La emblemática tintorería El Cordobés cierra después de 56 años
Por El Cordobés han pasado las prendas más especiales de los logroñeses. Es uno de esos negocios de toda la vida sin los que parece que Logroño dejaría de ser un poco Logroño. Después de 56 años, esta emblemática tintorería ya ha comenzado a cerrar y lo hará el viernes en Avenida Portugal y, unos días más tarde, en el taller de Avenida de Burgos, después de entregar limpias muchas alfombras que han llegado tras los meses de confinamiento.
“Cerramos por jubilación, dos de nosotros pasamos ya de los 65 años”, señala su propietario, José Ramón Blázquez. Los trabajadores de El Cordobés también son los de toda la vida: “la que menos lleva 18 años con nosotros”.
Sin embargo, también hay un factor económico en la decisión. “Es un riesgo mantener la tintorería con la calidad que yo quería”, asegura el presidente de la Asociación de Tintoreros de La Rioja. “Una tintorería que hace tantos servicios, trabajar para ayuntamientos, bodegas, en incendios y siniestros, necesita mucho mantenimiento y costes muy altos”, explica José Ramón Blázquez sobre la rentabilidad de su empresa.
Además, reinvindica que se aplique a su sector el 21% de IVA “cuando esta situación de estado de alarma nos ha dicho que éramos un servicio esencial”, indica este tintorero, recordando que es uno de los sectores que ha tenido que abrir durante todos estos días. Sin embargo, “estas cosas te vienen bien”, considera, porque los clientes quieren tener sus prendas muy limpias para evitar cualquier riesgo ante el coronavirus. Su tienda se ha adaptado también al estado de alarma y atiende siempre con mascarilla y con un máximo de dos cliente a la vez en el interior, que también tiene señalizada la distancia de seguridad.
Por sus manos han pasado todo tipo de textiles. Cortinas del siglo XVII, abrigos de la Guerra de Cuba, trajes de torero e, incluso, lámparas de seda, son algunos de los más curiosos. Sin olvidar, prendas habituales, como las camisas, “ahora se acude a la tintorería mucho más que antes” porque los cambios en las formas de vida han hecho que ahora dediquemos menos tiempo a la colada y que se acuda más a la tintorería.
En estos últimos días, José Ramón Blázquez está reubicando a sus clientes entre las tintorería más cercanas a sus domicilios porque “todos los tintoreros de La Rioja nos llevamos muy bien, incluso nos juntamos cada dos meses a cenar”, señala el presidente del sector.
Este tintorero está seguro que podría conocer a todos los logroñeses y es que han sido muchos años detrás un mostrador de avenida de Portugal. A pocas horas para que una de las tintorerías más antiguas de Logroño baje la persiana, José Ramón se siento orgulloso del trabajo hecho y de haber haberse convertido en uno de los establecimientos de toda la vida de la ciudad.
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