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La evacuación de Mariúpol fracasa de nuevo: Cruz Roja vuelve a Zaporiyia y lo intentará otra vez este sábado

Una mujer cocina en un patio de un bloque de viviendas dañado por los bombardeos en Mariúpol.

Icíar Gutiérrez

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Fracasa de nuevo el intento de poner en marcha una operación este viernes para sacar a los civiles de la sitiada Mariúpol. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que pretendía apoyar la evacuación de los habitantes de la ciudad sureña si había acuerdo entre las partes, había avanzado que estaba siendo “extremadamente difícil” organizar el convoy y que no había recibido permiso de momento para llevar ayuda humanitaria.

Finalmente, los equipos de la entidad han tenido que darse la vuelta para volver a la ciudad de Zaporiyia porque no han podido llegar a Mariúpol ni han podido facilitar la operación.

Este viernes, tres coches y nueve miembros del personal iban de camino a Mariúpol, cercada por las fuerzas rusas y sometida a intensos bombardeos desde hace semanas. Sin embargo, en torno a las 19:20 hora local, la organización ha comunicado, sin dar más detalles, que han tenido que regresar a Zaporiyia, a unos 200 kilómetros, después de que “los planes y las condiciones hicieran imposible el avance”.

Este sábado volverán a intentarlo, según ha informado el CICR. “Para que la operación tenga éxito, es fundamental que las partes respeten los acuerdos y ofrezcan las condiciones y garantías de seguridad necesarias”.

La entidad había dicho este viernes que estaba en contacto con las partes, pero garantizar que todas “se pongan de acuerdo y entiendan bien todos los detalles, y que luego se comuniquen a la cadena de mando y a los residentes de Mariúpol, es un reto que sigue llevando tiempo resolver”. En concreto, insisten en que se tienen que concretar detalles como la ruta exacta, su hora exacta de inicio y su duración.

En caso de que la operación se lleve finalmente a cabo, el papel del CICR “como intermediario neutral” será dirigir el convoy desde Mariúpol a otra ciudad de Ucrania, que no mencionan.

“Nuestra presencia pondrá un marcador humanitario en este movimiento de personas planificado, dando al convoy protección adicional y recordando a todas las partes la naturaleza civil y humanitaria de la operación”, dice la entidad. “Las partes del conflicto también tendrán que cumplir los acuerdos alcanzados para permitir que esta operación se lleve a cabo”.

Hasta ahora, los principales intentos para llegar a Mariúpol con ayuda humanitaria o autobuses para evacuar de manera segura a los civiles han fracasado entre acusaciones de violaciones al alto al fuego. Un intento anterior de la Cruz Roja de acceder a ella a principios de marzo también falló porque la ruta se consideró insegura y el conflicto se reanudó, informa Reuters. Los habitantes solo han logrado salir de Mariúpol por sus propios medios. 

Sin permiso para llevar ayuda humanitaria

En una sesión informativa en Ginebra este viernes, el portavoz del CICR. Ewan Watson, había explicado que no tenían permiso para llevar ayuda humanitaria con el convoy, y habían partido sin los suministros médicos y de otro tipo que habían preparado en la ciudad de Zaporiyia. “Es algo que seguiremos intentando hacer en los próximos días”.

Petro Andryushchenko, un ayudante del alcalde de Mariúpol que no habla en nombre del Ayuntamiento, había denunciado este viernes que las fuerzas rusas “han prohibido categóricamente la entrada de ayuda humanitaria, incluso en pequeñas cantidades”, a la ciudad. “No vemos un deseo real de los rusos de permitir que los residentes de Mariúpol evacuen al territorio controlado por Ucrania”.

Las condiciones humanitarias de la bombardeada Mariúpol, que ha sido escenario de los peores de la guerra, han hecho saltar todas las alarmas en las últimas semanas. Escasea lo más básico para sobrevivir. La población ha vivido bajo intensos combates, con escasez de agua, alimentos y suministros médicos.

“Se nos acaban los adjetivos para describir los horrores que han sufrido los residentes de Mariúpol. La situación es horrenda y se está deteriorando, y ahora es un imperativo humanitario que se permita la salida de la gente y la entrada de suministros de ayuda”, dice Ewan Watson.

Sin información oficial

La información oficial que rodea al intento de poner en marcha una operación liderada por el CICR ha sido muy escasa. En su lista de corredores humanitarios abiertos este viernes, que las autoridades ucranianas han publicado más tarde de lo habitual, solo mencionaban una ruta para que los civiles salgan en Mariúpol en sus propios coches. Tampoco ha habido anuncios oficiales sobre acuerdos ni notificaciones a la Cruz Roja.

