El Pez se prepara para San Bernabé

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Sáenz-Francés, que es el cofrade más joven de esta entidad, reorganizada en 1940, ha añadido que “estamos trabajando para que todo esté preparado el once de junio”, fecha en la que, como ya es una tradición, se repartirán, junto a las murallas del Revellín, unas 22.000 raciones de pez, pan y vino.

Esta cifra, que es similar a las de los últimos años, se conseguirá con unos 900 kilos de alevines de trucha de piscifactoría, dado que “hemos apostado por la calidad y hace ya tiempo que abandonamos la pesca de los peces en el río Ebro, como era tradición”.

También se emplearán unos mil litros de vino, unos 22.000 bollos de pan y unos 20.000 jarritos de barro, ha indicado el secretario de la Cofradía, quien ha recordado que hay personas que acuden con su jarrito de repartos anteriores, “algunos de hace muchos años”.

“El reparto del pez, el pan y el vino es un acto único, sobre el que se articula la historia de las fiestas bernabeas”, ha indicado Sáenz-Francés, quien ha resaltado el “esfuerzo” que cada año hace la Cofradía del Pez para “conseguir que todas las personas que lo deseen tengan su ración y que el reparto se haga de la forma más ágil posible”.

Ha precisado que en este acto no se introducen novedades en cuanto a su desarrollo para mantener la tradición, por lo que “cada año intentamos que el reparto sea igual, pero mejor” en diversos aspectos, como la rapidez y en procurar la mayor comodidad de las personas, muchas de las cuales acuden a las siete de la mañana a las Murallas del Revellín para ser las primeras en recibir su ración.

UN POCO DE HISTORIA

Este acto recuerda la victoria que el 21 de junio de 1521, fecha en la que se conmemora a San Bernabé, alcanzó la ciudad de Logroño después de un asedio de las tropas francesas durante 18 días, en los que los logroñeses se alimentaron sólo del trigo de los graneros, del vino de las bodegas y de los peces del Ebro.

Cada once de junio se celebra una procesión con las imágenes de San Bernabé y la Virgen de la Esperanza, patronos de Logroño, y el alcalde de la ciudad ondea la bandera de la ciudad en los lugares donde antiguamente estaban las puertas de entrada a la localidad y donde cada uno de sus “banderazos” tiene una dedicatoria.

La procesión hace una “parada” ante la puerta del Revellín para disfrutar del “pez, pan y vino” y, así, rememorar el sustento de los logroñeses durante el asedio.

Los miembros de la Cofradía son veintiséis, numero formado por el del día (once), sumado a los guarismos del mes (seis por corresponder a junio) y año (uno, cinco, dos y uno que forman 1521). de la fecha que se conmemora.

Estos cofrades de número han de ser hijos de Logroño, residir en esta ciudad y haberse distinguido por su amor a ella; y aquellos que sobrepasen la edad de setenta años pueden pasar voluntariamente a ser cofrades eméritos, con iguales derechos y obligaciones que los anteriores.

También se pueden elegir cofrades de honor, que son aquellos que, sin haber nacido en Logroño, se han distinguido por su logroñesismo y entre ellos siempre figura el alcalde de la ciudad, por lo que este año se incorporará por primera vez el actual primer edil de la capital riojana, Tomás Santos.

En la actualidad, la Cofradía está formada por 24 cofrades de número, por lo que hay dos vacantes; por dos cofrades eméritos -José María Adarraga y Jesús Yabar, que pertenecen a esta entidad desde 1965 y 1979, respectivamente- y por diez cofrades de honor.

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