Las mejores excursiones por La Rioja descubriendo los parajes más espectaculares

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El mejor plan para este verano pasa sin duda por quedarse en La Rioja. Ahí van doce propuestas para descubrir y disfrutar los mejores rincones de esta tierra, haciendo pequeñas rutas o símplemente contemplando el entorno o dándose un buen baño:

Cebollera y las cascadas de Puente Ra

De entre todas las joyas paisajísticas que ofrece la Sierra de Cebollera, nos quedaremos con la ruta de las cascadas de Puente Ra. Para acceder a esta magnífica excursión hay que adentrarse en lo más profundo de Cebollera. Se trata de una ruta corta y muy sencilla, ya que tiene poco desnivel.

Si se hace completo es un recorrido circular de poco más de 6 kilómetros en torno a la Ermita de la Virgen de Lomos de Orio, cerca de Villoslada de Cameros. En la parte de más altura se disfruta de un espectacular paisaje de pinos y las mejores vistas de la Sierra de Cebollera, llega después el hayedo y, enseguida, las primeras cascadas. Todo un espectáculo de saltos de agua, especialmente activos con el deshielo en la primavera y muy recomendables para disfrutar del fresco monte en verano.

Sierra de la Demanda

Uniendo las provincias de La Rioja y Burgos, la Sierra de la Demanda esconde numerosos rincones naturales: desde el pico de San Lorenzo, meca del esquí riojano y todo un caramelo para los amantes del senderismo, hasta los Montes de Ayago, a caballo entre ambas provincias con una intensa paleta de tonos verdes otorgados especialmente por hayedos, robledales y pinares.

La Demanda acoge además algunas de las joyas urbanas de La Rioja: Ezcaray y las 7 Villas. Estas últimas ubicadas en uno de los parajes más especiales de La Rioja; pueblos palaciegos en piedra e incluso con alguna mansión indiana, rodeados de naturaleza repleta de ríos, bosques, cascadas y montañas. Cualquier rincón de esta Sierra será una excelente elección. Además, el baño esta garantizado para los más valientes que se atrevan a disfrutar de las aguas cristalinas del Najerilla o el Urbión.

Mirador de almendros en Grávalos

Una extensión de 400 hectáreas de almendros que, entre los meses de febrero y marzo se convierte en un impresionante mar de flores blancas y rosas con un intenso olor a primavera y a miel.

Se enmarca dentro de toda una ruta de unos diez kilómetros en el entorno de Grávalos que incluye además el nuevo balneario, el lavadero y la balsa de Fonsorda y una antigua nevera del siglo XIX que todavía conserva sus argos originales de piedra que sostenían el peso de la cúpula. Esta construcción tradicional servía para almacenar la nieve y distribuir después hielo para conservar los alimentos. Un poco cilíndrico de grandes dimensiones que se alza en un cerro a las afueras del pueblo.

Peña Isasa

“Peña Isasa, que muchos la ven y pocos pasan”, dice un dicho popular en la Rioja Baja. Isasa es un topónimo de la etimología vasca que significa 'retama', el nombre de un arbusto de la zona. La leyenda dice que la peña se formó cuando Sansó lanzó uno de estos arbustos desde la ribera del Ebro. En cualquier caso, no hay duda de que compone uno de los paisajes más singulares de La Rioja, especialmente en primavera y otoño, con una bonita ruta de poco más de 13 kilómetros que arranca en el pueblo abandonado de Turruncún.

Desde Peña Isasa las vistas son espectaculares. Ubicada en los límites con las comarcas del Alhama y el Cidacos, permite una completa panorámica de la Sierra de Alcarama y Moncayo, Gatún y Yerga, las sierras de Peñalmonte, La Hez y el valle. Todo ello con una particular flora mediterránea en la que predomina el romero y la sabina mora, los pequeños bosques de encina y los campos de almendros.

Carrascal de Villarroya

Hace cientos de años, el paisaje del valle del Ebro y de las zonas llanas de la montaña mediterránea estaba plagado de dehesas y cañadas por las que circulaba el ganado. Hoy, el vestigio mejor conservado que queda de ello se encuentra en Villarroya.

Ubicado en la vertiente sur de la Sierra de Yerga, el Carrascal de Villarroya ocupa una superficie de 375 hectáreas plagadas de encinas centenarias, muchas de ellas de gran porte y espectacularidad. Es, sin duda, uno de los ejemplos de monte mediterráneo más importantes de la zona, conocido también por su enorme riqueza micológica.

Se accede por la carretera de Villarroya a Grávalos, por un desvío a la derecha de la carretera. Cuenta con un área recreativa, preparada también para los más pequeños con zona de juegos e incluso un gran laberinto de madera.

