Altos como los europeos, gordos como los americanos
Un estudio antropométrico conjunto de cinco hospitales universitarios españoles, coordinado por el jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Antonio Carrascosa, revela que la estatura de los españoles se ha igualado en los últimos 20 años respecto a la mayoría de europeos, pero que existe una tendencia creciente al sobrepeso y la obesidad de niveles similares a la población norteamericana, sobre todo en los hombres.
En el estudio participaron especialistas en pediatría y endocrinología pediátrica de los hospitales Vall d'Hebron de Barcelona, el Universitario de Granada, el Universitario de Basurto, el Universitario Miguel Servet de Zaragoza y el Universitario Carlos Haya de Málaga.
El trabajo, llevado a cabo mediante la mediación de más de 32.000 sujetos entre los años 2000 y 2004, también demostró que las diferencias entre comunidades dentro de España son casi inexistentes. Carrascosa destacó que se trata de uno de los estudios más amplios, en número de individuos, que se han realizado en todo el mundo.
Antonio Carrascosa explicó a Europa Press que respecto a los datos de hace 20 años -un estudio similar se realizó en 1988- se ha producido “una aceleración” del crecimiento de los hombres españoles, que han aumentado en altura entre 1,4 y 3,4 centímetros, mientras que la población femenina lo ha hecho entre 2,6 y 4,2 centímetros. Esto significa que los españoles se han equiparado en estatura al resto de europeos, excepto a alemanes, holandeses y suecos, que todavía continúan siendo más altos.
Otro dato significativo es que tanto en los hombres como las mujeres, pero más en la población masculina, se ha producido un incremento desproporcionado en el peso respecto a la talla, con un incremento de 2,18 puntos en el índice de masa corporal (IMC) media, cosa que se asocia al aumento del sobrepeso y la obesidad, y de 3,7 a 5,3 puntos en aquellas personas con IMC superior al percentil 75.
Carrascosa señaló que aquellos con una complexión más delgada han ganado peso proporcional a la altura ganada, pero que aquellos con una complexión más gruesa “han ganado más peso que la altura que les corresponde”. “Se da una desproporción”, remarcó, y España supone “un hecho diferencial” respecto al resto de países europeos.
Estos desórdenes, que comienzan a manifestarse a partir de los tres años, se mantienen hasta la edad adulta, siendo más significativos entre los adolescentes que entre las adolescentes. El IMC de las niñas cuando llegan a la edad adulta se convierte en similar al de otras poblaciones europeas e inferiores a las norteamericanos. En cambio, los adolescentes tienen un IMC superior a los europeos y más similares a los de la población norteamericana que, desde hace años, tiende al sobrepeso y la obesidad.
Antonio Carrascosa consideró que el hecho de que sean los adolescentes los que tiendan a la obesidad y no las adolescentes se debe a que éstas cuidan “mucho más” su imagen corporal, lo que ha llevado a casos que el IMC a los 14 años fuera superior al que luego han registrado con 16 o 18 años.
TRIPLE OBESIDAD INFANTIL
El coordinador del estudio explicó que hace 20 años el porcentaje de obesidad entre niños y adolescentes era de un 5%, pero que ahora “se ha triplicado”, lo que significa que de continuar así “por primera vez en la sociedad del desarrollo, los niños y adolescentes pueden tener unas expectativas de vida menores que sus progenitores”.
Carrascosa adujo como causas de un aumento de la obesidad el desarrollo de la especie humana de un “genotipo ahorrador”, que se adapta mejor a momentos de penuria de recursos alimentarios, pero que no lo está para la “sobreabundancia” de la sociedad del bienestar, lo que favorece el desarrollo de la obesidad.
Otros motivos del aumento de la obesidad para el pediatra del Hospital Vall d'Hebron es que los adolescentes “han dejado de moverse” y prefieren “estar sentados ante el televisor o el ordenador”, y que la manera de comer también ha cambiado, aumentando el consumo de alimentos preparados con “gran aporte energético” y dejando de lado el de verduras u hortalizas.
Antonio Carrascosa resumió, para explicar el aumento del sobrepeso que, sobre “unos genes preparados para la adversidad”, confluyen la abundancia de nutrientes y una disminución de la actividad física.
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