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Ni rastro de los Bonos de Mercados Solidarios anunciados hace dos meses por Villacís para combatir la crisis de la Covid-19

Bonos de Mercados Solidarios que aún no están operativos en los mercados de Centro un mes después de su presentación oficial

Antonio Pérez

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Las cosas de palacio van despacio y en el de Cibeles no desmienten el dicho ni en época de alarma y pandemia. El pasado 13 de mayo la vicealcaldesa Begoña Villacís anunció la creación de unos bonos solidarios, que estarían disponibles en todos los mercados municipales de la ciudad. Casi dos meses después de ese anuncio aún nadie sabe nada de ellos.

Tras reconocer por vez primera que la crisis económica provocada por la pandemia había superado a los servicios sociales municipales, el Ayuntamiento afirmó que estaba liderando la respuesta a la misma y Villacís presentó los citados bonos como una medida más de esa lucha.

Anunciados como una herramienta eficaz para canalizar la solidaridad de los usuarios de los mercados -algo que las redes vecinales de apoyo mutuo surgidas por toda la ciudad llevaban haciendo ya dos meses desde la autogestión-, esos bonos, cuyo funcionamiento había sido probado en el distrito de La Latina (en los mercados de Alto de Extremadura, Tirso de Molina y Las Águilas), se han quedado, por el momento, en poco más que un mero acto publicitario.

Ante la demora de la puesta en marcha real de estos bonos municipales, en mercados como el de San Antón, a propuesta de la red vecinal Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña, se han creado unos bonos solidarios propios, idénticos a los presentados por Villacís hace dos meses, y que refuerzan el compromiso de dicho mercado con el abastecimiento del banco de alimentos del barrio.

Tanto los oficiales Bonos de Mercados Solidarios como los propios de San Antón cuestan dos euros. Según la vicealcaldesa, los usuarios de los mercados municipales podrían adquirirlos en sus puestos habituales y, posteriormente, lo recaudado sería entregado a los proyectos y cocinas solidarias de los distritos designados por el Consistorio. Cuatro meses después del inicio de la crisis sanitaria y social provocada por el coronavirus habrá que ver si finalmente llegan a estar operativos y lo efectivos o no que se muestran.

Por su parte, el dinero que se obtiene con los bonos autogestionados de San Antón, en funcionamiento desde finales de junio, sirve para comprar alimentos frescos en el mismo mercado, con los que es previsible que los responsables de Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña pueden completar y equilibrar las cestas que entregan gratuitamente a las más de 600 personas del barrio a las que ayudan.

Con funcionamiento similar, aparte de en el destino de lo recaudado, la gran diferencia entre ambos bonos radica en que el vecinal está ya operativo y el municipal, pese a haber sido presentado hace dos meses, no lo está.

Debate aparte es la idoneidad o no de unos bonos solidarios municipales como estos, con los que, en la práctica, el ayuntamiento competiría con las redes vecinales de apoyo mutuo por las donaciones de los usuarios de los mercados municipales. ¿Debe el ayuntamiento pedir a los madrileños que se rasquen el bolsillo para paliar con sus propios recursos aquello que la administración debería cubrir a través de los servicios sociales?.

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