El Gobierno pretende acabar con los últimos apoyos a ETA y Batasuna en el exterior
El Gobierno español ha decidido utilizar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra Batasuna para desplegar una ofensiva diplomática que acabe con los pocos apoyos políticos que le quedan a ETA y Batasuna en el extranjero. En estos días, los embajadores españoles están recibiendo una copia de la sentencia que da la razón al Estado en la ilegalización de Batasuna, con el objeto de que den a conocer su contenido en los países donde están destinados, informaron fuentes gubernamentales.
Frases como que Batasuna tenía por objetivo “completar y apoyar políticamente la acción de organizaciones terroristas para perturbar el orden constitucional y alterar gravemente la paz pública”, o que su ilegalización suponía “una necesidad social imperiosa”, recogidas en la sentencia del Tribunal, no van a ser desaprovechadas por el Gobierno, que se apoyará en el prestigio del que goza la Corte de Estrasburgo en todo el mundo.
El apoyo exterior a las tesis de ETA ha ido disminuyendo progresivamente en los últimos años fruto de la persistencia de la banda por continuar recurriendo a la violencia. Sin embargo, distintas formaciones y organizaciones europeas, y sobre todo latinoamericanas, continúan simpatizando con el brazo político de la banda, cuando no con la propia organización terrorista, al considerar su “lucha” legítima, dirigida contra un Estado español “opresor” que no deja ejercer a los vascos su derecho a la autodeterminación.
El Gobierno considera que los últimos cartuchos del “victimismo” de Batasuna en el exterior han quedado mojados con la sentencia de un Tribunal que se ha distinguido en el pasado por poner negro sobre blanco los abusos de estados como el ruso o el turco, condenándolos por su actuación contra chechenos y kurdos.
La sentencia es interpretada como un paso más de la asfixia exterior de ETA y Batasuna, precedido de otros clave como la ruptura del último proceso de paz y la definitiva ausencia de las marcas de la izquierda abertzale proetarra del Parlamento europeo, después de que Iniciativa Internacionalista no haya conseguido los votos suficientes para tener representación en la Cámara de Estraburgo.
Durante la última tregua, Batasuna logró conformar un grupo de apoyo al denominado 'proceso de paz' conformado por 11 europarlamentarios suecos, holandeses, franceses, escoceses, flamencos, letones, galeses y catalanes. También se formó la Red Gernika por la Autodeterminación, donde además de europeos había mexicanos. De hecho, la Red Gernika logró arrancar del Senado mexicano una declaración oficial.
APOYOS DURANTE LA TREGUA
Por otra parte, el Sinn Fein y el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido de Nelson Mandela mostraron su apoyo al proceso de paz y recibieron a dirigentes de Batasuna en Irlanda y Sudáfrica. Sin embargo, ambas organizaciones marcaron distancias con Batasuna tras la abrupta ruptura de la tregua por parte de ETA, que asesinó a dos personas en el aparcamiento de Barajas con una potente bomba.
En realidad, la estrategia diplomática del Gobierno español comenzó una vez roto formalmente el 'proceso de paz' el 5 de junio de 2007. El tradicional apoyo de los Gobiernos populistas del Cono Sur a la izquierda abertzale fue girando con hechos como el ocurrido en el aeropuerto de La Paz, donde una delegación de Askapena aterrizó y tuvo que volver a coger otro avión de regreso a España, después de que las autoridades les impidiesen realizar una visita al país.
Según los Servicios de Información españoles, Askapena ha tomado el relevo del extinto Xaki, el 'aparato internacional' de ETA, con la cobertura de actuar como una supuesta ONG. A pesar del trabajo diplomático español, la banda terrorista cuenta con simpatías en países latinoamericanos, principalmente en los que la colonia de huidos es especialmente importante.
EN LA VENEZUELA DE CHÁVEZ
En la actualidad, un centenar de huidos se encuentran repartidos por el continente americano. La mayor colonia está en México, unos 45, pero la Justicia de este país colabora activamente con las autoridades españolas desde hace años. Esto ha provocado un trasvase de etarras hacia Venezuela, por la laxitud con la que el Gobierno de Hugo Chávez trata a miembros de la banda.
Unos 35 miembros de ETA residen en Venezuela, principal foco de preocupación para los agentes antiterroristas por considerar a muchos de ellos susceptibles de ser repescados por la organización, ahora que pasa operativamente por uno de sus peores momentos. Medio centenar de colectivos latinoamericanos llevan a cabo desde hace tres meses una campaña para evitar la extradición a España de Iñaki Etxebarria, reclamado por un asesinato frustrado. El Tribunal Superior de Justicia de Venezuela resolverá en los próximos días.
Completan la colonia latinoamericana una decena de etarras residentes en Cuba, el grupo que menos variaciones ha sufrido desde que llegaron deportados siete miembros de la banda como consecuencia de un acuerdo entre el Gobierno de Felipe González y el de Fidel Castro en 1984. Además, hay una presencia “testimonial” de etarras en Nicaragua, Panamá y Uruguay.
0