Día de rebelión en el Hospital La Paz: “En Urgencias hay pacientes que esperan ser ingresados desde hace 72 horas”

Lourdes Barragán

La Paz (Madrid) —
26 de agosto de 2025 13:02 h

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Adrián es enfermero de Urgencias en el Hospital La Paz, uno de los más prestigiosos de Madrid. Lleva los últimos tres días viendo las mismas caras cuando va a trabajar, y no se refiere precisamente a las de sus compañeros: “El tiempo máximo recomendado en un servicio como este es de un día. Pero tengo pacientes en salas de espera para ser ingresados desde hace, por lo menos, 72 horas”. Es su confesión de este martes a media mañana, cuando junto a decenas de sanitarios decidió plantarse en la plazoleta que hay frente al clínico en señal de protesta contra el “colapso” que, dicen, arrastran desde hace años.

La falta de camas disponibles, las listas de espera para acceder a muchos servicios, la escasez de personal que aumenta con cada baja por sobrecarga laboral y la “falta de respuesta” por parte de las administraciones son algunas de las razones que les han llevado hasta allí. Vestidos con batas blancas o bien con ropa de uso diario, en torno a un centenar de personas gritaban cánticos señalando tanto hacia arriba (“que baje la dirección a cuidar el pabellón”) como hacia el lado, coreando con ironía que aquel hospital era la “excelencia”, pero “de la precariedad”.

Lo hicieron en presencia de algunos líderes políticos, que se dejaron ver por la protesta: los portavoces regionales de Más Madrid y el PSOE, Manuela Bergerot y Javier Guardiola, respectivamente. “Solo en agosto han tenido que cerrar 297 camas o planificarse con tres meses de antelación. Esa es la chapuza del Ejecutivo de [Isabel Díaz] Ayuso, que demuestra ser una gestora incompetente y una jeta, porque echa la culpa al Gobierno de España”, ha espetado la primera, que también es diputada en la Asamblea regional.

“El Estado sí invierte en sanidad pública. Lo que nos preguntamos es en qué ha invertido ese dinero Ayuso”, aseguró poco antes el socialista ante los medios, señalando la protesta como “un grito” de quienes “no pueden seguir así”. En realidad, se trata de una huelga simbólica que solo durará 24 horas. Esta fórmula es una estrategia que hace de espejo: cuando los trabajadores convocan un parón, la gerencia está obligada a proporcionar unos servicios mínimos del 35% de la plantilla. Y eso supone una paradoja.

“Al principio era un chascarrillo que repetíamos en el hospital cuando empezó a faltar personal, pero ahora queremos demostrar que es cierto: incluso en una huelga viene más gente a trabajar”, expone Guillem del Barrio, vinculado al sindicato independiente que convoca la iniciativa, TERE (Trabajadores en Red). Según los manifestantes, hay unidades en las que a veces “ni siquiera se alcanza esa barrera”, por lo que empujar a la administración a reclutar personal para cubrir las bajas puede demostrar que “no son capaces de conseguirlo” porque “no ofrecen condiciones dignas”.

En esta ocasión desconocen cuáles han sido finalmente los servicios mínimos ofrecidos por el hospital, aunque muchos aseguran que ha sido inferior al de otras ocasiones. Como cada año, el colapso en La Paz se acentúa durante los meses de verano. Este hospital público, uno de los más importantes del país, mantiene largas listas de espera para ingresar en las instalaciones y no es la primera vez que se denuncia el cierre de camas “para ahorrar” en sanitarios: “La única unidad en la que sabemos que contratan a gente antes de que pasen dos semanas desde que un trabajador se da de baja es en Urgencias, y solo porque salimos en las noticias y no ha quedado más remedio”, destaca el portavoz de los trabajadores que amparan la huelga simbólica.

Y esto produce una segunda derivada: “Para tapar esos huecos terminan llamando a gente que está librando para que los cubra y se crea una gran deuda: la de los días libres que se deben a la plantilla”. La asociación de Trabajadores en Red calcula que la gerencia del clínico debe un total de 23.000 jornadas a empleados que acudieron fuera de su horario habitual, generalmente por bajas generadas que “no se arreglan como deberían, que es haciendo más contratos durante todo el año”. La solución que reivindican pasa por aumentar el personal fijo durante todo el año, de forma que facilite cubrir las ausencias inevitables en cada unidad. Que, en ocasiones, se generan por la propia saturación de La Paz.

El argumento de la Consejería de Sanidad ante la huelga en el Hospital La Paz: "Los sanitarios tienen derecho a vacaciones

Es el caso de Inés, enfermera. Hace tres años que está en la planta de Traumatología y fue una de las voluntarias en los días aciagos de la pandemia para hacer horas en el nuevo Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal. Lleva de baja desde enero; el motivo: sobrecarga laboral. “Peté en las semanas del pico de gripe y sé que fue por una mala planificación: donde antes eran ocho pacientes pasamos a tener 16. El día a día se hizo sencillamente insoportable”, denuncia.

Inés asegura que, al menos en su unidad, el 30% de la plantilla se ha dado de baja en algún momento por estrés laboral. Sin embargo la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, ha quitado hierro a la huelga. Consultada en esos momentos durante una visita a San Sebastián de los Reyes, Matute cifró en 19 de 7.300 los trabajadores que han faltado por el parón, un 0,26% de la plantilla. “Los sanitarios también tienen derecho al descanso o las vacaciones”, argumentaba así las ausencias prolongadas de personal que denunciaban desde la plaza.

De todos ellos, según la consejera once son sanitarios en formación, cuatro enfermeras y un TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería), mientras que el resto se compone de personal administrativo. Fuentes de su departamento niegan que exista algún colapso y tildan la huelga de “impostada”, mientras que en sus declaraciones de esta mañana Matute ha repetido hasta en dos ocasiones que la protesta la convoca un sindicato “minoritario”, refiriéndose a TERE.

Desde el inicio no estaba previsto asistir realmente a la huelga, solo a la manifestación de las 12.00 horas. Con idea de no paralizar la actividad de un hospital que “ya está bajo mínimos” –en palabras de los asistentes– se solicitó el parón con idea de obligar a la dirección a fijar unos mínimos de personal durante las 24 horas que durara esta actuación, que comenzó a las ocho en punto de la mañana y terminará el miércoles a las 7:59.

Fernando, celador desde hace 35 años en el clínico madrileño, asegura el día antes de la huelga que acudirá a su puesto de trabajo aunque apoya la iniciativa. Considera que la estrategia, al ser simbólica y “no querer paralizar el hospital, sino hacer evidente que con servicios mínimos apenas cambia el número de personal” y que, a causa de la “temporalidad” de los contratos que se ofrecen “no logran atraer a más trabajadores porque prefieren irse a otras comunidades”. En su caso trabaja en el área de Maternidad, con lo que reconoce que su conocimiento de causa se recluye sobre todo a esta planta.

A finales de enero, precisamente, el sindicato CCOO (Comisiones Obreras) denunció ante un juez la falta de personal en Neonatología, donde algunas noches solo había una enfermera supervisado a bebés recién nacidos con patologías previas, que por ello requerían de un cuidado especial. Esta misma mañana, los trabajadores de los servicios de Urgencias de La Paz, Cantoblanco y Carlos III (todos forman parte del mismo clínico) emitieron otro parte similar. El documento, presentado al inicio de la huelga y al que ha tenido acceso este periódico, revela que a las 11.00 horas de esa misma mañana había 61 pacientes esperando a ser ingresados.