MURCIA ON ha sido el ciclo desde el que el cantante Miguel Bosé ha iniciado su gira española 2025. Durante un mes, según relató el propio Bosé, recorrerán nuestra Piel de Toro de Norte a Sur, de Este a Oeste llevando su renacer artístico. Lo que Miguel Bosé mostró el sábado en la plaza de toros de Murcia fue el retorno de alguien a quien muchos ya habían matado artísticamente. Antes de los problemas de salud que lo apartaron de los escenarios -a los que se sumaron los sentimentales y personales, en los que no entraremos-, Bosé era uno de nuestros artistas más solicitados por todo el mundo; especialmente en Latinoamérica, donde es muy querido como lo demuestran los llenos de sus conciertos. Miguel Bosé se ha estado planteando muchas cosas, él mismo dejó algunas pinceladas durante su concierto por más de dos horas de duración. En su regreso, el cantante y bailarín dijo que esta gira por España es como retomar un viaje que fue interrumpido y que ahora, reanuda su marcha con nuevas fuerzas y atesorando muchas sorpresas.
El comienzo fue con una cuidada introducción, en la que uno a uno los músicos de su banda entraban al escenario descendiendo unas escaleras hasta que aparece en escena él. El estallido de los más de diez mil espectadores llegados desde diversos puntos de la región murciana y de provincias vecinas fue unánime. Lo tenían, de nuevo, sobre un escenario con vestimenta blanca (toda la banda, también) y sin zapatos sólo con calcetines de igual color. Una vez en el escenario, las notas de ‘Mirarte’ comenzaron a sonar. Toda la escenografía era igual que años atrás, pero ahora cambiaron las luces del fondo por las proyecciones de vídeos que creaban un clímax perfecto para cada canción. Ese es Miguel Bosé. Un profesional donde los haya, un currante auténtico del mundo del espectáculo, que sabe lo que quiere y cómo desea plasmarlo sobre un escenario. Ahí se aprecian horas y horas de trabajo, de ensayos, de repetir una y otra vez cada paso hasta que quede perfecto.
Las canciones se encadenaban entre sí. Terminaba una y sonaba ‘Duende’. Los fans bailaban y coreaban esas canciones desde el primer momento. Las sillas de la pista o el ruedo de la plaza taurina se quedaban solas, porque sus ocupantes bailaban puestos en pie. Y otra canción, con aires griegos, que lleva el título de su también novela: ‘El hijo del capitán Trueno’. Bosé bailaba en ella junto a sus compañeros de espectáculo; se recogía su largo abrigo blanco, como si de una toga griega se tratara para no tropezar mientras marcaba los pasos de baile y en el fondo, las imágenes completaban todo el cuadro. Un espectáculo en toda regla. Para culminar esta primera selección, ‘Nena’: “Nena... luna serena / Todo es posible... menos tu / Nena... ámbar y arena / Boca insaciable solo tu...”
Hasta ese momento, ni una palabra, aunque sí había gestos y miradas. Fue entonces, cuando Miguel Bosé se dirigió a los presentes con un “Buenas noches, Murcia y bienvenidos. Aquí se inicia la gira española de 2025”. Se habría hundido el techo, si lo hubiera habido. “Vamos, esta noche, a retomar el viaje en los recuerdos; el lugar en el que lo dejamos hace años. ¿Cuántos?, preguntó. Pues diez años ya y reabrimos con las sorpresas que fueron atrapadas en su origen, en algunas de las canciones que ya son vuestras y forman parte de vuestra banda sonora. No se asusten, porque se van a sentir más jóvenes otra vez; alguno de ustedes, se va a ver con más cabello. No se asusten, eso es bueno y es lo que produce el pasado cuando recorre el presente; tiene sus efectos. Hemos comenzado por tierra, hemos continuado por mar y, ahora, seguimos por aire. Arrancamos”.
