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El vino también hace campaña

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La distribución de vino en Estados Unidos se rige por un sistema de tres escalones denominado el ‘Three Tier System’, por el que la bodega (el importador en el caso de vinos extranjeros) vende a los distribuidores o mayoristas y éstos a los minoristas. Este sistema inamovible impide vender vino directamente a los particulares.

El ‘Three Tier System’ favorece a los mayoristas, apoyado por el hecho de que cada estado tiene su propia legislación sobre circulación de alcoholes, y encorseta a bodegas, tiendas, portales de Internet o casas de subastas.

Así, la Asociación de Minoristas Especializados de Vino (SWRA) ha denunciado en un informe que los mayoristas han aportado 50 millones de dólares a campañas electorales en los estados, entre los años 2000 y 2006, a los que añade otros 19 millones gastados en política federal y grupos de presión.

El director de la SWRA, Tom Wark, que ha obtenido los datos indagando en el Instituto Nacional de gastos de política estatal, denuncia que la financiación está destinada a que los políticos se acuerden de mantener la legislación actual. El dinero ha llegado a partes iguales a demócratas y republicanos.

“En 1950 había 5.000 distribuidores mayoristas en todo el país, mientras que ahora son 200”, señala Wark, acusándolos de querer mantener su posición de privilegio dentro del ‘Three Tier System’.

Por su parte, la organización de mayoristas de vino y espirituosos de América (WSWA) asegura estar “orgullosa de participar en el proceso democrático y de intervenir en una regulación prudente sobre el alcohol, frente a intereses particulares como los de la SWRA, que persiguen una desregulación total del alcohol”.

Tom Wark niega que sea éste el objetivo de su organización, pero entiende que los consumidores tienen algo que decir al respecto.

La legislación norteamericana perjudica a las bodegas que, aprovechando el flujo enoturístico y las nuevas tecnologías, tratan de distribuir directamente en todo el país, eliminando intermediarios y fidelizando a sus clientes.

Los cada vez más numerosos portales de vino, vinculados muchas veces a vinotecas, tampoco pueden enviar la bebida a más de 20 estados (Utah, Montana, Kansas,….) porque su legislación lo prohibe, bien por una posición ética frente al alcohol o como medida para proteger al comercio local.

Quizá por ello, los miembros de la Asociación de Minoristas se han unido bajo el eslogan ‘Vino sin Fronteras’.

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