Txeroki, condenado por primera vez en España a 377 años de prisión

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La Audiencia Nacional ha impuesto su primera condena de 377 años de prisión al exjefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu, “Txeroki”, por el intento de asesinato de la exteniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo en febrero de 2002.

Así lo ha acordado la sección primera de la sala de lo penal de este tribunal después de que el mes pasado el etarra fuera juzgado por primera vez en España y absuelto por la sección cuarta de la Audiencia Nacional por el intento de asesinato del vicepresidente del Grupo Correo -actualmente de Vocento- Enrique Ybarra, que recibió un paquete-bomba en enero de 2002.

La sentencia considera probado que “Txeroki” integraba el “comando Olaia” en los primeros meses de 2002 junto con Idoia Mendizabal y Asier Arzalluz -ya condenados por estos hechos-, que decidió poner una bomba al paso de la socialista y su escolta Ignacio Torres mientras se dirigían al Ayuntamiento en el marco de una campaña iniciada por ETA contra políticos municipales que tachaban de “españolistas”.

El comando, continúa la sala -formada por los magistrados Javier Gómez Bermúdez, Manuela Fernández Prado y Nicolás Poveda-, venía actuando por esas fechas en la zona del País Vasco donde se produjo el atentado, y utilizaba como refugio un piso alquilado por el ex coordinador del “comando Vizcaya” Gorka Martínez Arkarazo en Amorebieta.

Para perpetrar el atentado, los terroristas colocaron en las inmediaciones del Ayuntamiento un artefacto cargado de 20 kilos de titadyne en un carrito de la compra, “apto para causar la muerte de la teniente alcalde, del escolta y de cualquier persona que se encontrase en las inmediaciones”.

Al ver pasar a Cabezudo, continúa el relato, el comando accionó la bomba que no llegó a alcanzarles de pleno porque aquel día, a diferencia de otros, utilizaron la acera contraria, si bien resultaron heridos junto a otras 18 personas.

De vuelta al piso de Martínez Arkarazo, el comando elaboró una nota mecanografiada en euskera analizando la acción y que fue incautada en Francia al etarra Juan Fernández Iradi, “Susper” tras su detención en diciembre de 2002.

“Se trató de una acción muy violenta, por la enorme cantidad de explosivo utilizado, que originó unos efectos terribles, y sólo una afortunada coincidencia libró a las víctimas de lo que de otro modo hubiese sido una muerte segura”, señalan los magistrados.

Y su víctima principal fue una representante municipal “buscada precisamente en atención al cargo público que representaba”, lo cual lo convierte en un hecho “especialmente reprochable”.

La Sala, que condena a “Txeroki” por 20 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y otro de estragos, basa su decisión en las declaraciones de Martínez Arkarazo ante la Ertzaintza cuando fue detenido, en las que admitió que vivía en el piso y que había aceptado la propuesta de ETA de cederlo para que sus miembros se ocultasen, entre ellos Aspiazu.

Uno de los comentarios que hizo a los agentes, explica, fue que donde se puso el carrito “no era el lugar en el que había que colocarlo”, una afirmación que concuerda con la realidad “pues no lograron su objetivo, es propio de quien ha intervenido en su colocación”.

Además de la pena de cárcel, los magistrados condenan a Txeroki a indemnizar a Cabezudo con 155.800 euros, a su escolta con 286.200 euros y al resto de las víctimas con más de 90.000 euros, así como el pago de cerca de un millón de euros por los daños materiales -en inmuebles, vehículos y enseres personales- causados en el atentado.

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