Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Me importa una mierda la ideología, pero sí el compromiso de a quien le paga la ciudadanía”

Carlos Goñi, en una imagen promocional del nuevo disco de Revólver, 'Babilonia'.

Garikoitz Montañés

Babilonia, el nuevo disco de Revólver, es una comparación directa entre aquella ciudad, la llamada puta de Oriente, y la sociedad actual. El referente del grupo, Carlos Goñi (Madrid, 1961), ve similitudes entre una y otra porque la convivencia está marcada por los intereses, los juegos de poder, la riqueza, y por el hecho de que la persona al frente del sistema comete todo tipo de tropelías hasta que otra le sustituye, pero solo para acabar haciendo lo mismo. La crítica social vuelve a estar muy presente en las letras de Goñi, pero este insiste en que no se trata de subirse a la moda de cargar contra la clase política corrupta, sino más bien contra el ser humano corrupto, en general: “No me pienso subir a la corriente generalizada y populista de decir que todos los políticos mienten y son corruptos. Los hay, claro. Pero también entre los músicos, los fontaneros y los carpinteros”.

Estos son algunos de los ingredientes de la actuación de Revólver, anunciada para este sábado (a partir de las 20:30 horas) en el Zentral Café Teatro de Pamplona. Los informativos televisivos (sin volumen, pero con las imágenes de fondo mientras tocaba la guitarra) y el hartazgo por ver siempre que quien llega “mete la mano en la caja, se lo lleva crudo y no pasa nada”, han inspirado en gran medida este disco (que vio la luz el pasado 10 de febrero), compuesto por canciones como Entre las nubes, La moral mora en la moneda o la propia Babilonia. “El problema, como dice una de las canciones del álbum, al final somos todos”, apunta Goñi.

Y, sin embargo, pese esas críticas constantes, Goñi asegura que este disco es el menos pesimista que ha realizado. Y eso es mucho decir para una formación, ahora convertida en trío (únicamente batería, bajo y guitarra), que surgió a finales de la década de los 80 y que acumula decenas de conciertos cada año. En gran medida, asegura que hay luz al final del túnel porque “todas las canciones acaban diciendo lo mismo”, que, por mucho que se empeñen, la solución “está en nuestra mano”. El responsable de Revólver criticó en una entrevista para Europa Press, por ejemplo, que Podemos no es una solución a todos los males, pero, al preguntarle de qué pie cojea, Goñi defiende que “me importa una mierda la ideología. Lo que sí me importa es que el compromiso de una persona a la que le pagan el resto de sus conciudadanos debería ser inmaculado”. Y vuelve a recurrir al ejemplo del fontanero: “Si el fontanero no te gusta, no le vuelves a llamar. Pero al tipo que está en el poder le paga toda la ciudadanía”.

Goñi echa en falta entre los empleados y empleadas públicos la responsabilidad de esa función, que él, por ejemplo, se atribuye al actuar frente al público: “Entiendo que a la gente le cuesta un trabajo llegar y pagar una entrada para acudir a un concierto. Eso a mí me llena de responsabilidad. Espero que, cuando se vuelvan a casa, lo hagan con el precio de la entrada en el bolsillo y un poquito más”. En el caso de su actuación de este sábado en Pamplona, eso puede rondar los 28 euros. Preguntado sobre si es un precio asumible, el compositor cuestiona si todo el público conoce qué porcentajes van destinados a cada entidad de ese precio y cuánto, al final, llega a quienes trabajan en torno al escenario: “El año pasado hubo conciertos en los que gané 100 euros. Se gestionaron mal, y me la metí. Bueno, es mi oficio. Cuando alguien critica lo caro que son los conciertos le desglosaría, además del IVA, la cantidad de porcentajes que hay en una entrada. Y con lo que queda tienes que pagar a músicos, hotel, alquiler de sala…”.

“El oficio” de la música

Babilonia, por cierto, es el regreso de Revólver a los estudios de grabación, cuatro años después (EnJoy, de 2013, fue un álbum en directo). La pregunta de si ahora compensa sacar un disco al mercado parece tocar la fibra de este cantante, guitarrista y compositor, que critica el IVA cultural y la falta de control de las descargas ilegales en España, pero también a la organización de conciertos gratuitos, porque eso hace que no se valore la música. Goñi habla de ella como un trabajador y “un oficio”, por el que “cojo una guitarra, me pongo a tocar y eso ya me da felicidad. Por desgracia, a la mayoría de la gente le pasa que, cada lunes por la mañana, les toca hacer un trabajo con el que, a final de mes, tener un dinero y buscar un poco de felicidad. Es un problema. A mí, sin embargo, me da felicidad mi trabajo, no lo que consigo con mi trabajo. Lo que le da sentido a mi vida es escribir, cantar y tocar”.

Asegura que Revólver “jamás” ha llenado estadios, pero sí se ha situado en un lugar “relativamente cómodo, que me ha permitido vivir una vida digna”. Por eso, afirma que seguirá en la carretera, de ciudad en ciudad y concierto en concierto, porque vivir siempre bajo el mismo techo y saber qué va a cobrar la misma cantidad en su nómina cada mes le agotaría. Y, además, defiende que “soy muy poco materialista”, salvo por algunas guitarras que “cada vez que pongo una mano en ellas, me recuerdan por qué me gasté ese dinero”.

En cualquier caso, y pese a que lanza una gran advertencia, sobre que solo tenemos una vida y “no tiene ensayos”, Goñi insiste en que no se sube a un púlpito para decir cómo es la vida, sino “cómo lo veo yo, y eso lo pongo en negrita”. Y escuchar, asegura, es “la única forma de aprender, mucho más que pensar qué voy a decir yo”. A quien desee escucharle, de aquí al 1 de junio está previsto que acumule 25 conciertos, uno de ellos este sábado en Pamplona.

Etiquetas
stats