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Decenas de nuevas fuentes llegan a las calles del distrito Centro

Un operario termina de pintar una fuente de agua potable recién instalada frente al Conde Duque, en la plaza Guardia de Corps. Es la última en desembarcar de las 21 que está instalando estas semanas en el distrito Centro. Se trata de la primera parte de las casi un centenar de surtidores que los vecinos aprobaron colocar en sus calles, durante la votación de los presupuestos participativos del año 2016. Decidieron dedicar a esta partida 500.000 euros.

El contrato integral de limpieza y conservación de zonas verdes que maneja el Ayuntamiento de Madrid solo incluye colocar 13 nuevas fuentes de agua potable al año en toda la ciudad. Por ello, el área de Medio Ambiente ha tenido que ampliar los contratos para recoger así “la creciente demanda de las vecinas y vecinos a través de los presupuestos participativos”, explicaba cuando presentó el plan. En el distrito Centro, este incremento se traduce en el siguiente mapa:

En azul se muestran las fuentes que se están instalando o se instalarán en el corazón de Madrid durante las próximas semanas, según datos de la Junta de Centro. En verde se ubican las que recibirá la zona de Malasaña hasta el año 2020. Según esta planificación, calles como San Bernardo, Valverde, Pez o Fuencarral contarán con agua potable disponible para los paseantes como la que acaba de llegar a Guardia de Corps.

Cada fuente instalada tiene un coste aproximado de 6.000 euros (IVA incluido), lo que incluye la obra civil necesaria, las conexiones a las redes de agua y alcantarillado y la propia fuente.

El ambicioso plan de instalación de fuentes servirá para revertir -en parte- una tendencia que uno de los grupos impulsores de esta actuación, Ecologistas en Acción, critican abiertamente de los gobiernos anteriores de la ciudad, que a su juicio intentaron “expulsar a la gente de los espacios públicos para convertirlos en zonas exclusivamente comerciales”, explicaban a Somos Malasaña.  La plaza Luna (Soledad Torres Acosta) era “el mejor ejemplo de ello, de lo que no hay que hacer”, apuntaban. Hoy, este lugar cuenta con una nueva fuente, además de un parque infantil renovado y sendos circuitos de gimnasia para niños y adultos.

Los ecologistas aseguraban en su momento que con estas nuevas fuentes los ciudadanos serán “un poco más felices” y, para anticiparse a las posibles críticas, apuntaban que estos surtidores apenas supondrán gasto extra de agua, y que los ahorros hay que buscarlos “en otras áreas de Madrid, con muchas casas unifamiliares, piscinas y mucho gasto de este elemento por habitante”.