La ONU suspende la ayuda a Birmania
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) interrumpió hoy los vuelos con ayuda humanitaria a Birmania después de que el Gobierno militar se incautase de dos cargamentos de alimentos que estaban a punto de salir del aeropuerto de Rangún, según informó el director de esta agencia de la ONU en Asia.
“Vamos a tener que suspender nuestra operación aérea hasta que obtengamos garantías de las autoridades”, declaró Tony Banbury al canal de televisión CNN.
Birmania aceptará ayuda humanitaria extranjera pero no permitirá la entrada de trabajadores ni equipos de rescate por el momento, según informó hoy el Ministerio de Exteriores de la Junta que gobierna el país después de que un equipo de rescate que había llegado a Rangún procedente de Qatar en un vuelo humanitario fuese obligado a regresar.
“Birmania no está en situación de recibir equipos de rescate y de información extranjeros por el momento”, declaró el ministerio de exteriores en un comunicado oficial publicado por el diario birmano 'Myanma Ahlin'. “Por ahora Birmania está dando prioridad a recibir y distribuir ayuda humanitaria en las zonas afectadas por el temporal con sus propios recursos”, agregó.
El avión procedente de Qatar era uno de los doce vuelos con ayuda humanitaria que aterrizaron ayer en la antigua capital del país, según confirmó el propio ministro.
La frustración aumenta entre las organizaciones humanitarias debido a la débil respuesta que está dando la Juntas al peor desastre natural que se recuerda en el país, con retrasos en la expedición de visados y permisos de entrada a los trabajadores humanitarios y los vuelos extranjeros con ayuda.
Los trabajadores humanitarios y expertos internacionales que se encuentran en Bangkok deberán esperar, al menos, cuatro días más para poder entrar en Birmania y ayudar a las víctimas del ciclón que devastó el país durante el fin de semana debido a que la Embajada birmana en la capital tailandesa se ha tomado unas vacaciones por una fiesta local.
Los supervivientes han tenido que arreglárselas sólos en el cenagoso delta devastado por vientos de hasta 190 kilómetros por hora. Ninguna agencia gubernamental ni soldados han acudido a ayudarlos.
La cifra oficial de muertes se mantiene en 23.000, con 42.119 personas en paradero desconocido, aunque algunos expertos temen que la cifra de muertos pueda superar los 100.000. Con los arrozales llenos de agua salada, las reservas de arroz y los cultivos han sufrido enormes daños.
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