Menores entre rejas

Desde que se reformara la ley de Servicios Penitenciarios en 2008 en Sudáfrica, más de 300 niños menores de tres años viven con sus madres en la cárceles del país.

Así lo confirma un informe publicado por los Servicios Penitenciarios de Sudáfrica, el cual defiende que con esa edad son demasiado pequeños para separarles de sus madres.

Sin embargo, el Instituto Nacional para la Rehabilitación de Delincuentes, asegura en un estudio de 2006 que “las actuales instalaciones para los bebés y los niños que permanecen con sus madres en prisión son un entorno restrictivo que dificulta el desarrollo psicológico, cognitivo y social del niño”.

David Hlabane, portavoz del departamento sudafricano de Servicios Penitenciarios explica que “los hijos de las mujeres encarceladas sólo se les permite estar con sus madres desde que nacen hasta que tienen dos años. Si permanecen más de los dos años es porque todavía se les está intentando ubicar fuera de prisión con miembros de su familia o con padres de acogida”.

Además, el departamento penitenciario sudafricano puso en marcha el Proyecto Imbeleko en septiembre del año pasado, para mejorar las condiciones de vida de los niños en prisión. Se busca, principalmente, “crear ambientes agradables para los niños en las prisiones mediante el acondicionamiento de las celdas para convertirlas en unidades apropiadas para las madres y sus hijos y decorarlas de una forma diferente, haciendo que sean más estimulantes para los niños y más cómodas para que las madres encarceladas se centren en las necesidades de sus hijos”, ha explicado Hlabane.

El portavoz ha dicho que también están trabajando con las internas para encontrarles familias apropiadas a los niños. “Tenemos que hacer que el preso entienda que la vida entre rejas no está orientada hacia el crecimiento y hacia el desarrollo de un niño”, precisó Hlabane.

El Departamento de Bienestar Social ha destinado fondos para que las madres presas reciban ayudas que permitan dar a sus hijos algo más que sólo la leche en polvo y los alimentos que la autoridades carcelarias les ofrecen. Además, organizaciones caritativas y familiares de presos han donado ropa para bebés.

Sudáfrica es un país firmante de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, por lo que a menudo es criticado

por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos por permitir que los niños pequeños estén en la cárcel con sus madres, alegando que permanecer encarcelados afecta negativamente a los niños.