Hay incidentes que reabren viejos debates enquistados. Es el caso de lo sucedido la mañana del pasdo lunes 30 de junio en Madrid, cuando el desprendimiento de un cascote en el scalextric de Puente de Vallecas no ha dejado heridos, pero sí un buen susto en conductores y viandantes alrededor de este importante nodo de la M-30.
Fuentes vecinales trasladan a elDiario.es que se trata de “la segunda vez enpocas semanas que se caen trozos del puente al suelo, con el consiguiente susto y peligro”. Desde el área de Obras del Consistorio, por contra, defienden su estado en declaraciones a Somos Madrid: “Los desperfectos son menores y se van a reparar como se hace siempre con aquello que se va detectando. Asimismo, el pasado fin de semana se inspeccionaron todas las impostas para verificar que el resto de elementos está en adecuadas condiciones. Dicho esto, se está trabajando en la redacción de un proyecto para regenerar el espacio bajo el puente”.
Un paso elevado cuyo desmontaje ha protagonizado diversos debates en los últimos años en los plenos de Cibeles, debido a las divergencias sobre su futuro entre el Ayuntamiento y la oposición. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha llegado a calificar de “asignatura pendiente” reformular el tránsito de la zona. Pero ha descartado cualquier intervención hasta el momento porque dice no contar con la fórmula adecuada. En declaraciones anteriores fue más allá, al tachar el fin de esta esta estructura como “inviable”.
Para Más Madrid, en cambio, la solución no genera dudas. La formación que lidera Rita Maestre anunció incluso que la demolición del scalextric sería su “primera medida” en caso de liderar el Ejecutivo municipal resultante de los últimos comicios. El objetivo de Maestre, dijo, es “mejorar la vida de esos miles de vallecanos que llevan décadas viviendo encima de una autopista urbana”.
Más de 200.000 vehículos atraviesan este punto cada día, un dato que sirve de argumento para defensores y detractores del paso elevado. Los primeros insisten en la dificultad de reubicar y reorganizar a tantos conductores, mientras que los segundos recalcan la afectación de ese volumen de tráfico en la movilidad, la calidad del aire o la seguridad de la zona.
El área de Obras descarta de nuevo el desmontaje ante las preguntas de este periódico: “El puente, como todas las infraestructuras de la ciudad, es objeto de mantenimiento continuo e inspecciones regulares que permiten que conserve unas condiciones adecuadas de seguridad y funcionalidad. Hoy por hoy no hay indicios de patologías graves ni ningún riesgo estructural”.
Sin embargo, el Ayuntamiento demolió en 2020 otro scalextric, el de Joaquín Costa, de características similares y construido apenas seis años antes (1970 por 1976). Después de una remodelación que duró dos años y de 11,3 millones de euro de inversión, el eje de las calles Joaquín Costa-Francisco Silvela (junto con las aledañas de Gabriel Lobo, Príncipe de Vergara y López de Hoyos) estrenó un pavimento, aparcamientos y aceras de dos metros de ancho. Una zona de 5.400 metros cuadrados en la que el peatón se convirtió en el gran protagonista.
La delegada de Obras y Equipamientos del Gobierno municipal, Paloma García Romero, justificó la necesidad de los trabajos por el riesgo de caída de la estructura. Un escenario que el Consistario de Puente de Vallecas descarta por el momento en Puente de Vallecas, aunque con cada cascote caído su situación se vuelve un poco más insostenible.