Un diagnóstico, diez casos ocultos
Un 1% de los españoles padece esta dolencia causada por una intolerancia permanente al gluten (conjunto de proteínas contenidas en diversos cereales, fundamentalmente el trigo, pero también el centeno, la cebada y la avena en menor proporción). “Hay muchos casos sin diagnosticar. De hecho se estima que por cada paciente con EC hay entre 5-15 afectados aún sin diagnosticar. No obstante, cada vez se identifican más casos, gracias a un mayor conocimiento de la enfermedad y a un mejor índice de sospecha, pero también debido a la disponibilidad de marcadores serológicos eficaces y a que se realizan más biopsias duodenales en el curso de endoscopias digestivas”, señala el profesor Luis Ricardo Rodrigo Sáez, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Central de Asturias de Oviedo, en su reciente conferencia impartida en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), dedicada a este importante y frecuente problema de salud.
La enfermedad celíaca es una intolerancia al gluten del trigo, cebada y centeno que se presenta en personas predispuestas genéticamente y que se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, que altera la mucosa del intestino delgado dificultando la absorción de los nutrientes.
Al principio se pensaba que la EC era una enfermedad rara que afectaba fundamentalmente a niños. En la actualidad se diagnostican hasta un 20% de los casos, en personas con más de 60 años. Las manifestaciones clínicas son tan variadas que los pacientes consultan a muchos especialistas, como médicos gastroenterólogos, endocrinólogos, reumatólogos, hematólogos, cardiólogos, otorrinolaringólogos, neurólogos, ginecólogos, dermatólogos, psicólogos y psiquiatras, dentistas o pediatras.
Los pacientes celíacos presentan una predisposición genética relacionada con la presencia de unos marcadores específicos ligados a ciertos antígenos HLA de clase II (DQ2 y DQ8) que desencadenan la enfermedad cuando entran en contacto con el gluten. “En su clásica presentación digestiva, la EC se asocia con la pérdida de peso, diarreas, enfermedad ósea metabólica, anemia y astenia. Su repercusión general en las formas silentes es menos clara; sin embargo, estos pacientes presentan manifestaciones ocultas, entre las que se incluyen una masa ósea disminuida y deficiencias de hierro y ácido fólico. También se asocia en mayor medida con diversas enfermedades autoinmunes (EAI) que con frecuencia tienen mayor importancia clínica que la propia EC”, explicó el doctor Rodrigo.
En el tipo de síntomas influyen factores como la edad, la sensibilidad al gluten y la cantidad de éste que se ingiere en la dieta. Este experto señaló que la forma digestiva habitual se caracteriza por la presencia de hinchazón abdominal, diarreas, dolor abdominal y agotamiento. “Cuando no se presentan síntomas se denomina EC silente. Eso justifica que pueda hablarse de la ”punta del iceberg“. Se estima que existen unas 10 veces más de pacientes celíacos que los que están actualmente diagnosticados. Aunque la diarrea estaba considerada casi como un síntoma obligado, actualmente sabemos que hasta un 50% de los adultos presentan estreñimiento como síntoma predominante. Cerca del 30% de los celíacos no solo no están desnutridos, sino que muestran signos de sobrepeso evidente, en el momento del diagnóstico. Es muy frecuente que estos pacientes presenten una triada sintomática característica, que incluye la presencia de síntomas respiratorios, cutáneos y digestivos”.
EDADES
La presentación clínica más común en los niños se caracteriza por la presencia de síntomas digestivos frecuentes, con náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarreas y pérdida de peso. Las formas de presentación en el adulto son frecuentemente “atípicas”, caracterizadas por síntomas gastrointestinales diversos, acompañados de deficiencia crónica de hierro (con o sin anemia) o alteraciones bioquímicas inespecíficas, entre las que se incluyen alteración de las pruebas de función hepática, hasta en un 10% de los casos y trastornos tiroideos en un 5-10%. En los pacientes mayores son más habituales las formas silentes digestivas, acompañadas de molestias generales, tipo cansancio crónico, osteoporosis y dolores de cabeza o cefaleas.
El único tratamiento disponible en la actualidad es una dieta sin gluten (DSG) que los pacientes deben seguir de forma estricta y mantenida de por vida. Pueden tomar harinas procedentes de maíz y arroz, ya que estos cereales no contienen gluten. “Se hace muy necesario que todos los alimentos envasados y preparados, contengan un etiquetado bien detallado especificando si contienen o no gluten y su cuantía, para saber si los pueden tomar o no, los pacientes celíacos. Sería igualmente muy deseable que estos pacientes recibiesen ayudas económicas de forma directa o indirecta para que les ayudasen a comprar alimentos sin gluten, ya que actualmente carecen de cualquier subvención o desgravación para adquirirlos”, comentó el doctor Rodrigo.
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