Alemania les hace justicia

Rioja2

0

Las cortes militares nazis condenaron a unas 30.000 personas a pena de muerte por deserción y traición, y casi dos tercios de ellos fueron ejecutados, según ha recordado el diputado socialdemócrata Carl-Christian Dressel en el debate del Parlamento que ha culminado con la aprobación de una ley que reconoce que estas personas no fueron traidores, si no que actuaron por conciencia.

Los historiadores afirman que los nazis usaron el cargo de traición para condenar a soldados y civiles por resistirse políticamente y ayudar a los judíos. Más de seis décadas después del fin de la guerra, se aprobó con unanimidad la ley que permite una rehabilitación general. Hasta ahora, los fiscales del Estado solo podían reabrir los casos por traición de forma individual.

Esta ley ha sido la última en aprobarse por el Parlamento antes de las elecciones federales del 27 de septiembre. La ministra de Justicia, Brigitte Zypries ha señalado que la rehabilitación que su Partido Socialdemócrata ha defendido largamente devuelve el honor a un olvidado grupo de víctimas de los nazis, la mayoría de ellos ya fallecidos.

“Aún cuando no todos esos condenados a muerte como traidores de guerra fueran guerreros de la resistencia, fueron sin embargo todos víctimas de un sistema judicial criminal que asesinó para preservar el régimen nazi”, señaló Zypries.

Los conservadores se habían opuesto a la medida ya que querían mantener las reglas existentes que requieren evaluaciones individuales. Además estaban preocupados por la posibilidad de que las acciones de algunos desertores pudieran herir a otros soldados.

Esta ley es también resultado del esfuerzo de décadas llevado a cabo por las familias de las víctimas, y los afectados que sobrevivieron a su condena por diversos motivos. En 2002 se habían revocado las penas pronunciadas en contra de los desertores y de los objetores de conciencia, pero no las que afectaban a los tachados como “traidores de guerra”.

Mientras se aprobaba esta ley, Ludwing Baumann presenciaba el triunfo de una vida entera de lucha. Desertó del ejército nazi en la Francia ocupada, y gracias a la fortuna de su padre, pudo conmutar su pena de muerte por 12 años de cárcel y campo de concentración, pero si que fue torturado por sus antiguos camaradas. Afirma que ha sufrido humillaciones y discriminación, incluso acabada la guerra, y que aún hoy en día sigue recibiendo cartas anónimas.

Sobre las personas que han fallecido sin presenciar este logro, Baumann ha declarado que “muchos de nosotros han acabado de forma amarga y humillante […] nadie estaba a nuestro lado”.

Una campaña de la misma naturaleza se lleva a cabo actualmente en Austria, para rehabilitar a los entre 1.200 y 1.400 austriacos desertores condenados a muerte por los nazis y obtener que se les construya un monumento de homenaje, como el inaugurado el martes pasado en Colonia.

Etiquetas
stats