ETA rompe la Semana Santa calagurritana con un coche bomba
El pueblo de Calahorra ha quedado consternado con el atentado cometido por ETA. La fuerte explosión del coche bomba frente al cuartel de la Guardia Civil quedará para siempre en el recuerdo de muchos por la sensación de pánico y medio que ha transmitido. “Es un sonido que no se me olvidará en la vida”, ha sintetizado el alcalde de la localidad riojana, Javier Pagola. Una concentración silenciosa reunía esta tarde a miles de ciudadanos frente al Ayuntamiento del municipio para condenar el atentado.
Calahorra acogía por la mañana los habituales actos religiosos de Viernes Santo. Poco antes de la conclusión de la procesión, a las 13:30 horas, el servicio de ayuda en carretera DYA de Vizcaya y el cuerpo de bomberos de Calahorra recibían una llamada en nombre de ETA que les avisaba de la colocación de una bomba frente al cuartel de la Guardia Civil. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado comenzaban entonces sus tareas de acordonamiento de la zona y de desalojo en los edificios adyacentes.
Media hora después explotaba el Honda Civic que produjo cuantiosos daños en las inmediaciones del recinto policial y llegó a trasladar escombros a una distancia de más de 300 metros. Como resultado de todo ello, tan sólo un Guardia civil quedó herido levemente con un traumatismo craneal y varias personas más tuvieron que ser atendidas por cortes y golpes.
Previamente, ETA había robado por la mañana el vehículo amenazando a punta de pistola a sus propietarios en el puerto de la Herrera, en territorio alavés a cien kilómetros de Calahorra. Las dos personas fueron encontradas, atadas y amordazadas, a las 16:30 horas por miembros de la Ertzaintza en la sierra Toloño.
INVESTIGACIÓN
Se desconoce por el momento el tipo y la cantidad de explosivo utilizado en el atentado, tal y como informó el Secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, que llegó por la tarde al lugar de los hechos. Tampoco se ha desvelado información acerca de cuántos miembros de la banda terrorista han intervenido en esta ocasión, aunque algunos medios han adelantado que se trataba de tres eterras.
De lo que no cabe duda es que ETA ha querido volver a la primera fila de la actualidad en plena Semana Santa, algo que, por otra parte, se podía prever. Cuatro edificios han quedado dañados como consecuencia de la explosión, dos de ellos con daños muy serios. El que peor estado presentaba es el situado en la esquina entre las calles General Gallarza y Achútegui de Blas, que precisa de cuantiosas reparaciones en sus fachadas.
Cerca de cuarenta familias no han podido pasar en sus casas. Por ello el Ayuntamiento calagurritano ha puesto a su disposición dos albergues. En concreto, el Ayuntamiento ha puesto a su disposición el albergue de peregrinos, junto al Museo de la Semana Santa, aunque al parecer la mayoría se alojará en casas de familiares. El Consistorio también ha habilitado un segundo albergue, el juvenil, para las 16 personas que vivían en la casa-cuartel, pabellón que deberá ser derribado por los daños. El cuartel, muy antiguo, iba ya a ser sustituido por uno nuevo que se encuentra en construcción.
Cerca del lugar de la explosión se ha instalado una carpa de Protección Civil para que todos los afectados puedan dar cuenta de los daños ocasionados en sus hogares de cara a futuras indemnizaciones. Sin embargo, nadie les quitará el miedo de encima durante un buen tiempo.
La explosión ha sido de tal magnitud que incluso se ha llegado a oír en pueblos limítrofes, tal y como han relatado vecinos de Calahorra. El humo también ha contribuido a crear una cierta sensación de pánico.
CONDENA RADICAL
Las fuerzas políticas desplazadas a Calahorra han coincidido en manifestar su más rotundo rechazo al atentado de ETA. Javier Pagola comparecía en primer lugar ante los medios con el susto todavía plasmado en su rostro. En el momento del estallido el edil oficiaba una boda. Aranzazu Vallejo, vicepresidente del Gobierno de La Rioja, y Francisco Martínez Aldama y Carlos Cuevas, secretario general del PSOE y PP, respectivamente, también se sumaban a la condena del atentado.
No es la primera vez que el cuartel de la Guardia Civil de esta localidad riojana es el escenario de un atentado de ETA. Ocurrió con anterioridad en 1983 y en aquella ocasión tampoco hubo que lamentar daños personales.
Antonio Camacho ha resumido con toda probabilidad el sentimiento de buena parte de la ciudadanía. “El único horizonte que le queda a ETA es la cárcel. La democracia no se doblegará ante los terroristas. Que no quede duda de que van a ser juzgados y condenados”. Al mismo tiempo el Secretario de Estado ha querido agradecer a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado su rápida y eficaz actuación. “ETA se empeña en seguir por el camino de la destrucción, pero no vamos a dar ni un paso atrás”, ha concluido su intervención.
CONDENA EN SILENCIO
La concentración en la plaza Quintiliano, frente al Ayuntamiento, ha puesto fin a las ocho de la noche a la intensa jornada vivida en Calahorra en pleno día de Viernes Santo. Más de un millar de personas ha participado en este acto de repulsa, en el que se guardaron cinco minutos de un respetuoso silencio. En este acto han participado el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, los consejeros del Ejecutivo autonómico Arázazu Vallejo y Luis Alegre y otros políticos y cargos públicos de La Rioja.
El alcalde de Calahorra, Javier Pagola, ha leído un manifiesto en el que asegura que la ciudad “condena enérgicamente” el atentado “que ha querido romper la paz de este municipio riojano”.
“Por segunda vez los terroristas han tenido como objetivo la ciudad de Calahorra pero los calagurritanos nunca nos vamos a amedrentar por ningún atentado de estos asesinos”, ha dicho.
Cree que “sólo desde la unidad de los demócratas y con los instrumentos del Estado de Derecho se podrá acabar definitivamente con esta lacra para los españoles” ya que “no es posible mantener ningún tipo de diálogo con aquellos que recurren a las armas para imponer sus posturas”.
Pagola subrayó el “cariño y la solidaridad” de Calahorra con los agentes de la Guardia Civil “con los heridos y con todos los vecinos que se han visto afectados por este lamentable atentado”.
Tras la concentración prosiguieron los actos religiosos previstos y se inició el Santo Entierro, uno de los principales momentos de la Semana Santar riojana. Se intentaba así seguir con la normalidad en una ciudad que ha vivido en esta jornada la convulsión que provoca la presencia de ETA.
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