Cinco alcaldes de Logroño reunidos para celebrar 40 años de democracia
Desde el “milagro” de las primeras Corporaciones, a la continuidad en los proyectos iniciados y a la “bonhomía” en las relaciones pese a las diferencias políticas y personales. Así se han desarrollado cuatro décadas en la historia de la democracia en el Ayuntamiento de Logroño, vistas bajo el prisma de cuatro alcaldes que han desarrollado sus mandatos en estos años.
Desde aquel 3 de abril de 1979, cinco han sido los nombres que han ostentado la vara de mando del Ayuntamiento logroñés. El primero, Miguel Angel Marín, ya fallecido. Los otros cuatro, Manuel Saínz (PSOE), José Luis Bermejo (PP), Julio Revuelta (entonces en el PP), Tomás Santos (PSOE) y al actual primera edil, Cuca Gamarra (PP), han desgranado este miércoles parte de sus vivencias.
Manuel Sainz, que ostentó la Alcaldía durante tres Legislaturas, entre 1983 y 1995, ha recordado que “no había nada, había que inventar las reglas” y ha asegurado que su mandato, junto a la “democracia más radical con Miguel Angel Marín, con cinco grupos y todo el mundo con responsabilidades”, fueron años “que se salvaron gracias a la buena voluntad de todos”.
“A Logroño le vino la democracia estupendamente”, ha apostillado Sainz. Una idea que ha refrendado el que fue su sucesor entre 1995 y 2000, José Luis Bermejo, para quien “vivíamos en una ciudad sin dinero, casi sin normas...”. “Era un milagro, pero más vale que estuvimos todos juntos y lo sacamos adelante”, ha asegurado el antiguo primer edil, quien ha destacado, además, la “gente muy preparada” que le acompañaba.
Julio Revuelta tomó el relevo de Bermejo en 2000, cuando éste se lanzó al ruedo del Congreso de los Diputados. En su mandato, que duró hasta 2007, como ha recordado, la ciudad “creció en 30.000 habitantes”, además de aumentar en su extensión. Fue una etapa de “un impulso enorme” sobre todo en lo urbanístico, que compensó, en buena medida, “que aún no teníamos muchos recursos”.
“Había un gran patrimonio que nos dio un gran rendimiento, y que se supo luego administrar adecuadamente”, ha reseñado, con ejemplos como la venta “que costó bastantes problemas” de la parcela del antiguo Las Gaunas, por la que se consiguieron 36 millones, “con los que pudimos pagar muchas cosas”. “Y además -ha dicho- hacíamos 600 VPO al año”.
De 2007 a 2011 fue la Legislatura de Tomás Santos, contando para ello los socialistas con el apoyo del Partido Riojano. Una etapa, ha señalado, “en la que dimos continuidad a grandes proyectos” anteriores, como el Parque del Ebro o el soterramiento, porque, como ha subrayado, “eran equipos llenos de bonhomía, pese a las diferencias”.
Con todo, para el ex-alcalde, entre lo más destacado de su mandato, “lo volcados que estuvimos en temas sociales”. Santos ha asegurado que “tengo los mejores recuerdos, también malos, pero me llevo el orgullo de haber sido alcalde de mi ciudad, habiendo nacido en la calle Mayor, y de mi amistad con el resto de los alcaldes”, a los que, por cierto, ha recordado que “está pendiente una revancha al mus”.
Y Cuca Gamarra, actual primera edil desde 2011, a punto de concluir su segundo mandato y con la vista puesta ya en el Congreso de los Diputados, al que es candidata del PP de La Rioja en las elecciones del 28-A, ha considerado que “es un lujo poder celebrar así 40 años de elecciones, es un ejemplo de democracia y de convivencia, como Logroño se merece”.
Todos han coincidido en recordar momentos malos, como atentados de ETA en la ciudad -Ollerías, Torre de Logroño, Defensa “que gracias a Dios no llegó a explotar” e incluso una amenaza en Alcampo- o el fallecimiento de compañeros, como Francisco Sáez Porres o Carmelo Cabezón, ambos concejales socialistas.
Y a los funcionarios, algunos significativos, como Javier Martínez Laorden o Víctor López de Turiso, pero a todos en general. Y todos han señalado de forma unánime también a los conflictos con la Policía Local como su particular 'espinita' que no se ha podido resolver del todo en ninguna Corporación, si bien han destacado el “enorme” trabajo que realiza este cuerpo.
Han asegurado no tener envidias entre ellos, pero alguno sí ha confesado que le hubiera gustado haber tenido entre manos proyectos de otro. Santos, por ejemplo, los campos de fútbol de Pradoviejo de la época de Revuelta o Gamarra, cuando Santos inauguró la Gran Vía “que tantos desvelos, críticas y disgustos costó”, aunque todos sin ningún rencor.
Y todos, por último, han coincidido también en señalar las fiestas y, especialmente, los banderazos de San Bernabé como el momento más emocionante de los mandatos.
También con algunas anécdotas, como que Sáinz fue el primero en dedicarlos -cosa que algunos no sabían, por cierto-; que Santos dio unos banderazos con lumbago; Revuelta, cuando, pudo dar los últimos banderazos, pese a saber ya que iba a ser desalojado de la Alcaldía por PSOE-PR; o Gamarra, a la que nunca le pesó la bandera “aunque alguien pensó que no podría por ser mujer, porque hay que saber cómo agarrarla”.
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