Pues en ese arranque, las canciones continuaron sucediéndose una a otra. Primero ‘Aire soy’, ‘Bambú’, ‘Este mundo va’, ‘Sereno’, ‘Solo sí’, ‘Hacer por hacer’ o ‘Como un lobo’. La banda sonaba como un reloj suizo, limpia y potente. Y el personal bailaba las piezas más rítmicas, mientras descansaba en sus sillas durante las canciones de tempo lento o medio tempo. Llegaba otro momento para pulsar el ánimo de los asistentes y comprobó que seguía intacto. Tras ello, Miguel Bosé indicó que “esta canción que vamos a interpretar a continuación, la escribí cuando comenzó la guerra de Yugoslavia. Pensé, erróneamente, que una canción sobre la guerra acabaría con ella. Y desde aquellos principios de los 90, cada vez nos vemos metidos en más guerras, más conflictos”. El cantante preguntó si queríamos la paz o la victoria. Y aclaró: “La paz llega con la victoria, lógicamente, pero la victoria llega a cambio de humillar, al contrario. Vamos a pedirles a los políticos, que nos devuelvan el derecho universal a vivir en paz. Luchemos por mantenerla”. Y cantó ‘Nada particular’. Con los últimos acordes de esta oda a la paz, Miguel Bosé desaparecía de la escena quedando ésta a oscuras. Mientras sonaban unos acordes de fondo, se preparaba un atrezo espectacular que al iluminar de nuevo el escenario, se podía ver al cantante vestido de rojo, en lo más alto de las escaleras y de su abrigo nacía una extensísima tela roja, con adornos de rosas rojas sobre esa tela. Asemejaba un campo de rosas espectacular, que ocupaba casi medio escenario de alto en bajo. Ya he comentado que asistíamos no sólo al concierto de Miguel Bosé, sino a un espectáculo de mucha calidad.
Al finalizar ‘Olvídame tú’, se desprendió del abrigo y quedó con su nueva vestimenta en rojo, incluidos los calcetines en igual color, así como el micrófono y el pie de micro. La banda, por el contrario, siguió todo el concierto de blanco. Y la música continuó con ese homenaje que escribiera hace años a ‘Sevilla’. Llegados a ese momento del concierto ocurrió una anécdota graciosa, de la que el propio Bosé se sonrió. Nos habló de si los presentes nos acordábamos de nuestro primer beso (se entiende que, de amor, cuando fuimos más jóvenes). Bueno, tras dar unas cuantas explicaciones uno de sus coristas le hizo una seña, se acercó a él y con, insisto, una amplia sonrisa dijo: “No os lo vais a creer, pero me he adelantado cuatro canciones. Así que todo esto que os he dicho borradlo, lo dejáis para más adelante cuando yo os lo diga. Es lo que pasa, que cuando te emocionas por regresar a Murcia, con este fresquito que hace aquí y se me ha ido la olla”. Las risas no se hicieron esperar y, lógicamente, Miguel estaba excusado y perdonado. Entonces nos aconsejó que “no tratéis de llenar el hueco que deja alguien querido, porque no es bueno. Dejadle su espacio y tan sólo recordar los buenos momentos”. Y acto seguido cantó ‘Amiga’, dedicada a la gran Cecilia con quien Bosé tuvo una gran amistad y falleció, a los 27 años, en un accidente de coche.
