Niños al rescate
Los niños españoles podrían comenzar a los ocho años a aprender en el colegio cómo comunicar a sus padres una urgencia y a partir de los 12, a realizar el 'boca a boca' y el masaje cardíaco que podría salvar la vida de cualquier ciudadano que sufra una parada cardíaca. Esta es la propuesta realizada por Narciso Perales, jefe de la Unidad de Post-Operatorio de Cirugía Cardíaca del Hospital 12 de Octubre de Madrid, y el formador del SUMMA 112 José Luis Gómez.
En el marco de la presentación de una iniciativa de MasFarma y el Grupo MC Electromedicina para fomentar la instalación de desfibriladores en las oficinas de farmacia del país, ambos expertos aconsejaron comenzar a formar “desde el colegio” a los ciudadanos que, en el futuro, tengan que utilizar los desfibriladores que las autoridades sanitarias prevén instalar en lugares públicos.
Según el doctor Perales, enseñar en el colegio a realizar un masaje cardíaco o un 'boca a boca' debería formar parte de los contenidos de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, ya que estos menores son los que, en el futuro, podrían salvar vidas utilizando los desfibriladores que se ubicarán en lugares públicos.
En la actualidad, Europa aconseja que el personal no médico que necesite usar un desfibrilador reciba unas ocho horas de formación. Sin embargo, el experto destacó que un estudio piloto realizado en Estados Unidos ha revelado que un curso práctico de 30 minutos “sería suficiente” y que otros trabajos han demostrado incluso que, con una breve instrucción, hasta niños de nueve años son capaces de hacerlo.
Recordó que, el pasado 18 de junio el Ministerio de Sanidad y los consejeros regionales presentaron un anteproyecto de real decreto para homologar las normas para la buen formación de personal no sanitario en el uso del desfibrilador, un paso que, a su juicio, “reconoce el importante problema de salud pública que representa la muerte súbita y la importancia de contar con desfibriladores”.
INSTRUCCIONES POR TELÉFONO
“Antes había que producir la desfibrilación semiautomática dentro del propio sistema sanitario, era importante que las ambulancias, los centros de salud tuvieran desfibriladores. Una vez que el sistema sanitario tiene recursos y de un sistema de emergencia con capacidad de respuesta, ahora lo importante es que el ciudadano aprenda a proteger su propia salud”, indicó.
Perales es partidario incluso de que el 112 se encargue de dar instrucciones telefónicas al ciudadano para atender una parada cardíaca que se produce fuera del hospital, ya que atender al paciente en esos primeros cinco minutos es crucial.
“Más del 90 por ciento de las paradas cardiacas podrían revertirse si se realizara una desfibrilación en el primer minuto, pero, si ésta se retrasa, las posibilidades de sobrevivir disminuyen hasta ser prácticamente nulas en los siguientes 10 minutos”, advirtió.
En este sentido se manifestó también el responsable del SUMMA 112, para quien los niños a partir de ocho años deberían conocer el teléfono de emergencias y cómo comunicar una a sus padres. Además, considera que, a partir de los 12, deben aprender a realizar masajes cardíacos y ventilaciones 'boca a boca'.
“Si un día conocen cómo funciona, podrán aplicarlo a un paciente real”, indicó, lamentando que en España, sólo entre el 5 y el 7 por ciento de la población conoce este tipo de técnicas que, después de los niños, deben dominar como “primeros intervinientes” o personas que detecten el paro cardíaco, desde guardias a farmacéuticos, porteros o responsables de riesgos laborales de las empresas.
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