AENOR suspende el sello de bienestar animal de la 'granja de los horrores' tras las graves imágenes de sus gallinas

Nicolás Ribas

1 de julio de 2025 19:54 h

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La entidad privada AENOR, que gestiona el sello Welfair, ha suspendido el certificado de bienestar animal a Avícola Son Perot S.A., la empresa que gestiona la conocida como ‘granja de los horrores’, según informan fuentes de la empresa a elDiario.es. La explotación avícola de Llucmajor (Mallorca) está en el foco informativo a raíz de las imágenes publicadas en primicia por este diario el pasado 26 de mayo y que se hicieron virales por las condiciones de falta de higiene y suciedad extremas de su interior. Este diario ha podido confirmar la información tras haberla consultado con Welfair. Avícola Son Perot S.A. no ha respondido a la consulta sobre si quiere hacer algún comentario o valoración sobre esta cuestión en el momento en que se publica esta noticia.

En un comunicado oficial, la entidad certificadora explica a este diario que el 21 de mayo se desarrolló una auditoría “no anunciada” en la nave de las gallinas en suelo (huevos tipo 2), es decir, la nave 1. Cabe recordar que un día antes, el 20 de mayo, Avícola Ballester afirmó haber superado la auditoría anual de AENOR, a falta de completar la documentación, para la que la entidad privada propuso a la granja pactar la fecha. Sin embargo, aunque el mayor porcentaje de las auditorías son anunciadas, algunas se realizan por sorpresa. Así, la entidad afirma que al día siguiente se volvió a presentar en las instalaciones avícolas.

En este sentido, AENOR destaca que las auditorías realizadas en las instalaciones de Avícola Son Perot S.A., para la concesión del sello de bienestar animal Welfair, se han desarrollado siguiendo rigurosamente el reglamento que concede dicha certificación. Cuatro de las seis naves de la granja contaban con esta certificación: la nave 1, de las gallinas en suelo, y las 3, 6 y 7, de las gallinas camperas. La nave 7, sin embargo, fue cerrada cautelarmente por el Govern, después de que dos técnicos de la Conselleria de Agricultura y agentes del Seprona de la Guardia Civil acreditaran irregularidades graves, cuyo primer informe se elaboró el 30 de mayo.

Paralelamente a este proceso, se incluye un aspecto de trazabilidad para comprobar que el huevo que está en el envase con sello Welfair “procede efectivamente de la granja certificada”, afirma AENOR. La entidad privada explica que el certificado tiene una vigencia de un año y que las auditorías son necesarias para su renovación.

Por tanto, según la empresa que explota la granja y AENOR, ha habido al menos dos visitas de la entidad certificadora en 2025: los días 20 y 21 de mayo. Cinco días después de la segunda visita, este diario publica en primicia las imágenes de las naves de las gallinas camperas (3, 6 y 7) que fueron grabadas por las entidades de protección medioambiental y animal ARDE y Satya Animal, entre los días 21 y 29 de abril. De las imágenes se desprendía que las gallinas vivas conviven con aves muertas, con cadáveres en diferentes estados de descomposición (tanto de gallinas como de roedores), así como con otros animales vivos (ratas y erizos), lo cual supone un riesgo de transmisión de enfermedades, según el informe aportado por un veterinario a este diario.

Además, se documentó que las gallinas camperas no tuvieron acceso al exterior de las instalaciones entre los días 24 y 29 de abril, como marca la normativa. ARDE y Satya Animal denunciaron estos hechos ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Balears por presuntos delitos de estafa, contra la salud pública y abandono animal por la ausencia de supervisión veterinaria. Esta denuncia se registró el 21 de mayo sobre las 9 de la mañana, según confirmaron fuentes del Ministerio Público a este diario.

Así, AENOR afirma en su comunicado que, después de haber tenido conocimiento sobre malas prácticas en bienestar animal, “activó de inmediato el protocolo de verificación Welfair”. Un día después de la publicación de las imágenes, mientras dos técnicos de la Conselleria de Agricultura y agentes del Seprona de la Guardia Civil inspeccionaban las instalaciones, trabajadores de AENOR y Welfair se presentaron en la granja de Avícola Son Perot sobre las cuatro de la tarde. Se trató, según estas fuentes, de una auditoría extraordinaria de la modalidad “no anunciada”, formada por un auditor de AENOR y otro de Welfair.

Un día después de la publicación de las impactantes imágenes, mientras dos técnicos del Govern y agentes de la Guardia Civil inspeccionaban las instalaciones, trabajadores de AENOR y Welfair se presentaron en la granja de Avícola Son Perot

El reglamento general de certificación en bienestar animal Welfair indica en su apartado 15.2 que se “podrá proceder a la cancelación inmediata del certificado, el auditor o la entidad de certificación de manera indefinida cuando se detecten infracciones muy graves”. Además, se indica que es motivo de suspensión del certificado si se inicia un procedimiento judicial, o si hay un expediente sancionador abierto por la administración competente.

En este sentido, el Juzgado de Instrucción número 11 de Palma ha abierto diligencias contra la empresa Avícola Ballester (marca comercial de Avícola Son Perot S.A.) por la presunta comisión de un delito de maltrato animal, después de la denuncia presentada por los vecinos afectados por la explotación, como informó elDiario.es. Además, este diario ha informado este martes que los vecinos y vecinas, agrupados en torno a la Asociación Stop Macrogranja Llucmajor, han denunciado también a la entidad privada AENOR —que otorga el sello de bienestar animal Welfair—, ante el mismo juzgado, por la presunta comisión de un delito de estafa.

Según indica AENOR a este diario, el 5 de junio la entidad privada comunicó a Avícola Son Perot S.A. la intención de proceder a la “suspensión temporal del certificado”, aunque otorgaban a la empresa 15 días para presentar alegaciones, como viene fijado en el reglamento general de los certificados, “con el objeto de salvaguardar los derechos de las distintas partes”. Las mismas fuentes aseguran que la explotación avícola presentó varios escritos con alegaciones, pero que una vez estudiadas, fueron desestimadas por AENOR. La entidad privada concluye que la suspensión afecta a los huevos camperos y en suelo de la granja de Llucmajor, y que la decisión ha sido comunicada este martes a Avícola Ballester.