Los trabajadores demandarán a los propietarios de Air Comet

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La dirección, que se comprometió con el comité de empresa a presentar la solicitud de concurso antes del pasado viernes, 11 de marzo, asumiendo que todo el resultado económico que obtenga de la venta de los bienes de empresa la destinaría a abonar los salarios de los trabajadores, lo aplazará al menos quince días.

Según explicaron fuentes sindicales, Air Comet esgrime retrasos que obedecen a una auditoría externa, que no ha proporcionado a tiempo las cifras ni los documentos necesarios que le tiene que entregar el Gobierno argentino por la expropiación de Aerolíneas Argentinas, al que reclama 200 millones de dólares (unos 139 millones de euros).

Air Comet tiene cuatro meses de plazo para negociar un plan de pagos antes de verse obligada a presentar el concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos), tras acogerse al nuevo artículo 5.3 de la Ley Concursal que permite a una compañía negociar un convenio anticipado con sus acreedores y declararse insolvente posteriormente.

Los trabajadores han comenzado ya a cobrar el paro, tras la presentación del ERE el pasado el 8 de febrero, que supuso la rescisión voluntaria del contrato de 76 trabajadores y la suspensión temporal durante cuatro meses del resto de empleados de la aerolínea -unos 590-. A excepción de los eventuales, que deben gestionar los trámites de la prestación por su cuenta.

Pero todavía queda pendiente la recepción del certificado de deuda de la empresa a una parte importante de los trabajadores que han quedado fuera. De hecho de los 200 tripulantes de cabina (TCP) de Air Comet sólo 20 han recibido dicho certificado.

“La compañía está entregando a cuenta gotas los certificados de deuda a cada trabajador, trámite necesario para facilitar la negociación con el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) una vez que se presente el concurso”, denunciaron los sindicatos.

El Fogasa no puede pagar a los trabajadores la parte de la deuda que les corresponde --al menos cinco de las ocho nóminas que les adeuda-- hasta que no se entregue el certificado de insolvencia de la compañía y se presente el concurso.

Por ello, los trabajadores no ven con buenos ojos que la compañía trate de agotar el plazo para presentar el concurso, ya que pueden llegar al 8 de junio, fecha en la expira su derecho al paro, y encontrarse de nuevo en “situación de desamparo”.

LA OFERTA A SUS ACREEDORES, “UN INSULTO”

Los propietarios de Air Comet están descapitalizando Teinver -sociedad de Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual y propietaria de la aerolínea- y principal acreedor de la deuda, lo que hace difícil “que se pueda sacar algo para pagar a proveedores y acreedores”, denuncian los sindicatos.

Así, no comprenden por qué la dirección no acepta ninguna propuesta de compra del material aeronáutico, fundamentalmente piezas de repuesto de los aviones A330 de Air Comet, que la aerolínea puso a la venta y guarda en sus almacenes y que podría caducar cómo ocurrió en el caso de Air Madrid.

“Si se va a echar a perder, que lo que se obtenga con su venta, aunque no sea el máximo valor, sirva al menos para cubrir alguna de las nóminas que no se cobrarán del Fogasa”, señalaron algunos trabajadores.

Por otro lado, fuentes sindicales califican de “insulto” la oferta que desde Air Comet se ha ofrecido a sus acreedores y que, según ha trascendido, sería el pago del 10% de la deuda a cinco o diez años. Eso supone que de cada millón de euros que deben pagarán 100.000 euros a cinco años a lo que se añaden cláusulas totalmente “inviables”.

Se calcula que la compañía adeuda unos 400 millones de euros. Entre otros impagos, debe cerca de 150 millones a otras empresas del grupo Marsans y 160 millones de euros a terceros. Entre ellos, 16 millones a la Seguridad Social, otros 10 millones de euros por las nóminas impagadas (sin incluir indemnizaciones), varias cantidades sin determinar a proveedores de combustible y más de 25 millones de dólares (unos 17,2 millones de euros) con el banco alemán Nord Bank por el embargo de los aviones.

Sobre la “difícil” posibilidad de reflotar la compañía a la que se refirió Díaz Ferrán recientemente, fuentes sindicales señalaron que los propietarios están hablando con gente para ofrecer los recursos de una aerolínea sin actividad que podría volver a montarse si se encuentran inversores.

SALVAR A MARSANS

Las mismas fuentes ven en ello un intento de los dos empresarios para salvar a Viajes Marsans, otra de las compañías del grupo que no atraviesa por buenos momentos, y cuyos mandos ha asumido personalmente Gonzalo Pascual, tras la dimisión de su director general y el cese de varios consejeros. Dichas fuentes creen que se trata de una exigencia de los acreedores que quieren garantías personales sobre Marsans.

El grupo está inmerso con sus bancos acreedores en la refinanciación de una deuda de 120 millones, y un crédito de 40 millones adicionales que no acaba de materializarse, mientras podría estar estudiando “dos o más ofertas” para su venta, según fuentes cercanas a la operación. Entre ellas se habla de dos fondos europeos si bien fuentes de Marsans señalaron a Europa Press que “no tienen referencia” del interés ni procedencia de éstos.

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