Finaliza la segunda fase de rehabilitación del yacimiento del Monte Cantabria de Logroño
El concejal de Patrimonio, Adrián Calonge, y el edil Rubén Antoñanzas han visitado este martes, junto con el equipo arqueológico del proyecto, el yacimiento del recinto amurallado del Monte Cantabria, declarado como Bien de Interés Cultural en 2012, cuyos trabajos de consolidación y rehabilitación referentes a la segunda fase del proyecto han finalizado.
Los trabajos, que se pusieron en marcha el pasado 3 de junio, se suman a los realizados en el área norte del yacimiento (zona de la puerta acceso), conocida como fase uno, que dieron luz a diferentes vestigios históricos desde la época prerromana.
“Este espacio de la zona oeste del yacimiento ha sido objeto de excavaciones arqueológicas a lo largo del siglo XX, cuyos resultados han quedado a la intemperie en muchas ocasiones dejando a la vista tres lienzos de muralla, dos cubos o torres y ocho habitaciones. Gracias a intervención, que finalizó a principios del mes de octubre y que continuó con la labor divulgativa y la realización de la memoria de resultados, se han mejorado las condiciones de conservación del recinto y se ha facilitado la correcta interpretación de los restos existentes, pues pone de relieve las diferentes fases del recinto, especialmente la prerromana y la visigoda, lo que convierte a este espacio en una ventana a los orígenes de la ciudad”, ha señalado Calonge.
En esta segunda fase, tras los trabajos previos de limpieza y desbroce del entorno, se realizó un estudio arqueológico para determinar el proceso constructivo de los paramentos del conjunto (revisión de la producción científica anterior, características de cada lienzo de la muralla, su trazado histórico o las modificaciones realizadas, la composición de los materiales empleados originalmente o en sus posteriores reparaciones, etc.), que determinó que la disposición de tres poblamientos diferentes: uno prerromano que fue destruido en el siglo III a. C., el visigodo que recuperó parte de las estructuras anteriores y las reforzó con materiales recuperados del entorno incluida un enclave rural romano y el medieval que es el que observamos actualmente.
Cronologías que cuadran con el desarrollo histórico de otros poblados del entorno más inmediato como La Hoya (Laguardia), La Custodia (Viana) o la misma ciudad romana de Vareia, entre otros.
El proyecto continuó con la consolidación de las fábricas de piedra que conforman la muralla y de los muros de las estructuras excavadas; los diferentes drenajes que afectan a la conservación de todos los elementos del conjunto; la recreación de los niveles de pavimento medieval de las habitaciones del recinto y de los espacios de la zona intramuros; y la delimitación del espacio mediante un cerramiento que dificulte el acceso de vehículos rodados por la ladera oeste.
En el interior del recinto amurallado la actuación se ha centrado en los espacios ya excavados. En cuanto a los tratamientos de protección, los restos arqueológicos, los silos y las pavimentaciones han sido protegidos con una manta geotextil de alta densidad. También se ha instalado un fieltro antirraíces para impedir la germinación de semillas de floración natural.
Respecto a los lienzos y a los cubos de la muralla, se ha realizado una limpieza general y un desbroce completo utilizando técnicas de topografía especializada para, finalmente reconstruir los lienzos desmoronados partiendo del material original.
Gracias a la experiencia acumulada en las dos intervenciones, se busca una mejora en la integración de los restos arqueológicos en su entorno, una mejora en su divulgación y en su mantenimiento.
Los trabajos, realizados por la empresa OCISA, supervisados desde la Unidad de Arquitectura, Regeneración y Vivienda, y con el seguimiento y supervisión de los arqueólogos Juan Manuel Tudanca y Carlos López la Calle, han contado con un presupuesto de 191 713,55 euros (IVA incluido).
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