Madrid permite que un consultorio veterinario realice esterilizaciones a animales sin licencia para ello

Ana Ayuso

Tetuán, Madrid —
9 de octubre de 2025 22:38 h

0

La tranquila calle Villaamil se ubica en el flanco más al oeste del barrio de Berruguete, en el distrito de Tetuán de Madrid. El número 51 de esta vía residencial plagada de comercios de barrio alberga un centro veterinario que incumple el reglamento profesional y que realiza operaciones mayores a animales, pese a no contar con la licencia adecuada para ello.

Se trata de Animanía Madrid, que ya en la relación de servicios que promociona en su fachada incluye “cirugías” y “campañas de esterilización” que no está autorizado a realizar. Aunque el Ayuntamiento de Madrid conoce sobradamente que este consultorio interviene quirúrgicamente animales, mira hacia otro lado y sigue permitiendo que lleve a cabo intervenciones mayores y esterilizaciones, que en al menos un caso ya han tenido consecuencias letales.

Durante un pleno de la Junta de Distrito de Tetuán, al que pertenece este establecimiento, el Grupo Municipal Socialista, por voz de la concejala María Caso, planteó la siguiente pregunta sobre este negocio: “¿Qué tipo de licencia tiene este centro, puede operar y realizar esterilizaciones?”. El coordinador de distrito respondió que Animanía cuenta con una licencia de actividad de “venta de animales y centro de tratamiento higiénico y sanitario”, por lo que podría llevar a cabo servicios de comercio al por menor de complementos y alimentos para animales de compañía, comercio al por menor de animales de compañía y de consultorio veterinario con tratamiento higiénico animal. Estos datos se pueden corroborar en los servicios municipales de información ciudadana.

Este funcionario remitió a su vez a la concejala María Caso a que solicitase los informes policiales al Área de Gobierno de Vicealcaldía, Portavoz, Seguridad y Emergencias, encabezada por Inmaculada Sanz, algo que elDiario.es pidió a este departamento en el mes de julio y que la propia edil también reclamó, pero que no han proporcionado hasta este viernes, más de dos meses después, porque “el expediente [contra este consultorio] está aún abierto”, indicaron en ese momento.

El Ayuntamiento de Madrid trasladó entonces a este periódico que este consultorio veterinario “ya había sido inspeccionado hasta en tres ocasiones en el último año por el departamento de Inspección de Sanidad y Consumo” y tras una actuación policial que tuvo lugar el 19 de junio “se informó a los servicios sanitarios de la Junta Municipal de Distrito de Tetuán”. Según trasladaron fuentes municipales a este periódico, se levantó un acta de inspección, en la que se refleja que “el establecimiento cuenta con centro veterinario asociado con la categoría de Consultorio Veterinario”.

El coordinador de Distrito informó de que “este año se han hecho seis inspecciones, que han dado lugar a tres expedientes sancionadores” que, indicó, se iniciaron el miércoles 17 de septiembre. La primera vez que este diario preguntó al Ayuntamiento por Animanía fue el día 10 de julio. Uno de esos expedientes se ha elevado a la Comunidad de Madrid, porque “se trata de una infracción muy grave por venta de medicamentos no autorizada”, señaló el coordinador de Distrito. ElDiario.es ha solicitado más información al respecto tras el conocimiento de este extremo al Área de Seguridad del Ayuntamiento, pero aún no ha recibido respuesta.

Operaciones mayores y esterilizaciones

El coordinador manifestó el pasado jueves que, como consecuencia de una reunión de abril a la que acudieron él mismo, agentes de la Policía Municipal y vecinos del distrito en la que “se trasladaron hechos” relacionados con este consultorio, se realizó una inspección, “de la que no se había dado traslado a la Agencia de Actividades” hasta el día 1 de septiembre y que ha dado lugar a un nuevo expediente que ha obligado a realizar una nueva inspección, en la que se constata que dispone de una licencia de consultorio veterinario y que “en planta baja tiene un quirófano, en el que el titular del establecimiento dice que utiliza para intervenciones menores”.

En este punto, los hechos se encontrarían dentro de la legalidad, si no fuese porque el propio establecimiento anuncia en su fachada que realiza “cirugías” y “campañas de esterilización”. Su dueño confirma en una llamada con este periódico que en su centro se llevan a cabo cirugías de tejidos blandos, pero también esterilizaciones y que cuentan con quirófano. “Nosotros la licencia que tenemos es de centro veterinario; no es clínica veterinaria, por lo que no tenemos equipos de rayos X, pero sí nos permite hacer cirugías, porque es la licencia de clínica veterinaria, no es consultorio”, asegura.

De acuerdo con una sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Sevilla de 2020, en los establecimientos calificados como “consultorio”, como es el caso de Animanía, sólo pueden efectuarse “cirugías menores, estando expresamente excluidas del concepto de cirugías menores las esterilizaciones”.