Vía Romana del Iregua

La Vía Romana del Iregua es un sendero recuperado y perfectamente señalizado que recorre todo el camino de cerca de 80 kilómetros a orillas del río Iregua, desde Logroño hasta el Puerto de Piqueras pasando por Vigera. Originalmente, el trazado original de la antigua calzada romana partía de Vareia (el barrio logroñés de Varea) hasta llegar a Numancia (Soria).

El sendero ha sido recuperado en todo su tramo riojano. La ruta, que torna de un paisaje de valle a otro cada vez más montañoso transita por rebollos, pinares y zonas rocosas, ofreciendo un auténtico espectáculo cambiante en cada estación del año. Está dividido en diferentes etapas adaptadas al senderismo y muy apreciadas por los amantes de la bicicleta de montaña, especialmente en el entorno de Viguera.

Sotos del Ebro en Alfaro

Uno de los ecosistemas más singulares de La Rioja lo encontramos en el tramo medio del Ebro en La Rioja Baja: la Reserva Natural de los Sotos de Alfaro. Bosques y aves que forman un mundo propio a orillas del río.

A lo largo de los meandros, playas e islas que forma el río Ebro en este último tramo riojano, vamos encontrando toda una variedad de especies animales y vegetales: chopos, sauces, fresnos y álamos en los que habitan cigüeñas, martines pescadores, milanos, abubillas, mirlos y garzas. En el agua, nutrias y visones europeos o incluso jabalíes o zorros que acuden a beber.

Si quieres entrar a un soto inundado puedes hacerlo en el recorrido circular que hay en el soto del Estajao, donce encontrarás además un área recreativa.

Vía verde del Cidacos

En el trazado del antiguo ferrocarril que unía Calahorra con Arnedillo, encontramos a día de hoy la Vía verde del Cidacos. Un trazado que recorre el hábitat de los dinosaurios que habitaron La Rioja en el Jurásico y que es hoy una magnífico paseo de varios kilómetros a orillas del río Cidacos.

Esta Vía Verde cuenta con cuatro Espacios Naturales Protegidos en un radio de menos de cinco kilómetros: la Reserva de la Biosfera Valles de Leza, Jubera, Cidacos y Alhama; la ZEPA Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa; y los ZEC Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa, y Sotos y Riberas del Ebro (Red Natura 2000).

Cañon del Leza

Sin duda una de las mejores opciones para pasar un espectacular día de verano en La Rioja. Un paisaje único que forma parte de la Reserva de la Biosfera de los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama que ofrece todo un abanico de posibilidades desde el paseo hasta el avistamiento de aves o incluso un remojón en el río Leza.

Compuesto por grandes cortados de roca caliza, con desniveles de 200 metros abiertos en la tierra, permite el paseo con espectaculares vistas hasta llegar a Soto de Cameros, uno de los pueblos más bonitos de La Rioja con casas de indianos, palacios, un mirador en la ermita de Nuestra Señora del Cortijo y zonas de recreo a orillas del río.

El recorrido se puede empezar desde el mirador que hay en la carretera o desde Soto. Si se hace desde el pueblo, la vuelta será cuesta abajo. En cualquier caso, las vistas son un auténtico espectáculo, con buitres sobrevolando muy de cerca y con la posibilidd de descender hasta el río en varios tramos.

Salto del Agua de Matute

Al final del pueblo la calle se convierte en pista. Las señales no tienen pérdida y enseguida cogeremos el sendero en un punto con magníficas vistas al barranco por el que transcurre el recorrido. A lo largo del camino encontraremos grandes escalones y un ambiente fresco recorriendo choperas.

El sendero va cruzando el riachuleo en varios puntos y en su tramo final se hace mucho más estrecho, llegando a atravesar incluso un tramo bajo la roca. La ruta concluye al llegar a las paredes rocosas en las que el arroyo forma la pequeña cascada que da nombre al recorrido.

Hayedo de Santiago en Munilla

Uno de los parajes más recomendables para disfrutar del otoño riojano más allá de los paisajes de viñedos. El color rojizo del hayedo cubre todo con la caída de las hojas. Se sitúa a seis kilómetros del pueblo y se accede al recorrido por un camino que se encuentra a la izquierda de la carretera cuando vamos en dirección a Zarzosa.

El color del otoño ofrece una amplia paleta de rojos, marrones, verdes y amarillos, ofreciendo un paseo de lo más placentero.

El Púlpito de La Rioja

En el siglo IX, el castillo de Cellórigo fue testigo de numerosas luchas entre árabes y crisianos. Hoy en día el castillo ya no existe pero el entorno, conocido como el “Púlpito de La Rioja”, es un enclave espectacular con magníficas vistas sobre el entorno de Haro.

Se trata de un territorio abrupto y rocoso, con grandes riscos como el macizo de Peñaluenga haciendo frontera con Burgos y dominando los valles del Oja y el Tirón.

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