Hace pocos días amanecía nuestro presidente regional volviendo a levantar duras críticas hacia el resto de partidos “por no ser capaces de explicar por qué se rechaza el aumento del presupuesto para este tipo de colegios”, en referencia a los centros concertados. Quizás a nuestro presidente ni quiera ni le apetezca enterarse. Sigue tergiversando la información, tratando de confundir y crear alarma social con uno de los pilares básicos de toda sociedad que quiera progresar.
Quizá quiera esconder la incompetencia de su propio Ejecutivo ante la evidencia de la existencia de una orden publicada el 18 de noviembre de 2015, apenas días antes de la presentación de los presupuestos por parte del PP, en la que se recogen todos los incrementos habidos y por haber en los colegios concertados de nuestra región desde el 2015 hasta agosto del 2017, y que para este año habían comprometido una cantidad de 5 millones de euros para hacer frente al incremento de las diferentes unidades en los colegios concertados, es decir, al incremento vegetativo del que nuestro presidente habla y del que dice no haber suficiente presupuesto, y que por ello existirán colegios que oferten plazas privadas y plazas subvencionadas.
Ciudadanos no tiene la culpa de que los responsables de nuestra Consejería de Educación hayan firmado un documento en el que las cantidades asignadas no recojan las asignaciones presupuestarias en materia de previsión económica. Creemos que todo ello se debe una vez más a la incompetencia de los que nos gobiernan a la hora de realizar una planificación educativa ajustada. Lo que hay escrito es lo que se ha respetado.
Pero si de crecimiento vegetativo quiere hablar nuestro presidente, nosotros le instamos a que lo haga también de nuestros centros públicos. Mucho nos tememos desde Ciudadanos de que el resultado sería un crecimiento vegetativo negativo, en el que año a año van recortando y cerrando unidades de centros públicos que luego serán casi imposible de abrir, pues todos los que nos dedicamos de una u otra forma a la educación sabemos que cuando un aula pública cierra nunca más vuelve a ver la luz.
Quizá encontramos aquí sentido a las palabras de nuestro presidente, del presidente de todos los murcianos, que debe defender y garantizar la libertad de todos los ciudadanos ante la libre elección de centros, cuando dice que habrá centros concertados que ofrezcan plazas subvencionadas y otras no.
Desde Ciudadanos observamos con estupor esta nueva forma de hacer política educativa en la que el cierre de unas aulas en la pública conllevará la apertura y posterior concierto educativo de otras en la concertada. Ejemplos existen muchos en nuestra región, como por ejemplo el caso del Colegio Público Cervantes en Molina de Segura a favor de un colegio concertado cercano, o el caso del Colegio de Ginés Díaz en Alhama a favor de otro concertado.
Estos casos y otros muchos más suceden año a año en nuestra región, y por suerte en ciertos casos y bajo la presión de la población escolar dichos recortes en aulas públicas no llegan a acontecer. Pero siguen existiendo intentos como el de Yecla, población en la que van a recortar una línea a tres de los 9 centros públicos de este municipio a favor muy posiblemente, de un futuro gran centro concertado en dicha población perteneciente a la Fundación San Antonio, perteneciente a José Luis Mendoza, quien ya en el 2013 avisaba de su construcción.
Desde Ciudadanos estamos a favor del crecimiento vegetativo tanto de la educación concertada como de la pública, lo que no podemos ni vamos a permitir es que el crecimiento vegetativo de una suponga el negativo de la otra. En el 2017 se tendrá que establecer una nueva orden para la aplicación de conciertos educativos de nuestra región y Ciudadanos exigirá una red de centros dual equilibrada y ajustada a las necesidades reales de nuestros municipios, en el que los centros públicos y concertados puedan convivir y coexistir en igualdad y a favor de una mejora real de la planificación educativa.
Y es que desde Ciudadanos sabemos de la importancia de la educación como instrumento de desarrollo, ajuste y cohesión social. En una Región que apuesta por el desarrollo económico y la creación de puestos de trabajo no se puede utilizar la educación como arma arrojadiza contra la oposición ni para crear conflictos; la educación debe ser ese instrumento y recurso para conseguir tal fin, pues no podrá haber tal desarrollo sin una inversión eficaz, eficiente y productiva en educación.
En 1872 Japón, sin recursos naturales y estancado en su desarrollo, tomó una decisión que cambiaría su destino y con el tiempo la convertiría en una de las sociedades más avanzadas del mundo. Aprobaron el Código Fundamental de Educación, el cual supuso el principio de una transformación basada en la idea de que el futuro de la ciudadanía dependería de su capacidad para prepararla mejor.
Desde nuestra región no podemos dar la espalda a la educación y utilizarla para intereses partidistas y de servilismo social. No podemos elegir la opción de un viaje hacia la decadencia. Hace falta sentido de responsabilidad ante la sociedad. Hace falta iniciar el camino japonés y poner en marcha nuestro Código Fundamental de Educación, ese gran plan sin intereses partidistas ni sectarismos. No podemos volver a fallar a nuestra sociedad intentando manipular, aislando a la oposición y siguiendo con el rodillo ante la toma de decisiones que afectan al futuro de nuestros niños y jóvenes.
Un estudiante murciano no es más torpe que un japonés o un finlandés: simplemente tiene la inmensa desventaja de que su educación académica está en manos de políticos incapaces de entender que es en las escuelas donde empieza a transformarse un país. Parafraseando a Bill Clinton y su lema sobre la economía, “¡Es la educación, estúpidos!”.
Raúl Puche es coordinador del grupo de trabajo de Educación de Ciudadanos en la Región de Murcia
0