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La rueda con la que puedes hacer llover en Madrid

Somos Malasaña

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Provocar que caigan gotas de agua con un simple paseo es una sensación extraña y poderosa, casi mágica, que desde este jueves es posible experimentar en Condeduque. Lo puede hacer cualquier persona que acuda al patio sur de este centro cultural madrileño y se meta en Rainmakers (Hacedores de lluvia), una instalación compuesta por un anillo de madera de cinco metros de diámetro, dispuestos sobre una pequeña balsa. Al caminar, el agua adherida a las tablas de las que está compuesto va cayendo a medida que coge altura, por efecto de la gravedad.

Este ingenio mecánico juega con la idea utópica de atraer la lluvia con nuestro actuar, explican sobre la obra el festival MadBlue 2022, responsable de su instalación. “Rainmakers gira en torno a la energía vital y se articula directamente en nuestra relación con el entorno natural, proyectando el flujo de la energía y las interacciones que tienen lugar entre la cultura y la naturaleza; una reflexión sobre la vida misma”.

El artista que ideó esta obra circular es Miler Lagos, un colombiano que reflexiona sobre la acción del ser humano en el entorno natural. En esta instalación hace circular la energía en el sentido opuesto, en la dirección de retorno a la fuente, evocando los molinos que aprovechaban la fuerza hidráulica. Lo hace “devolviendo algo de energía a la vida a través del arte, convocando lo político y comprometido desde lo poético”, explican desde el festival.

Los visitantes podrán fabricar lluvia en Condeduque (C/ Conde Duque 11) durante varias semanas, hasta el 1 de mayo, en los horarios habituales de apertura del centro. En las mismas fechas también podrán disfrutar de otras dos de las instalaciones de MadBlue, Refugio y Umbrales, obras con la que Dagoberto Rodríguez propone un viaje a la ciencia ficción en busca de respuestas.