Asimismo y según el artículo 7.2 del Reglamento para el ejercicio profesional en clínica de animales de compañía de fecha 11 de junio de 2015, aprobado por la Asamblea de Presidentes de Colegios Veterinarios de España, se consideran “cirugías menores” aquellos procedimientos quirúrgicos “sencillos y generalmente de corta duración, realizados sobre tejidos superficiales y/o estructuras fácilmente accesibles, bajo anestesia local y previa sedación y analgesia, que tienen bajo riesgo para la salud e integridad del paciente, tras las que no son esperables complicaciones postquirúrgicas significativas y que no implican el uso habitual de labores de reanimación”.

El artículo 4 de este reglamento, relativo a las tipologías de centros veterinarios, expresa que sólo las clínicas y hospitales veterinarios pueden realizar operaciones mayores, entre las que se encuentran las esterilizaciones, para las que “será preciso contar con, al menos, un quirófano independiente, gases medicinales y monitorización anestésica adecuada”. En todo caso, Animanía no cuenta con licencia para realizar este tipo de intervenciones. “Consultorio es el que no hace nada, centro es el que solamente hace cirugías menores y clínica es el que ya tiene rayos X hace cirugías de trauma mayores. Nosotros estamos en el punto medio”, asegura el dueño del establecimiento.

Este periódico ha sabido por fuentes municipales que la Junta del Distrito de Tetuán, presidida por Paula Gómez-Angulo (PP), envió al Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid un “requerimiento urgente” de información a finales de julio, para verificar si Animanía tenía o no competencia para operar, pese a que el órgano encargado de otorgar y revisar las licencias de los locales de la capital es la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid. “Si en el local se desarrolla una actividad para la que no está acondicionado, será el colegio profesional el que lo determine”, recalcan desde el Ayuntamiento. Ni desde el Colegio de Veterinarios de Madrid ni desde el Consistorio han aportado más información sobre este caso, alegando que se trata de un “informe interno”.

Quien tendría competencia en esos aspectos, de acuerdo con la Ordenanza de Licencias y Declaraciones Responsables Urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid, es el propio consistorio. En los artículos 66 y 67 de dicha norma, se detalla que, cuando una actividad sujeta a control urbanístico municipal se realizase sin licencia, “se ordenará, previo trámite de audiencia, su cese inmediato”. La audiencia se podrá omitir si se constata “la concurrencia de riesgo para las personas, bienes o interés público”, como ocurriría en este caso.

El coordinador de distrito apuntó que “el Distrito de Tetuán no dispone de ningún expediente de naturaleza urbanística” relativo a este centro, porque no es competencia de su Junta, sino de la Agencia de Actividades, la que, en resumen, tramita y resuelve las solicitudes de licencias urbanísticas.

Por su parte, el departamento de Comunicación del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (Colvet) remitió a finales de agosto que “un consultorio que tenga quirófano y monitorización anestésica adecuada podría realizar esterilizaciones sin problema”. Ante esta respuesta, este diario justificó los puntos del reglamento señalado para que se llevase a cabo una revisión de esta declaración, que ha llegado este viernes: “En el artículo 7 del Reglamento aparecen los tipos de cirugías autorizados según las instalaciones, pero hay consultorios registrados con esa categoría en origen porque carecían de quirófano, pero ahora lo tienen, por lo tanto, puede efectuar esterilizaciones si disponen también de monitorización anestésica adecuada”, señalan y ejemplifican que “una clínica de 2025 también suele contar con rayos X para intervenciones de Traumatología y en el Reglamento, de data de 2015, ni siquiera se menciona”. Lo que parece claro es que, a tenor de los avances tecnológicos y de las discordancias entre los consistorios y los colegios veterinarios, “seguramente habrá que actualizar [el reglamento] ante la evolución de los últimos años”.

La ‘border collie’ que murió tras una esterilización

“Para poder hacer cirugías mayores, que son las esterilizaciones, se debe tener una clínica veterinaria. Así lo exigen todos los expertos, precisamente para evitar el intrusismo laboral y el fraude, que pueden acabar con episodios trágicos como el que, desgraciadamente, representa una border collie de tres años, llamada Akira, que ha fallecido en ese centro”, declaró la concejala María Caso. Se refería la edil socialista a la mascota de Anca, una vecina de Tetuán, que llevó a su perra Akira en septiembre de 2024 a Animanía para que le practicasen en este consultorio veterinario una cirugía de esterilización, conocida como ovariohisterectomía. La intervención le costó 259,85 euros y tuvo lugar el día 6 de septiembre de 2024.

