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Ford experimenta con luz ambiental roja para sentir más calor y usar menos la calefacción

Ford Transit Smart Energy Concept.

Paula Ulloa

Si eres de los que en plena canícula abre en el ordenador imágenes de casquetes polares para aliviar el calor, o de los que se siente más calentito en estas fechas mirando en la pantalla cómo crepita la leña en una chimenea, entenderás mejor que nadie la iniciativa que ha puesto en marcha Ford Europa en su Centro de Pruebas Ambientales de Colonia. Su experimento consiste, a grandes rasgos, en averiguar cómo diferentes colores engañan al cerebro para que piense que hace más calor o más frío del que realmente hace, y gracias a ello reducir el uso del sistema de climatización de sus coches.

Esto último reviste gran importancia sobre todo en los vehículos eléctricos, cuya autonomía se restringe de manera significativa cuando las temperaturas son extremas. Por esta razón Ford ha escogido para estas pruebas precisamente un modelo de baterías, aunque no se trata de uno cualquiera, sino de un auténtico laboratorio rodante montado sobre un Transit y conocido como Transit Smart Energy Concept, en el que se ha utilizado iluminación ambiental roja para que los pasajeros sientan más calor y luces azules para incrementar su sensación de frío.

“La exposición al color puede cambiar nuestro estado de ánimo de muchas maneras”, ha explicado Lioba Müller, ingeniera del equipo de iluminación de la marca que concluye que el empleo de luces azules y rojas en el habitáculo podría reducir la carga de trabajo del aire acondicionado y “ampliar considerablemente el alcance del vehículo”.

Según una investigación llevada a cabo por el Laboratorio Nacional de Energía Renovable, con sede en Colorado (Estados Unidos), el uso del sistema de climatización de un vehículo de baterías puede rebajar su autonomía hasta en un 50%, y la situación se agrava en aquellos que disponen de habitáculos mayores, léase minibuses como el Transit del experimento, donde se requiere más energía para mantener la temperatura interior y garantizar, además, que cada pasajero se sienta cómodo.

Los resultados obtenidos en este caso han sido más modestos que los del instituto norteamericano, pero apuntan en la misma dirección. El Transit Smart Energy Concept, de 10 plazas, se probó en Weather Factory -como se conoce el Centro de Pruebas Ambientales de Ford en Colonia- con un conductor como maestro de ceremonias que tenía controlada desde la consola central la temperatura de los asientos de todos los pasajeros.

Estos fueron sometidos a una doble simulación por medio de la cual experimentaban un día de invierno a 0º de temperatura y otro de verano a 30º, y se les pidió que valoraran su sensación de confort, más concretamente si sentían demasiado frío o demasiado calor. En ambos casos, la iluminación ambiental de color rojo o azul permitió reducir la energía demandada al equipo de aire acondicionado: un 3,3% para refrigerar la plaza y un 2,5% para calentarla.

Mejoras para optimizar el uso de energía y reducir las pérdidas de calor

El concept de Ford cuenta con múltiples mejoras para optimizar el uso de energía y reducir las pérdidas de calor, entre ellas seis paneles solares montados en el techo que cargan una batería de 12 voltios que alimenta la calefacción de los asientos, la iluminación de la cabina y los sistemas eléctricos de a bordo, un sistema de recuperación de calor que utiliza el calor residual de los componentes del tren de transmisión, el aire exterior y el aire dentro de la cabina para extender el alcance del vehículo hasta en un 20% y ventanas de doble cristal ventiladas que reducen las superficies de contacto frío y aíslan contra la pérdida de calor, así como piso y techo traseros con aislamiento.

Además, incorpora una puerta corredera eléctrica que se abre hasta la mitad para reducir igualmente pérdidas de calor, momento en el que el ventilador de calefacción, ventilación y aire acondicionado se apaga automáticamente hasta que vuelve a cerrarse. Un divisor de policarbonato entre la puerta del pasajero y el área de asientos permite mantener la temperatura cuando los pasajeros entran y salen, y protege a estos del frío o del calor exterior.

Por último, el vehículo dispone de paneles calefactados y calefacción de asientos para que cada pasajero controle la temperatura de su propia área. Ford prepara futuras versiones en las que el conductor pueda tanto controlar la climatización de los asientos individuales como desactivar la de las plazas desocupadas, que volvería a habilitarse mediante la detección automática de ocupantes, una tecnología inspirada en la de despliegue de los airbags.

Ford espera comenzar las pruebas en carretera del Transit Smart Energy Concept en estos días finales de año. El desarrollo de este vehículo experimental es clave para el de la nueva versión totalmente eléctrica del Transit para Europa, cuyo lanzamiento está previsto para 2021.

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