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La otra cara de los malos tratos

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Según Servicios Sociales, el 85% de los que culminan el plan no reinciden.

Un total de 260 mujeres denunciaron en La Rioja a su pareja o ex-pareja durante los ocho primeros meses del año por malos tratos, lo que supondría la presentación de una treintena de denuncias al mes. Una notable cifra que evidencia que la comunidad riojana tampoco está exenta de la lacra de la violencia doméstica. El Centro Asesor de la Mujer de la Consejería de Servicios Sociales del Gobierno de La Rioja es una de las entidades que trabaja en la prevención y corrección de los malos tratos en el hogar. Entre sus actividades, destaca el Programa de Intervención Terapéutica contra la Violencia. En funcionamiento desde 1999, atiende psicológicamente a hombres con problemas de control y violencia en el hogar. Sólo de enero a agosto, se habían inscrito 15 varones. De ellos, tres ya han terminado el curso y cinco continúan en tratamiento. Dos de los seis restantes apenas si superaron los primeros pasos; los otros cuatro abandonaron a la mitad del plan.

Vecino de Logroño, de unos 38 años de edad, con pareja estable y un hijo. Así es el perfil del asistente a este plan de reeducación del que se excluyen adictos a las drogas o el alcohol, personas con trastornos mentales o enfermedades orgánicas graves y varones con dilatado historial de malos tratos continuados. Según explica la directora de Familia y Acción Social, Paloma Corres, se trata de hombres que han protagonizado “situaciones puntuales” de malos tratos. “La mitad de ellos ha infringido tanto maltrato físico como psicológico; el resto sólo han ejercido el segundo”, explica.

Voluntariamente y ante la oferta de la propia institución, los hombres maltratadores acceden a someterse al seguimiento de un plan de formación de cinco meses de duración. En él, se pretende enseñar a vivir la vida de pareja sin violencia. “Un psicólogo se reúne semanalmente con cada uno de ellos de manera individual”, apunta Corres. Control de la ira y los celos, sexualidad y comunicación constituyen algunos de los aspectos que se tratan durante las sesiones.

El reto: “Conseguir que no reincidan”. De momento, el resultado parece halagüeño. Un 85 por ciento de los participantes no vuelven a maltratar.

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