Japón rebaja la radioactividad sobre Fukushima, en una situación “muy grave”

En el archipiélago nipón nadie consigue quitarse el miedo del cuerpo. Existe auténtico pánico a una catástrofe nuclear y todos los japoneses recuerdan Hiroshima como una pesadilla que puede volver a repetirse con una tragedia multiplicada. Por eso se cumplen hoy dos días de trabajos a destajo en la central de Fukushima Daichii por tierra y por aire, desde donde los helicópteros vierten miles de litros de agua robados al mar con la intención de refrigerar los reactores.

De esta manera aunque la situación sigue siendo “muy grave”, al borde de la catástrofe nuclear, el Gobierno nipón ha conseguido estabilizar la central tal y como anunciaba la propia empresa responsable de su mantenimiento y seguridad, la tokiota Tepco (que informaba de un descenso que alcanzaba los 279,4 microsieverts por hora).

Una de las mayores preocupaciones de las últimas horas se centra en el reactor número 2, cuyo humo se sospecha que podría proceder nuevamente de la piscina de refrigeración o de la cámara que la alberga. A continuación los bomberos desplazados centran sus esfuerzos en el reactor número 4 del que no se sabe a ciencia cierta cuál es el estado de su piscina ni la cantidad de combustible que puede albergar.

Por último, desde Tokio se vive con agotamiento y angustia la “seria” situación de Fukushima, que no solo ha obligado a cortes selectivos de electricidad para ahorrar y abastecer otras zonas del país sino al miedo de una posible nube radioactiva. De ahí que sus autoridades haya advertido a la población que no se aproxime a un radio más allá de 30 km de la central nuclear y los que vivan en este perímetro que no salgan de sus casas. Advertencia que EEUU ha extendido a 80 km a la redonda. En general los informes que maneja la Casablanca son más pesimistas que los de las autoridades niponas, que sigan afanadas en otro frente no menos grave: la asistencia humanitaria de los desplazados y la recuperación de los miles de cadáveres aún hacinados o enterrados bajo tierra y escombros.