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Avispa asiática en La Rioja: de un nido en 2014 a154 diez años después

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El primer nido apareció en La Rioja en 2014. Diez años después, la cifra aumentó hasta los 154. Son las cifras de la presencia de la avispa asiática (vesta velutina) en la región, una de las 35 especies exóticas invasoras que hay en La Rioja. Carlos Muro es el jefe de servicio de Conservación de la Naturaleza y Planificación del Gobierno de La Rioja y reconoce que durante los últimos años “la progresión de la avispa asiática ha sido creciente. En diez años hemos pasado de un solo nido a 154”. En lo que llevamos de 2025 ya se han alcanzado las cifras de 2024, y previsiblemente se superarán, porque “durante los últimos meses del año es cuando más se visualizan los nidos, lo que confirma que la progresión de esta especie está en continuo avance”. Su procedencia, Asía, Corea del Sur, “ese es su hábitat”. Las primeras referencias son de 2004 cuando llegaron a Francia a través del transporte de mercancías en un palé. Y de allí, a la cornisa cantábrica y poco a poco “han ido ocupando los espacios que le son favorables”.

En La Rioja está presente, sobre todo, en los cursos de los ríos y en zonas húmedas, “es ahí donde suelen hacer sus nidos, en los chopos y demás árboles de esta zona. Los principales avistamientos de nidos se concentran en la mitad occidental de La Rioja, de Logroño hacia el noroeste, en río Iregua, en el Ebro en su parte norte, en el Najerilla, en el río Oja y Tirón. En La Rioja más oriental (Cidacos, Leza y Alhama) también está presente, pero en menor medida porque esta especie está más ligada a zonas con temperaturas más templadas y con mayor humedad. Y en La Rioja Baja, las temperaturas son más extremas y es una zona más seca, factores limitantes para esta especie”.

Aun así, este experto no es optimista y no confía en su erradicación completa. “Será difícil porque es muy complicado detectarlas, salvo ahora en otoño cuando los árboles han perdido las hojas”. Pero no por ello el Gobierno de La Rioja se da por vencido porque “todos los años se realiza una zonificación de La Rioja, permitiendo, previa autorización administrativa, que los apicultores defiendan sus colmenas mediante la colocación de trampas en las zonas de presencia constatada”. En el resto del territorio, donde donde la especie todavía no está presente, “la administración se encarga de colocar trampas en determinadas localizaciones para detectar su aparición temprana”. De esta forma, y a pesar de que el avispón asiático ha seguido progresando, se ha conseguido ralentizar su avance e impedir que colonice Rioja Baja y la mayor parte de la montaña del sistema Ibérico.

Porque los daños de esta especie están ahí, también para los apicultores. “Estas avispas se han adaptado al medio y se colocan cerca de las colmenas, se comen y matan a las abejas. Las abejas, que no están adaptadas a ellas, no salen de la colmena, no se alimentan y pueden llevar a la colmena al colapso y desaparecer, lo que está generando un problema económico importante a los apicultores además del problema medioambiental por la propia desaparición de las abejas y su proceso de polinización”. Por eso insiste en la importancia no bajar la guardia y seguir vigilantes. Una labor para la que pide la colaboración de la ciudadanía a la que también da una serie de recomendaciones.

Qué hacer si ves un nido de avispa asiática

La principal, acudir y solicitar la ayuda de profesionales. En zonas urbanas, actúan los bomberos de Logroño o CEIS, las zonas rurales son responsabilidad de los agentes forestales y apicultores. Y es importante comunicar el avistamiento de nidos a través del 112 porque “los nidos pueden estar aún ocupados y las avispas que, al sentirse atacadas, pueden suponer un problema”. Y es que estos últimos meses del año, los árboles sin hojas dejan ver estos nidos que son como “un balón con aspecto de celusosa”. Además, a estas alturas del año, las avispas ya deberían estar muertas, pero por el cambio climático esto ya no es así. “En los últimos años, estamos viendo nidos ocupados cuando ya deberían estar vacíos porque con la llegada del frío, las avispas obreras mueren. Solo sobreviven las reinas que se esconden bajo el suelo o en las cortezas de los árboles”.

Y además de pedir ayuda a los profesionales, Carlos Muro también ha lanzado un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía. “La picadura de estas avispas puede resultar realmente peligrosas para las personas que son alérgicas a la picadura de estos insectos, al resto, una picadura de avispa asiática le va a provocar los mismos efectos que la picadura de una avispa normal”. En Galicia, donde se han registrado fallecimientos, este experto explica que la densidad de esta especie es mucho mayor y que “posiblemente estemos hablando de personas alérgicas”. Así que, tranquilidad. “No lanzaría una alerta, ni preocuparía a la ciudadanía porque el veneno que tiene esta avispa es pareceido al de una avispa normal”.