Somalia vive la peor crisis de los últimos 18 años
La situación humanitaria en Somalia ha llegado a niveles tan decadentes que es la peor en 18 años, ya que aproximadamente 3,76 millones de personas, la mitad de la población, necesita ayuda para sobrevivir. La seguridad en el país es cada vez peor, lo que dificulta el inicio de un proceso de recuperación en Somalia.
El director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Somalia, Graham Farmer, advirtió que “esta es la peor crisis humanitaria en Somalia en los últimos 18 años, desde el colapso del anterior gobierno”.
Según Farmer, el número de personas que depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir se ha incrementado debido al conflicto armado en algunas zonas y a la sequía en otras. “Por ello, y a pesar de los extraordinarios esfuerzos de los trabajadores humanitarios, los factores de la crisis se intensifican”, añadió.
La asesora técnica de la Unidad de Análisis de Seguridad Alimentaria y Nutrición para Somalia (FSNAU, siglas en inglés), Cindy Holleman, indicó que lo más preocupante es que la escalada de violencia se está produciendo en las mismas zonas que ahora están registrando los mayores problemas de acceso a alimentos y de malnutrición, lo que perjudica no sólo a la población, sino también a los cooperantes que intentan hacer llegar la ayuda humanitaria.
FSNAU publicó un comunicado en el que revela que la mayoría de la población somalí necesitada -el 75 por ciento de 3,76 millones-, se concentra en el sur y el centro del país, precisamente donde el conflicto armado está más activo.
Las zonas más afectadas son las ciudades pequeñas y los pueblos, “los desplazados alrededor de Mogadiscio [capital de Somalia] consiguen alguna ayuda, aunque poca, pero los de las ciudades más pequeñas no tienen acceso a ayuda”, lamentó Abdullahi Shirwa, una cooperante local.
“Decir que no podemos llegar es una sentencia de muerte para esa gente”, subrayó Shirwa en declaraciones a la agencia IRIN. Por ese es necesario que las organizaciones hagan hasta lo imposible para que la ayuda llegue.
Sin embargo, el número de desplazados internos no deja de aumentar: desde enero ha pasado de un millón a más de 1,42 millones, lo que supone un incremento del 40 por ciento en seis meses.
Además, “uno de cada cinco niños tiene malnutrición aguda, mientras que uno de cada 20 presenta malnutrición severa”, señala FSNAU.
Por último, en el norte, las comunidades agrarias y de pastoreo han quedado afectadas por las sequías y a las bajas precipitaciones que se han presentado desde hace tres años.
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