Los toldos de la Puerta del Sol están más cerca: han arrancado ya las obras que instalarán una serie de telas para dar sombra a la céntrica y calurosa plaza de Madrid. Unos trabajos que en principio iban a costar poco más de 300.000 euros a las arcas del Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida, cantidad que luego aumentó hasta casi los 500.000 y finalmente rozará el millón y medio.
Así lo recogió Somos Madrid el pasado miércoles. Fue después de la invervención de la delegada de Obras, Paloma García Romero, en la comisión municipal de su ramo y en respuesta a una pregunta del PSOE. Según García Romero, los estudios del Consistorio alertaron de que los anclajes no podían ir debajo de los bancos por la falta de terreno sólido en el subsuelo, ya que el subterráneo de Sol tiene un intercambiador.
La solución del área de Obras es atar las sujeciones de los toldos a los bancos, que han de ser lastrados primero para que las tensiones aguantes en días ventosos. En concretos, según detallan fuentes de dicha delegación a este medio, los bancos van a ser cajeados (vaciados en su parte central) para “instalar una serie de placas de acero que permitan lastrar el anclaje de los mástiles sin afectar a las infraestructuras subterráneas”.
A ello se están dedicando en torno a una decena de operarios, o al menos esa era la cantidad de empleados desplegados en la obra cuando la visitaba este periódico el lunes. Trabajan con maquinaria pesada y con elementos como un martillo neumático con el que penetrar en el cemento. Actúan en tres áreas distintas de Sol, cada una de ellas convenientemente delimitada. Todas se encuentran eso sí en el flanco norte de la plaza, en las zonas de bancos que dan con la calle Preciados, la del Carmen y la de Montera.
Los emplazamientos se corresponden con los lugares de instalación marcados en el primer contrato que el Ayuntamiento de Madrid sacó a concurso, aunque algunas de las estructuras con bancos sobre las que se situarán los toldos todavía permanecen intactas. El área de Obras aclara a este diario que “los bancos del arco norte se irán retirando y reponiendo de forma progresiva”.
“Unos arbolitos habrían salido más a cuenta”, se queja Maribel, una vecina de Lavapiés que atraviesa Sol camino a unas gestiones. “Tengo un poquito de prisa. Pero sí te puedo decir que, entre el dineral que me dices que va a costar y que lo levantan todo otra vez, se podían haber pensado mejor lo de poner unas sombras de entrada”, opina. “Nos han quitado bancos un tiempo, pero será para mejor. En verano esto es insoportable”, sostiene David, que trabaja en un negocio de la zona.
Un presupuesto que se vuelve a multiplicar
“Los bancos serán cajeados, vaciados por su parte central para instalar unas placas de acero”, explicó García Romero en la última Comisión de Obras. La edil habló de unos toldos “seguros” y “bonitos”, que “puedan estar instalados en este verano”. “Esperemos que sean una realidad dentro de nada”, dijo, y en eso trabajan ya los operarios.
Para el primero contrato, el de suministro y montaje de los toldos, el coste final fue de 475.530 euros (impuestos incluidos), adjudicados a la empresa Carpas Zaragoza. La previsión inicial de Consistorio era todavía menor: la partida presupuestaria de 2024 dedicada a esta labor fijaba la inversión en 308.000 euros. Este segundo contrato para lastrar los bancos asciende a 996.171 (con impuestos), adjudicados a las empresas Azvi y Licuas a través de un acuerdo marco, para un gasto total de 1.471.471 euros.
Dicho acuerdo marco es un instrumento jurídico que permite agilizar la contratación para la adquisición de bienes o la prestación de servicios con la administración. El objetivo es permitir que el proceso más rápido y eficiente, ya que algunos aspectos del contrato quedan predeterminados y no tienen por qué ser negociados de nuevo en el futuro. Alcanzado ese compromiso, cuando un organismo público necesite contratar servicios o productos, seleccionará un proveedor y propondrá a este la adjudicación del contrato.
La eterna y sombría polémica de Sol
Los toldos debían llegar a Sol en mayo, si se cumplen los plazos previstos por el equipo de Almeida, aunque fuentes del área de Obras precisan que finalmente será más bien “a principios de junio”. Fue el pasado año, después de continuas reclmaciones vecinales y de la oposición, cuando Cibeles dio luz verde al plan. Desde que en octubre de 2023 finalizaron las obras de reforma integral de Sol, el Ejecutivo municipal ha estudiado alternativas para crear espacios de sombra en este enclave.
Todo ello después de que la propuesta escogida en el concurso organizado por el Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) no contemplase colocar elementos de sombra. No obstante, los responsables del diseño (el estudio Linazoroso-Sánchez) aseguraron después en un acto público que plantearon alternativas en esta dirección, incluso la colocación de árboles, pero Patrimonio descartó todas las opciones aludiendo a motivos técnicos. Linazasoro-Sanchez ha asumido también el proyecto de instalación de los toldos.
Almeida incluyó la colocación de estas telas en sus presupuestos para el año 2024, con una partida de 308.000 euros, aunque finalmente la ejecución se ha postergado un año y ha aumentado casi por cinco la inversión inicial. Entonces el Consistorio aseguró que se colocarían de forma efímera durante los meses en los que se alcanzan mayores temperaturas de la ya bautizada como la sartén de Sol, que está cada vez más cerca de experimentar su primer verano con pequeños oasis en los que el sol no pegue directamente.