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El Parlament recupera la calma tras las protestas de los indignados

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Los diputados del Parlament han empezado a entrar esta mañana con normalidad en el Parque de la Ciutadella para asistir al pleno de debate de los Presupuestos, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad en los accesos al recinto. Desde poco antes de las ocho de la mañana, los diputados han ido llegando a pie, en taxi o en coche oficial, que en este caso les deja a las puertas del edificio del Parlament.

Entre los que han accedido en coche figuran la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, el conseller de Interior, Felip Puig, y el portavoz del PSC y líder de la oposición, Joaquim Nadal. El personal acreditado del Parlament ha entrado en el recinto a partir de las 7 de la mañana, mientras los vehículos de aprovisionamiento de la cámara catalana han tenido que esperar hasta las 8 para acceder al parque, que tiene varias de sus puertas abiertas.

No obstante, las personas que pretendían hoy acceder a la Ciutadella para pasear o hacer ejercicio físico no han podido entrar en el parque porque los Mossos d'Esquadra impiden por el momento el acceso al público. Los agentes de los Mossos que custodian los accesos piden la identificación para dejar entrar a políticos, trabajadores de la cámara y periodistas, mientras otros patrullan dentro del recinto del parque, donde se encuentran aparcadas mas de una docena de furgonetas de los antidisturbios.

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A las nueve de la mañana arranca la segunda sesión de debate parlamentario de la semana, con una sesión de control que ayer tuvo que aplazarse por lo extraordinario de la jornada. Después de que el movimiento 15-M se desmarcara de los violentos, ninguna actividad de protesta está convocada para la jornada de este jueves en el Parlament, pero la alerta sigue en el recinto de la cámara.

Tras la línea roja

Durante la jornada del miércoles, el Parlament vivió un auténtico asedio por parte de los indignados. Tras los actos el presidente de la Generalitat fue rotundo con lo que estaba sucediendo y se lavó las manos ante la opinión pública al anunciar una posible y justificada carga policial para controlar al movmiento.

El objetivo de los 'indignados' era frenar el Parlament el día en el que el pleno debatía el envase de los recortes, los presupuestos de la Generalitat, que han pasado pese a todo su primer trámite parlamentario.

El otro balance, el de las cifras de unos y otros, hablan de más de 30 heridos por parte de los manifestantes y 14 por parte de los Mossos d'Esquadra. A estos números se les suman los seis detenidos y la participación en el dispositivo policial de 550 agentes, según la policía autonómica.

Rechazo unánime

Los grupos parlamentarios, en bloque, rechazaban la “violencia” y la “coarción” de los manifestantes durante la jornada de eayer. Éstos han respondido “lamentando y condenando los minoritarios actos violentos que se han producido” y recordando que la mayoría de los concentrados se han comportado de forma pacífica.

Además, han cuestionado la “estrategia manifiestamente violenta que han ejercido algunas unidades policiales” y han denunciado en internet y en su comunicado oficial la existencia de policías infiltrados que “han originado incidentes”, según dicho comunicado.

Algunos diputados de la oposición, aunque por razones bien distintas, también han dudado el dispositivo policial liderado por Felip Puig.

Una jornada intensa

Durante la tarde del miércoles los manifestantes mantuvieron el cerco, y se dirigieron a la plaza de Sant Jaume, sede del Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. En paralelo, los Mossos d'Esquadra cargaban contra un grupo concentrado en el acceso del Zoo de Barcelona, situado en la calle Wellington, donde se produjeron las primeras detenciones.

En Sant Jaume, enclave simbólica, los 'indignados' mantuvieron una sentada pacífica y simbólica, para luego regresar a la zona del Parlament. Era entonces cuando los diputados, la mayoría a pie, abandonaban el recinto una vez finalizado el pleno. Tanto Artur Mas como la mayoría de su equipo salieron en coches custodiados por policías.

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