Tantos hombres como mujeres se operan para mejorar su imagen

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Son muchas las técnicas, cada vez más avanzadas y precisas, que se utilizan hoy en día para corregir los signos del envejecimiento. En el caso de la cara, son muchos los signos que denotan el paso del tiempo, el cansancio o el estrés. Por este motivo, la cirugía plástica, reparadora y estética lleva años desarrollando nuevos procedimientos para corregir las arrugas, la falta de volumen facial, las ojeras o las patas de gallo y los descolgamientos. Y como nadie se libra de las señales de la edad, la población masculina cada vez se preocupa más, tanto como la femenina, de reducir estos signos de envejecimiento. El número de hombres que recurre a una blefaroplastia o cirugía para rejuvenecer la zona de los ojos casi iguala al de las mujeres.

Esta técnica es una cirugía que sirve para modificar la forma de los párpados y se utiliza para corregir los signos de envejecimiento en esta zona preservando su función.

Según explica el cirujano plástico Enrique Monereo, que ha participado en el XLIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), “el perfil de paciente que se somete a este tipo de intervenciones para rejuvenecer la mirada ha cambiado mucho durante los últimos años. Cada vez son más hombres los que recurren a este tipo de técnicas y a edades más tempranas, alrededor de los 40 años”.

De todas formas, el envejecimiento de los párpados depende en gran medida de la piel y los tejidos subcutáneos y tiene un gran componente hereditario. Por este motivo, lo habitual es que sean personas de entre 35 y 55 años los que se sometan a este tipo de intervención por considerar que la expresión de su cara se ha tornado triste, cansada e incluso enferma.

TRATAMIENTOS CONSERVADORES

Los avances en este campo han permitido que los procedimientos utilizados sean cada vez menos agresivos. “Los tratamientos empleados son cada vez más conservadores, donde se extirpa menos tejido y se distribuye por el rostro”, explica Monereo. Este hecho hace que sólo en un 25 por ciento de las ocasiones en las que los pacientes se someten a cirugías para tratarse las bolsas de los ojos deban realizarse algún tipo de retoque diez años más tarde.

Además, el refinamiento de este tipo de técnicas es cada vez mayor, por lo que las posibles cicatrices son también menos visibles. Tal y como apunta el especialista, “en los casos en los que el paciente no tiene exceso de piel alrededor de los ojos, puede someterse a cirugía transconjuntival, mucho más conservadora que el resto al realizarse el corte por dentro del párpado, no se deja ninguna marca o cicatriz a la vista”, continúa explicando el experto.

El postoperatorio en este tipo de cirugías es también un proceso sencillo y no doloroso que requiere de pocos cuidados, como son la aplicación de frío en las zonas intervenidas y tratamiento con antiinflamatorios. “Pasadas dos semanas desde el momento de la operación de rejuvenecimiento de la mirada, el paciente ya está apto para realizar una vida totalmente normal”, comenta el Dr. Monereo.

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