Esta Border Collie de apenas tres años falleció pocas horas después de haber salido de la tienda. El 16 de julio del presente año, la familia de Akira interpuso una demanda contra el propietario de Animanía, M.S.F.O., en el Juzgado de Primera Instancia de Madrid por una “actuación negligente”.

El dueño del consultorio veterinario justifica que “la perra salió perfectamente”. “De hecho, tenemos un informe del Colegio de Veterinarios de Madrid que dice que en nuestro procedimiento todo fue correcto. No sabemos lo que pasó con ella después”, señala. El propietario, que responde a las siglas de M. S. F. O., ha rehusado enseñar ese informe a este diario para confirmar su versión y se ha limitado a decir que la familia de Akira siguió sus “indicaciones tarde”.

El Colegio de Veterinarios de Madrid ha contestado por carta a una petición que realizó la familia de Akira de reabrir un expediente ya archivado. En esta respuesta, la institución aclara que sólo actúa ante cuestiones deontológicas que tengan que ver con la actividad profesional de los veterinarios colegiados, y recalca que otras responsabilidades, como las legales o administrativas, no son de su competencia.

Campaña de esterilización

Sergio Gómez, otro vecino de Tetuán, acudió al local de la calle Villaamil, 51, a fecha de hoy en funcionamiento, junto a su madre, Sara, el 11 de junio de este año para informarse sobre la campaña de esterilización, que, tal y como apuntó la persona responsable de la tienda en ese momento en un papel que luego les entregó, se desarrolla entre los meses de julio y agosto, y los de noviembre y diciembre.

En el presupuesto, escrito a mano en un papel de un tamaño similar al de un pósit, la responsable de la tienda indicó que el precio de la esterilización “sin campaña” ascendía a 345 euros, pero durante esos meses se aplicaba un descuento del 20%. A los 276 euros resultantes, tendrían que sumarse los importes de la medicación, de unos 30 euros, y de la analítica, de 38 euros.

Los dueños de Akira, la perra que falleció en septiembre, detallan en la demanda que “nunca” les “habían informado” de que su licencia solo era de consultorio veterinario, dado que ellos siempre habían ofrecido servicios de clínica veterinaria, hacen anualmente campañas estacionales de esterilización para perros y gatos e incluso en páginas web y repositorios externos han llegado a autodenominarse como ‘clínica'“. Ellos entendieron que ponían a su mascota ”en manos de un local con todas las garantías, condiciones higiénico-sanitarias, controles y licencias que habilitan para tal actividad“, pero no fue así.

Antecedentes de venta de animales exóticos

El coordinador del pleno de Tetuán también ha informado en uno de sus últimos plenos de la existencia de dos expedientes sancionadores en materia sanitaria tramitados desde el distrito y relacionados ambos con la “tenencia de una serie de pájaros por deficiencias en la conservación de los mismos”. Primero, se adoptó una medida cautelar que permaneció dos meses en vigor, hasta que el dueño del establecimiento “subsanó las deficiencias y se inició un expediente sancionador que acabó con una multa de 180 euros”.

De acuerdo con los datos que aportaron en julio fuentes del Área de Seguridad, en la inspección del 19 de junio del local “el Departamento de Salud del distrito comprueba que sólo tienen a la venta diferentes especies de peces de acuario y un ave agaporni” y agregan que “el dueño asegura que no realiza actividad de venta de animales fuera del local”. El hecho de que desde el Ayuntamiento incidan en que actualmente en Animanía Madrid solo tenga a la venta esas especies no es menor.

El dueño del establecimiento, M.S.F.O., fue detenido —y posteriormente, puesto en libertad— en el año 2004, después de que equipos del Seprona y de las direcciones generales de Medio Natural y Agricultura de la Comunidad de Madrid verificasen que en el local que entonces regentaba en la calle Pamplona, 59, en el mismo distrito, vendía de manera ilegal animales exóticos, a los que alimentaba con ratas.

En esa ocasión, fueron los vecinos, junto a la ONG que interpuso la denuncia, quienes dieron la voz de alarma por el mal olor que desprendían los animales que se encontraban en un sótano oculto tras un perchero, según informaba El País en septiembre de ese año. El propietario mantenía ocultos más de 200 animales de 22 especies protegidas, a los que agolpaba vivos o muertos, junto a los centenares de ratas y grillos que les servían de comida a los primates, reptiles y tarántulas que allí se encerraban.

Tras esa inspección, los agentes constataron que el establecimiento, antes conocido como Mario’s Zoo Animanía, carecía de licencia para vender cualquier tipo de animal. La web del actual establecimiento, Animanía Madrid, anunciaba que este comercio disponía de primates, avestruces, canguros, osos, mapaches, mofetas, cerdos enanos o murciélagos para vender. La página dejó de estar disponible el fin de semana del 29 de marzo de 2025, según informan vecinos del distrito y como ya adelantó El Periódico.