Condena de 22 años por la muerte de un joyero
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 22 años de prisión a Roberto Castro y Juan Manuel Jiménez como autores de la muerte del joyero Antonio Sancho, a quien el primero disparó con una escopeta a quemarropa, en presencia de su hijo, para robar en su establecimiento, situado en la calle de Felipe II, en Móstoles.
En la sentencia hecha pública hoy, la Sección XVI les impone 22 años de cárcel por los delitos de asesinato, el primero en concepto de autor, robo con violencia y tenencia ilícita de armas. Además, los magistrados condenan a Rosario Ruiz García a un año de prisión por un delito de receptación por aprovecharse de las joyas obtenidas en el atraco. Además, absuelve a Margarita Flores y a Catalina Villasaña de los delitos de encubrimientos por los que fueron acusadas por el Ministerio Público.
En cuanto a la responsabilidad civil, Castro y Jiménez deberán indemnizar a la viuda del joyero, Manuela Sanguino, con 100.000 euros, a los hijos del fallecido con otros 10.000 y a la entidad XL Insurance 125.103 euros.
La muerte de Antonio Sancho se produjo el 9 de junio de 2005, cuando Roberto, Juan Manuel, José Luis y otro individuo atracaron su joyería y le retuvieron a él, a su hijo, Marcos Sancho, a una empleada, María Asunción Raposo, y a una clienta, Santiaga Mora.
Los atracadores les encañonaron y les obligaron a dirigirse a la trastienda. Cuando Antonio les advirtió de que estaban siendo grabados, Roberto le disparó a bocajarro con la escopeta, causando así su muerte inmediata.
El líder del grupo y sus cómplices se apoderaron de 762 joyas que se encontraban tanto en los expositores como en el escaparate, valoradas en unos 133.000 euros. Tras el atraco, los procesados huyeron del lugar en un vehículo.
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