Modernismo y cómics en Silva
De muy atrás le viene el nombre a la calle de Silva, que ya aparece nombrada en el plano de Texeira, y ni siquiera con la aparición en escena de la Gran Vía ha sufrido
cambios de trazado: su recorrido va desde el barrio hasta la cuesta de Santo Domingo.
Según la tradición, allí vivieron dos caballeros de la corte de Felipe III, don García y don Juan de Silva. Uno de ellos sería el fundador del hospital para pobres de la parroquia de San Martín, con advocación a Nuetra Señora de la Buena Dicha, que allí estuvo hasta el siglo XIX.
Cementerio e Iglesia
La Iglesia de la Buena Dicha es, sin duda, uno de los tesoros ocultos del barrio. Toparse con ella encajada en la calle de Silva, entre edificios, produce al viandante despistado un inevitable gesto de asombro. El edificio, levantado por Francisco García Nava entre 1914 y 1917, es uno de los ejemplos de modernismo más espectaculares de la ciudad, con una originalísima mixtura de estilos neogótico, neomudéjar y estilo vienés. Anejo a la iglesia hay un edificio estrecho en la misma línea levantado también por García Nava.
Merece la pena entrar al filo de las doce de la mañana para ver cómo la luz entra en su interior por su gran vidriera. A su cobijo, sin apenas entrar en el templo, se encuentra también la capilla de la Virgen de la Misericordia, con un impresionante grupo escultórico en madera policromada que merecería ser visto por más ojos de los que habitualmente lo hacen a
través de un cristal que entorpece la visión.
La Iglesia proyecta su historia muy atrás en el tiempo,
construida sobre el solar del antiguo Hospital de la Buena Dicha, fundado en 1594. Allí atendieron a los combatientes heridos durante los sucesos del 2 de Mayo y en su cementerio descansaron los restos de Manuela Malasaña, Clara del Rey y muchos otros. La entrada del antiguo edificio daba a la calle de los Libreros y en la trasera estuvo el cementerio. A finales del XIX el Hospital, la Iglesia y el cementerio fueron derribados, y ya en el XX, con el patronazgo de los Marqueses de Hinojales, se levantó la actual Iglesia.
La calle de Silva en 2010
La calle de Silva transcurre hoy con un pie en la Gran Vía y otro en la plaza de Luna, de la que es arista. Los distintos carácteres quedan bien ejemplificados en sus extremos: al lado de la Gran Vía, un McDonalds, al otro extremo, el Home Burger, una hamburguesería más afín al barrio moderno y esteticista en el que la calle hace incursión.
Por lo demás, hay también en el tramo de calle algunos comercios cerrados (envés del barrio a la última), algunas tiendas orientales...y Madrid Cómics.
Madrid Cómics lleva desde 1982. Su nombre, que pudiera parecer un tanto pretencioso, no extraña hoy a nadie después de tres décadas que han convertido la tienda en pequeño templo del cómic y buque insignia de una
zona, junto a la calle de la Luna, bien
conocida por todos los amantes del género. Madrid Cómics ha sido también por años lugar al que acudir para encontrar los últimos fanzines, arte de la revistilla amateur que estuvo muy arraigada en el barrio en los 80 y 90 y
del que aún hoy podemos encontrar buenos ejemplos en la tienda.
Pasear por la calle de Silva supone
ver charlas relajadas a la hora del bocata en la plaza de la Luna, pararse a descubrir una de las fachadas más originales de la ciudad y darse de bruces con el ajetreo de la Gran Vía...en unas pocas decenas de metros.
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