El Rincón del Buen Decir: “Tú me camelas”

Rioja2

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Esta semana les voy a contar una historia en caló. “Érase que se era un chaval que curraba chorando parné en la boca del metro. Desde que era un churumbel había sido criado en un barrio de payos, aunque su origen calé marcaba su vida y su vocabulario”.

Intenten adivinar, queridos lectores, qué palabras de las presentadas deben su origen a la lengua caló.

Las palabras que utilizamos en nuestra vida cotidiana tiene muy variadas procedencias. Normalmente no nos paramos a pensar de dónde viene o a dónde va esa voz con la que nos expresamos. Del latín, del griego o del inglés, muchos pueden ser sus orígenes. En esta ocasión, desde el Rincón queremos dedicar un apartado a determinadas palabras que proceden de la lengua caló, utilizada por los gitanos. Aquí podremos descubrir como multitud de palabras que “están de moda” y que más utilizamos provienen de esta lengua.

El caló, también llamado Romano, es una lengua mixta de base gramatical española y variable vocabulario gitano, hablada por los gitanos españoles. El caló parece ser el resultado de un proceso que podemos llamar de cambio lingüístico, en el cual, el romaní español, tras haber asimilado gradualmente la fonología y la sintaxis del castellano, fue abandonado a favor de una forma particular del español donde se retuvieron ciertas palabras romaníes específicas que han pasado al español coloquial.

Pero, a pesar de que el caló es una lengua que durante años ha perdurado de forma más oral que escrita, el continuado uso ha hecho que todavía se conserven ciertos términos, que parecen provenir de ese vocabulario utilizado por los gitanos, y que se han colado en la vida y cultura de todos nosotros.

Tenemos recogido en el DRAE el término camelar con el significado de 'galantear, seducir', pero también con el de 'engañar', derivado de camelo. Una de las hipótesis que hemos consultado atribuye la procedencia de camelo a un portuguesismo. Sin embargo, otra hipótesis argumenta razones de significado para indicar que su origen estuvo en el raíz sánscrita kam- unida el sufijo caló -elar. Los motivos que propician esta teoría son que el significado de la palabra camelar en caló es el de 'enamorar', y no el de 'engañar' que se apuntaba. La idea de seducir a alguien mediante galenteos y “engaños” ha llevado a esta palabra a tomar el significado que actualmente conserva de 'engañar'. De cualquier forma, ya lo demostró Niña Pastori en su canción “Tú me camelas”, camelar tiene que tener algo de bueno.

La palabra por excelencia para decir que algo nos gusta o que nos resulta agradable es, sin duda alguna, molar, que no, nada tiene que ver con las muelas del que la dice, y que nos sirve también para expresar que una persona “nos mola” es decir, que nos gusta.

Cuando algo nos da miedo o nos asusta decimos habitualmente que nos da canguelo. Esta palabra, recogida en el Diccionario de la Real Acedemia, también proviene del caló “canguelo” y éste de kandela, 'hiede, apesta'.

Todavía se puede escuchar, aunque cada vez menos, la expresión “¡Chachi!” para demostrar la alegría por algo o por alguien. El DRAE nos remite en esta entrada a la variante chanchi, que define como 'estupendo, muy bueno'. Cuando lo ocurrido es tan maravilloso que supera el adjetivo de chachi, podemos utilizar otro, de nuevo de la lengua gitana, que significa 'excelente', éste es “fetén”, aunque dependiendo del ámbito por el que nos movamos quizás es mejor soltar un “Chachi que te pasas” y no resultar pedante por la utilización del otro apellido. De la misma forma el adjetivo coloquial tan utilizado por nuestros jóvenes y no tan jóvenes para decir que algo es malo o que no está bien, el popular “chungo” también se trata de un término que proviene del caló, que en esta lengua quiere decir 'feo'.

En el ámbito de la juventud, los jóvenes no serán jóvenes, serán chavales, de nuevo un término caló que recoge el DRAE entre sus páginas. Nuestro diccionario nos indica brevemente que procede del término caló chavale, vocativo plural de chavó, 'muchacho'. Si la persona en cuestión es todavía un pipiolo de pañales y biberón no alcanzará la categoría de chaval, sino que todavía será un churumbel, por supuesto término gitano. Cuando el joven se trasforma en adulto y es un hombre recibirá el nombre de gachó; si es una mujer será una gachí.

Díganme, sinónimos de trabajar. Seguro que el primero que les ha venido a la cabeza ha sido “currar”. Pues bien, queridos lectores, esta palabra, cómo no, también procede del caló y así lo muestra el DRAE que sitúa su origen en en sánscrito krnoti 'hacer' que pasó después al caló. Habrá muchos que consideren un curro el robar o mangar, en el diccionario con doble acepción, la una como 'mendigar', la otra como 'hurtar'; aunque también solemos utilizar la palabra chorar, de la misma lengua de origen.

Llamamos la atención sobre un término que utilizamos de forma vulgar para hacer referencia al acto sexual, chingar, del caló cingarár 'pelear'. Desde luego, nada tiene que ver el significado que ahora recibe con el que antaño le dieron sus creadores. Este cambio de connotación se produce por el significado que toma en zonas de latinoamérica, recogiéndolo el DRAE como una palabra malsonante.

Para terminar con el Rincón de esta semana les vamos a proponer una serie de palabras que probablemente utilicen o hayan escuchado utilizar. Todas ellas provienen del caló y están recogidas en nuestro libro de cabecera. Desde luego, la influencia gitana en nuestra cultura es mucha y muy enriquecedora, no podemos dejar de tenerla en cuenta. Si conocen otros términos que provengan de esta lengua, no duden en enviarnos sus comentarios.

Aquí les dejo los términos en cuestión: piño, pinrel, parné, menda, jipiar, chalado o jiñar.