Confirman una condena de cuatro años de cárcel por abusar de una niña de seis años en Tudela

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha confirmado la condena de cuatro años de prisión impuesta el pasado abril por la Sección Primera de la Audiencia de Provincial a un hombre de 39 años que abusó sexualmente de forma continuada de su sobrina de seis años de edad en Tudela. La Sala de lo Civil y Penal del TSJN ha ratificado asimismo el resto de penas decretadas por la Audiencia. Así, el procesado deberá indemnizar con 30.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante ocho años. Además, deberá cumplir una medida de libertad vigilada, a ejecutar con posterioridad a la pena privativa de libertad, de cinco años.

El Tribunal Superior da por reproducidos los hechos declarados probados por la Audiencia. El encausado mantenía una buena relación con la menor, nacida en diciembre de 2010. Los abusos se llevaron a cabo con ocasión de las reuniones familiares que se desarrollaban en el domicilio de los abuelos paternos de la niña, en unas fechas que no han podido concretarse, pero que podían situarse a partir del verano de 2017.

El acusado, según recoge la resolución judicial, ofrecía chicles a la víctima para que le acompañara a otras dependencias de la vivienda “sin que nadie diera importancia ante ese hecho dada la buena relación” que ambos tenían. Así, llevaba a la menor al cuarto de baño, en donde realizaba los tocamientos. La Audiencia no pudo concretar cuántas veces perpetró los abusos, pero, en todo caso, consideró que se habían producido “en más de una ocasión”. Como consecuencia de estos hechos, a la niña se le detectó “sintomatología ansiosa” con “manifestaciones psicosomáticas”.

La condena fue recurrida por la defensa, que reclamó la absolución. El fiscal y la acusación particular, por su parte, solicitaron la confirmación de la misma. En su sentencia, el Tribunal Superior destaca que, si bien es cierto que la declaración de la menor constituye la única prueba directa de los hechos, su credibilidad o fiabilidad fue refrendada por otras pruebas. Entre ellas,  la existencia de dos testimonios que corroboran la incriminación: el primero, el de la entonces esposa del inculpado, hermana de la madre de la víctima, quien declaró en el juicio que su marido le reconoció “el abuso, pero sólo una vez” y, el segundo, la declaración de la abuela de la niña, a quien el procesado envió un wasap en donde reconocía su “error” y admitía que precisaba de ayuda o tratamiento.