De Alfaro a la República Dominicana: así es la vida de dos jóvenes profesores riojanos en el Caribe
Hace un año y medio, Mikel Bermejo decidió buscar nuevas experiencias al acabar sus estudios universitarios. Quería viajar y conocer mundo, y Latinoamérica siempre había llamado su atención. En esa búsqueda surgió una oportunidad en la República Dominicana. Tan bien fue la cosa que, un año después, le siguió su hermano mayor, Eloy. Después de varios años de docencia universitaria e investigación científica, este historiador del arte decidió también vivir su propia aventura y hacerlo con su hermano.
Desde septiembre, los dos hermanos alfareños comparten su vida y su trabajo en Salcedo, uno de los tres términos municipales de la provincia Hermanas Mirabal, en la región del Cibao, al norte de República Dominicana. Son dos de los muchos profesores extranjeros que hay en el Liceo Científico Doctor Miguel Canela Lázaro, un centro que se mueve en la vanguardia educativa por la implementación y desarrollo de una estrategia STEAM, basada en centrar el aprendizaje en el uso de proyectos colaborativos para incentivar el desempeño de los estudiantes en áreas como la ciencia, la tecnología, las artes o las matemáticas.
“En contra de la imagen que se da, el ritmo del Caribe es frenético”
“Nuestra labor no se reduce solamente al ámbito educativo sino que también tiene cooperaciones con el resto de instituciones desarrolladas en la provincia”, explican los hermanos desde el Caribe, “este proyecto interviene en diferentes ámbitos como una reforma carcelaria, la atención a víctimas de violencia de género, a la diversidad o el desarrollo sociocultural de la provincia”.
Ambos coinciden al asegurar que “la imagen idílica del Caribe, el sol, la playa y la tranquilidad sólo se encuentra en algunos lugares del país y está muy orientada al turismo” porque la realidad es otra. “El ritmo del Caribe es frenético, el ruido, los coches, las motos... El espacio público aquí no está hecho para las personas y caminar de noche es un deporte de riesgo, aquí ves cantidad de armas, de policías, militares, guachimanes (watch man en inglés) o incluso personas por la calle”.
“Lo más diferente es la relación con el alumnado, que aquí es mucho más cercana”
Pero al lado de esta “vida aparentemente peligrosa”, un montón de virtudes. “Aquí se siguen viendo muchos rasgos de solidaridad vecinal, de humanidad, que quizás en España ya no estén presentes. Por no hablar de la naturaleza que ofrece este país que es increíble. Bosques, lagos, playas, ríos... lugares idílicos”.
Pero sin duda, lo que más les ha sorprendido a ambos han sido los alumnos. “Aquí las relaciones con el alumnado son completamente diferentes a las de España, todo es más cercano,más cariñoso, comemos todos juntos, los profesores participamos en las actividades de ocio que ellos organizan después de las clases, la calidez humana que te ofrecen es increíble”.
Eloy y Mikel comienzan su jornada laboral cada día a las ocho de la mañana y concluyen a las cuatro de la tarde. Los fines de semana, en general, los dedican a viajar y a conocer el país. “La plantilla de profesores y profesoras es bastante joven por lo que solemos viajar todos juntos. Los viajes aquí son increíbles, es un país lleno de sorpresas”, señalan. Los dos jóvenes alfaremos viven y trabajan rodeados de dominicanos pero también de cubanos, haitianos, venezolanos, colombianos, estadounidenses, italianos, franceses, indios y japoneses.
Estos días los dos profesores preparan su vuelta a España. “Volvemos por Navidad, para descansar con los nuestros, a nuestros padres seguro que les parece una gran idea y nosotros también les necesitamos”, pero no será por mucho tiempo, pronto estarán de vuelta y quién sabe hasta cuando. “En principio, esta experiencia termina en julio de 2019 pero, quién sabe, el futuro siempre es incierto y todavía pueden ocurrir muchas cosas”.
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