Este jueves, tras el anuncio ruso de un alto al fuego local para abrir un corredor humanitario, Kiev dijo que iba a fletar decenas de autobuses, asegurando que harían “todo lo posible” para que llegaran a Mariúpol y recoger a las personas que aún no han podido salir de allí, pero por la noche informaron de que los rusos no habían permitido que estos buses entraran en Berdiansk, ciudad costera y punto intermedio de la ruta.

Tras culpar a Kiev de que la operación no diera resultados, Moscú dijo que reabriría el corredor humanitario a partir de las 10:00 horas de la mañana de este viernes de Mariúpol a Zaporiyia con un punto intermedio en Berdiansk.

Según afirmó Rusia, tal decisión se tomó a raíz de las peticiones personales del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, al presidente ruso Vladímir Putin. Macron habló este martes con Putin con el objetivo, según avanzó días antes, de organizar una gran operación de evacuación de los civiles de Mariúpol en cooperación con Turquía, Grecia, las organizaciones humanitarias y Ucrania. Pero el Elíseo informó de que las condiciones para tal operación “no se dan por el momento” y de que Putin dijo que “se lo pensaría” antes de dar una respuesta.

Este viernes, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha hablado por teléfono con Macron. Zelenski ha pedido al presidente francés que “continúe sus esfuerzos diplomáticos” para obtener de Moscú “las condiciones necesarias para una operación humanitaria de las organizaciones internacionales competentes”, que implicaría, a juicio de Kiev, “una tregua suficientemente larga anunciada con suficiente antelación”. “¡La iniciativa de Francia sobre corredores humanitarios desde Mariúpol debe ser implementada!”, ha tuiteado el presidente ucraniano.

Mariúpol se encuentra en una situación agónica tras semanas de asedio. El alcalde Vadym Boychenko ha dicho que la ciudad debe ser evacuada por completo y ha recalcado que cerca de 160.000 personas permanecen en la localidad. Miles de personas han muerto en los ataques y la mayoría de los edificios han sido dañados o destruidos, según las autoridades locales de la localidad.

La oficina humanitaria de la ONU (OCHA) ha alertado de que el nivel de destrucción de la infraestructura civil en Mariúpol va en aumento e indica que según las autoridades locales alrededor de 2.340 viviendas han resultado dañadas, de las cuales 1.040 han quedado completamente destruidas. Más del 90% de todos los hospitales y escuelas de la ciudad han resultado dañados, mientras que el 40% de ellos han quedado completamente destruidos, “lo que restringe gravemente el acceso a la educación y la atención sanitaria”.

Los civiles que han abandonado Mariúpol son los que han podido hacerlo por sus propios medios –generalmente en coches particulares y en ocasiones caminando–, es decir, sin que haya acuerdos de cese de las hostilidades o que les permitan salir en condiciones de seguridad, y pasando por puestos de control rusos. Kiev ha acusado sistemáticamente a Moscú de impedir una operación de evacuación a gran escala desde la ciudad, evitando que los autobuses y que los camiones con ayuda humanitaria lleguen a la misma. La ONU reitera que se necesitan corredores seguros para entregar ayuda y evacuar de manera segura.

Según el Ayuntamiento, más de 80.000 residentes de Mariúpol ya han sido evacuados a Zaporiyia, adonde llegan principalmente conduciendo sus propios vehículos o en autobuses desde Berdiansk. Este viernes, por ejemplo, 42 autobuses han salido desde Berdiansk con residentes de Mariúpol.

El Ejército ruso cerró todas las entradas a la ciudad y bloqueó el acceso desde el mar, según Ucrania. Analistas militares occidentales creen que las fuerzas rusas continúan logrando un progreso constante pero costoso en la ciudad y creen probable que las fuerzas rusas estén sufriendo muchas bajas en los combates, pero ven posible que Mariúpol caiga en cuestión de días. Localizada a orillas del mar de Azov, Mariúpol es un puerto estratégico entre la anexionada Crimea y los territorios separatistas prorrusos del Donbás, en los que Rusia ha anunciado que centrará sus esfuerzos.

Ucrania y Rusia acordaron el 3 de marzo por primera vez establecer corredores humanitarios para llevar suministros y ayudar a civiles atrapados a salir de determinadas zonas mientras las acciones militares, en teoría, se detienen temporalmente. Pero su aplicación ha sido lenta y limitada, y ha habido muchos intentos fallidos entre acusaciones de violaciones al alto al fuego. Moscú ha culpado por lo general a Kiev de que estas operaciones no den resultados.

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