Las obras del hotel de lujo de San Bernardo 48 ponen en riesgo la supervivencia de la peluquería vecina

Las obras del hotel de cinco estrellas que se está construyendo en el número 48 de la calle de San Bernardo han arrinconado a un pequeño negocio local, la peluquería Jade, que en las tres semanas que lleva padeciendo esta situación ha visto descender un 50% su facturación. La odisea de la peluquería podría prolongarse durante 9 meses, lo cual hace temer por su continuidad.

La peluquería Jade lleva ocho años instalada en el número 46 de la calle de San Bernardo. Regentada por Li Xianzhen se ha convertido en un negocio muy popular entre los vecinos de la zona, especialmente entre la población de mayor edad, atraida sobretodo por sus precios económicos y otros tratamientos complementarios de pedicura y manicura. Si embargo, para que a final de mes le salgan las cuentas son vitales los ingresos que le llegan de la gente que pasa por delante de su puerta y esos son los que han caído drásticamente desde que comenzaron las obras en el solar del antiguo edificio donde estuvo la conocida librería Fuentetaja, según denuncia José Carlos Serna, portavoz de Xianzhen.

Las obras del futuro hotel han provocado el corte de la acera en la que se encuentra Jade. Los viandantes se ven obligados a cruzar al otro lado de la calle para continuar su trayecto, pero es que, además, los dos pasos de cebra provisionales habilitados para tal fin han sido colocados, junto a unas vallas, delimitando un espacio de seguridad en el que se incluye a la peluquería. El negocio ha quedado completamente encajonado, sin visibilidad y con un mínimo acceso. “Incluso clientes fijos han creído que estábamos cerrados, cuando no los disuade venir el difícil acceso, sobre todo a los más mayores, con dificultades de movilidad”.

Alertados los responsables de la obra de la situación que estaban provocando, “se han limitado a escucharnos y a decirnos que tenían licencia municipal, durante nueve meses, para ocupar el espacio público en el que han instalado una caseta de obra, entre otras cosas, y que si queremos que consultemos o denunciemos en el ayuntamiento”.

La opción de negociar con el casero una rebaja del alquiler durante el tiempo que duran las obras, o un sistema de pago del mismo que les permita reducir ahora ese importe y recuperarlo una vez la calle vuelva a su estado original tampoco es factible, cuenta Serna. “La propiedad nos ha dicho que es problema nuestro”.

“Hemos consultado abogados y nos han dicho que no hay nada que hacer, desaconsejándonos meternos en juicio. Ellos son una gran empresa, van a construir un hotel de lujo, con 60 habitaciones y cuatro plantas de parking hacia abajo, que seguramente comercializarán después, y no creemos que sea justo que se puedan desentender de los perjuicios que están ocasionando a un pequeño negocio local como el nuestro. Puede que tengan todos los papeles en regla para actuar como lo hacen, pero justo no es”, indica Serna. “La peluquería funcionaba muy bien, era un negocio consolidado, pero no sé lo que pasará con ella si la caída de la facturación se estabiliza y las obras se prolongan en el tiempo”, concluye.