Luego continuó con ‘Creo en ti’ y ‘Partisano’, en la que de nuevo referencia la guerra y la paz. Con otro “¿Qué tal, Murcia?”, el cantante seguía tomando el pulso de los más de diez mil asistentes a su concierto. Y preguntó si recordábamos lo del beso, a lo que contestamos que sí. No obstante, no acababa de creer que muchos de los presentes se acordaran del primer beso, pero Miguel Bosé quería regalar en esa noche un beso a todos y cada uno de los presentes, como agradecimiento por asistir a su espectáculo. Así que sonó ‘Y puede que’. De nuevo, Miguel Bosé desaparecía del escenario con los últimos acordes de la canción. Y la banda, también dejó el escenario. ¿Se ha acabado ya? Pensaron muchos. Pero no; al parecer era una parte más del espectáculo. Unos acordes pregrabados sirvieron para que, nuevamente, fueran apareciendo los componentes de la banda, cuyos nombres e instrumento se proyectaba en el fondo del escenario. Primero, el baterista Pepe Damián; siguió el teclista Paco Casatañeda. Después le siguieron los guitarristas Luis Rey y Sajith Regalado. Luego los tres cantantes del coro masculino: Carlos Izaga, Ivan Ortega y Edeer Velásquez. El turno para el bajista y director musical, Mikel Irazoki y, por último, Miguel Bosé que, de nuevo, cambiaba de vestuario. Ahora era amarillo piolín, para encarar la recta final del concierto. Con temas que, como indicó al comienzo de todo, están en la banda sonora de cada uno de sus seguidores tales como ‘Morena mía’, ‘Si tú no vuelves’ o ‘Amante bandido’, con la que finalizaba, oficialmente, su concierto inicial en Murcia de su gira española 2025.
Todo el público de la plaza se puso en pie, aplaudiendo sin cesar y gritando “Viva” y “Guapo”. Querían más, al día siguiente (que ya pasaban dos minutos del nuevo día) no había que madrugar y necesitaban más Miguel Bosé. Y los clásicos “Oé, oé, oé, oé” comenzaron a corearse. Bosé y su banda sonreían y se notaba claramente la complicidad. Así que dieron un poquito más. Pero primero reiteró su agradecimiento. Luego recordó que hace muchos años atrás escribió una carta que se multiplicó en el aire. “Desde entonces, dijo, esa carta se ha quedado en el corazón de muchos. Esta noche, esa carta vuelvo a escribirla para todos vosotros por tantos y tantos años de lealtad y cariño. Gracias, Murcia. Yo siempre te amaré”. Y cantó ‘Te amaré’. “Te amaré, te amaré / A golpe de recuerdo / Te amaré, te amaré / Hasta el último momento / A pesar de todo siempre / Te amaré”. Los asistentes, puestos en pie, corearon esta ya histórica canción de un Miguel Bosé que fue creciéndose con el transcurso del concierto y dando todo lo mejor que atesora como artista y persona. Se sentaron todos a lo ancho del escenario, sobre los escalones, para finalizar con alegría; la que proporciona una pieza como ‘Don Diablo’. Pero este público se mostraba casi insaciable. Era sábado, no había prisa (para ellos, claro). Y Miguel fue generoso, a pesar de que el cansancio de dos horas y 16 minutos, en un ambiente tan caluroso en lo meteorológico (el otro, lo comprobó desde que apareció por primera vez en el escenario) ya hacía acto de presencia en su cara, Bosé dejó un último recuerdo para el corazón de esas más de diez mil almas y dijo: “Que sepáis que todo lo que esta noche he hecho aquí, lo he hecho por ti, Murcia”. La plaza de toros se vino abajo (imaginariamente, claro). ‘Por ti’ puso un broche de platino para un concierto que duró, tal vez, algo más de lo calculado, pero hubo magia, embrujo y tanto fans como artista se dieron un gran abrazo.
Miguel Bosé ha regresado a los escenarios y durante los próximos 30 días recorrerá casi todo el país; de Norte a Sur, de Este a Oeste para retomar ese viaje interrumpido durante algún tiempo ya olvidado. Bosé ha renacido como ave Fénix y está otra vez aquí, con un espectáculo de primerísima calidad. Como desde siempre nos ha dado. Gracias.
Y a todos los seguidores de estas crónicas, no pierdan el hilo porque nuestra próxima cita será con uno de los grupos europeos más punteros que ha dado el rock. Se trata de Europe, que visitan el Murcia ON programado y producido por Ibolele. Se lo contaremos con toda clase de detalles.