los 52 años.
Sobre la garantía de empleo, Aguiló puntualizó que se aplicará según los periodos de apertura de cada establecimiento, e incluirá una cláusula de reversión en caso de “circunstancias imprevisibles”. Aun así, afirmó que hay voluntad de “alargar las temporadas” y fomentar la contratación de trabajadores. En cuanto al impacto inmediato, García Relucio explicó que en varias empresas, como las de restauración en Menorca o grandes cadenas hoteleras, los atrasos y subidas salariales ya se verán reflejados en las nóminas de este mes de julio.
Discrepancia entre los sindicatos
El principal foco de discrepancia lo protagonizó el sindicato CCOO, que decidió no sumarse a la firma del convenio. Según Héctor Gómez, presidente de la Federación de Servicios de CCOO en Baleares, el acuerdo representa una cesión excesiva por parte de los trabajadores: “Se venden los derechos de los trabajadores” a cambio de una subida salarial que, en su opinión, está por debajo del umbral aceptable.
Gómez criticó que el incremento del 13,5% queda por debajo de la “línea roja” del 15% que reclamaba CCOO, especialmente teniendo en cuenta “los beneficios récord del sector turístico en Baleares y España”. Además, acusó a UGT y la FEHM de “negociar a sus espaldas” aspectos como los estudios sobre la carga de trabajo de las camareras de piso, que han quedado aplazados a lo largo de la vigencia del convenio, hasta 2028. Para CCOO, esto convierte esos compromisos en “papel mojado”.
CCOO también mostró preocupación por la posibilidad de que los empleados puedan trabajar seis días a la semana, la modificación del complemento por incapacidad temporal —que a su juicio “premia la asistencia incondicional por encima de la salud”—, la limitación de permisos retribuidos y la nueva regulación de las indemnizaciones por extinción de la relación laboral, que ya no contempla el cese por jubilación ni el cómputo de antigüedad para los fijos discontinuos.
En respuesta a estas críticas, Relucio señaló que UGT incorporó al texto seis de las propuestas de CCOO que consideró “positivas” y lamentó su ausencia en la firma final: “UGT ha hecho todos los esfuerzos para que todo el mundo se sintiera a gusto y firmara el convenio. Esto hace difícil entender posturas de último momento o preconcebidas”. Aguiló también lamentó la actitud de CCOO, calificando la confrontación sindical como una “distracción” y un “obstáculo” para cerrar el acuerdo. Respecto a la ausencia de Ashome, expresó su sorpresa: “Es chocante que con el preacuerdo tuvieran intención de adherirse, pero ahora no lo hagan. Todas las partes han tenido que hacer cesiones”.