La Fiscalía denuncia a Luis Oliver por un delito de injurias graves

La Fiscalía de Sevilla ha interpuesto una denuncia penal contra el consejero deportivo del Betis, Luis Oliver, por las declaraciones vertidas durante una visita a la peña bética de Utrera en las que aseveró que “ni los nazis hacían lo que hace esta loca”, en “clara y directa alusión” a la juez de Instrucción número 6, Mercedes Alaya, que lleva el caso por un presunto delito societario contra el ex presidente y máximo accionista del club, Manuel Ruiz de Lopera.

Fuentes del Ministerio Público han informado a Europa Press de que fue el pasado viernes cuando la fiscal jefe, María José Segarra, presentó en el Juzgado Decano de Sevilla una denuncia penal contra Luis Oliver, al considerar que estos hechos podrían constituir un delito de injurias graves realizadas contra la autoridad en el ejercicio de su cargo.

En este sentido, se solicita la apertura de diligencias previas y la citación como imputado del mencionado consejero deportivo del club heliopolitano y cabeza visible de la empresa Bitton Sport, compradora del paquete principal de acciones de la entidad, detentado por Lopera.

En la denuncia, la fiscal jefe relata que el día 26 de octubre Luis Oliver llevó a cabo un encuentro con los componentes de la peña bética de Utrera que se grabó “para su retransmisión televisiva” por Onda Giralda TV.

En tal encuentro, “sentado en una mesa ante micrófonos, responde a las sucesivas preguntas de los miembros de la peña sobre la marcha del Betis”, y añade que, “ante varias preguntas sobre los procedimientos judiciales pendientes en relación con el Betis”, dijo que “ni los nazis hacen lo que esta loca”, todo ello “en clara y directa alusión” a la juez Alaya.

Al hilo de ello, argumenta que “del contexto de la declaración se deduce que esta no se realiza dentro de la intimidad o en una charla sustraída de forma ignorada a su emisor”, sino “todo lo contrario”, pues la presencia de los medios audiovisuales “es evidente a lo largo de toda la entrevista”.

“Oliver se encuentra sentado en una mesa con los micrófonos delante suyo mientras va respondiendo a las preguntas de los miembros de la peña”, por lo que “las manifestaciones que va realizando el entrevistado se realizan en un contexto en el que hay clara vocación de trascender”, apostilla.

“GRAN MENOSPRECIO” A LA JUEZ ALAYA.

De igual modo, asevera que “ninguna duda cabe sobre la persona sobre la que habla, la magistrada”, ya que, según agrega, “las preguntas antecedentes y sus respuestas se referían claramente a las divergencias que sostiene con las tesis de la instructora sobre la legitimidad de los títulos que le habían sido transmitidos por Lopera”.

Por lo tanto, concluye que “las expresiones gravemente injuriosas vertidas son el culmen del discurso que mantiene el entrevistado opinando sobre dicha investigación mientras responde a preguntas sobre el tema”.

Igualmente, la fiscal jefe señala que “la equiparación del procedimiento judicial llevado a cabo por la magistrada con las técnicas nazis no se oculta a ninguna persona que contiene una grave intención de ofender o menoscabar la dignidad profesional de la magistrada”.

Al mismo tiempo, refiere que Oliver “finaliza la frase insultante refiriéndose personalmente a la magistrada como 'esa loca'”, una expresión que “no puede sino responder a un gran menosprecio hacia su persona”.

Señala Segarra que, según la información aportada por Onda Giralda, la entrevista en la peña bética se emitió en los informativos del día 28 de octubre a las 14.30, 20.00 y 23.00 horas, así como en el programa 'La Noche del fútbol' del lunes 1 de noviembre, agregando además que la audiencia media en la capital en el mes de octubre fue de 281.282 personas, y en la provincia de 128.298 espectadores de media en el mismo mes.

Tras las declaraciones vertidas en el marco de la visita a la peña bética de Utrera, Oliver emitió un comunicado de prensa en el que quiso aclarar que sus palabras se produjeron “en una conversación privada con un grupo de peñistas”. En este comunicado, puso de manifiesto que “se trataba de una reunión privada y una conversación en la que se hablaba de forma coloquial y sin tener constancia de que estaba siendo grabada, utilizando en todo momento la legítima libertad de expresión”.