La Eurocámara aprueba la polémica norma sobre repatriación de irregulares
El pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer por 369 votos a favor, 197 en contra y 106 abstenciones la polémica norma que armoniza los procedimientos de repatriación de los inmigrantes. Su apartado más polémico es el que permite a los Estados miembros retener a los inmigrantes a la espera de expulsión en centros de internamiento hasta un máximo de 18 meses. Varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional, han denunciado que esta norma vulnera los Derechos Humanos de los inmigrantes. La directiva recibió el apoyo mayoritario del grupo popular europeo, incluida la delegación española, y de los liberales. Los socialistas se dividieron, aunque la delegación española tenía previsto votar a favor pese al rechazo de sus enmiendas, según informaron fuentes parlamentarias. El grupo de los verdes y el de Izquierda Unitaria votaron contra el texto.
El visto bueno de la Eurocámara supone el punto y final de la tramitación de la directiva. Una vez que sea publicada en el Boletín Oficial de la UE, los Estados miembros tienen un plazo de dos años para introducirla en sus respectivas legislaciones nacionales. Además, tendrán un año adicional para prestar asistencia jurídica gratuita a los inmigrantes inmersos en un procedimiento de expulsión.
El objetivo de la nueva norma es armonizar los procedimientos que siguen los Estados miembros en la repatriación de inmigrantes irregulares, ya que en la actualidad cada país puede hacer lo que quiera y aplicar los plazos que considere oportunos. Por ejemplo, en estos momentos, un total de nueve países -Reino Unido, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Malta, Países Bajos y Suecia- no contemplan en su legislación ningún límite para la retención de inmigrantes.
Estos Estados miembros se verán obligados a cambiar su normativa para introducir el nuevo límite de seis meses, que se podrá ampliar a 18 si hay una falta de cooperación del inmigrante o si hay demoras en la obtención de la documentación necesaria que deban expedir terceros países. A España no le afectaría este límite porque en la actualidad el periodo máximo de retención es de 40 días y la directiva de retorno no le obliga a ampliarlo, aunque el Gobierno ha anunciado que pretende hacerlo.
Los inmigrantes sólo podrán ser devueltos a su país de origen o a aquellos países con los que los Estados miembros o la UE hayan concluido acuerdos de repatriación. La norma establece que cuando una persona en situación irregular sea expulsada tendrá prohibida su entrada en territorio comunitario durante un periodo de cinco años. Sin embargo, se introduce el principio de retorno voluntario, que evitaría esta prohibición de entrada. Cada inmigrante tiene derecho a dejar el país voluntariamente y los Estados miembros deberán fijar un plazo para ello de entre siete y treinta días.
La directiva de retorno se aplica también a familias y menores no acompañados, aunque en este caso se prevén garantías específicas.
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