RIOJA2 A PILAR SALARRULLANA

Conocí a Pilar hace más de 20 años cuando andaba inmersa en las lides de la política local, intentando hacerse un hueco en el Ayuntamiento de Logroño. Al final…, consiguió llegar a concejala, ¡vaya si lo consiguió! Los que conocimos a Pilar sabíamos que le sobraba tesón para eso y para más.

A ella le debemos buena parte del modelo del Logroño actual. Fue la precursora de las peatonalizaciones de Calvo Sotelo, Castroviejo y Portales. Entonces, no se le entendió; los vecinos de la zona (donde vivía ella misma, justo en la calle Colón) le respondieron con caceroladas. Hoy, la visión del Logroño peatonal es bien distinta.

También fue la precursora de los aparcamientos subterráneos: la Alhóndiga (frente a la estación de Autobuses) o el de Gran Vía (debajo de la fuente de los Riojanos Ilustres).

Y del “carril bici”… Se encargó de habilitar el del Parque del Ebro, que hoy, ¡por fin!, tiene continuidad en avenida de la Paz (entre avenida de Viana y Muro del Carmen).

Antes había peleado con la sectas a través de sus libros. Le encogieron el corazón con amenazas y con juicios hasta que decidió retirarse de sus investigaciones y de la política. Es difícil que un cargo público diga adiós, porque perteneció a los políticos de la primera hornada, los que se dedicaban a esto por altruismo. ¡Como han cambiado los tiempos! Así que ella se volvió al instituto y a su casa de Tricio, para disfrutar de sus nietos y luchar por la vida.

Al final no pudo, pero dejó su huella en Logroño, su ciudad adoptiva. Hace unos días, le preguntaron a su nieto en el colegio que había hecho en San Bernabé. Dijo: “llevar a mi abuela en la silla de ruedas”.

Pilar, ahora ya no te hace falta esa silla. Los que te queremos, Pilar, te decimos “hasta luego”…