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Pisos en cesión de uso, a medio camino entre la propiedad y el alquiler

Navarra apostará por los pisos en cesión de uso.

N. Elia

No serán viviendas en propiedad, y tampoco en alquiler. Sin embargo, se podrá vivir en ellas durante tiempo indefinido y habrá que pagar mensualmente unas cuotas equivalentes en su importe a un alquiler blando. Estas viviendas se regirán por sus propios estatutos, no podrán venderse ni ser realquiladas, pero sí se podrá traspasar su uso en herencia. Ni su construcción, ni su uso, generarán lucro alguno para promotores, usuarios o Administración. Serán, según ha anunciado el vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno foral, Miguel Laparra, las nuevas viviendas cuya construcción quiere impulsar el cuatripartito tras sentenciar la muerte del modelo especulativo de política de vivienda en la Comunidad foral.

“Ha muerto un modelo de política de vivienda que podríamos identificar como modelo mercantilista y especulativo, preferentemente basado en el acceso a la propiedad y la desgravación fiscal como instrumento de intervención pública prioritaria, y que se ha mostrado notablemente poco equitativo”, ha anunciado el vicepresidente Laparra en el Parlamento.

Por ello, añade, “es necesario construir un nuevo modelo de política social de vivienda en el que primen preferentemente las necesidades de las personas y necesitamos dosis notables de innovación”.

El modelo vasco de vivienda

El modelo vasco de viviendaPrecisamente, una de las medidas más innovadoras por las que apuesta su departamento es la puesta en marcha en Navarra de una nueva tipología de vivienda en régimen de cesión de uso. A medio camino entre la propiedad y el alquiler, este régimen de vivienda lleva décadas funcionando con éxito en Dinamarca, donde atiende cerca de un tercio de la demanda de vivienda. Pero para regular su existencia en Navarra, Laparra cuenta con una legislación más próxima y reciente: la ley de Vivienda que aprobó el año pasado el Parlamento vasco, impulsada por los socialistas y que contó con el rechazo tanto del PNV, en el Gobierno autonómico, como del PP, en el Gobierno estatal. Y que actualmente continúa vigente.

La ley vasca contempla expresamente la creación de cooperativas de usuarios de viviendas en régimen de cesión de uso. Estas cooperativas compran el suelo, que puede ser público o privado, y lo pagan a través de un canon anual que ofrece al vendedor una rentabilidad media del 7% anual. Los cooperativistas deben pagar una cuota inicial cuyo importe varía en función de cuánto se repercuta en ella el coste del suelo, pero que suele ser el equivalente a lo que se paga por la entrada de una vivienda en propiedad, entre 20.000 y 30.000 euros. Con las viviendas construidas, los usuarios podrán vivir en ellas por tiempo indefinido, pagando al mes una cuota con la que la cooperativa hace frente al pago de las obras y el mantenimiento del inmueble. Estas cuotas pueden ser de hasta 500 euros.

Los cooperativistas no son los propietarios de las viviendas, y por ello no pueden revenderlas ni realquilarlas, pero tienen el derecho de uso del inmueble por tiempo indefinido. No necesitan hipotecarse para pagar el precio total del inmueble, ya que pagan dicho precio a través de esas cuotas mensuales. Si en un momento dado deciden abandonar la vivienda, la cooperativa les devuelve la cuota inicial que desembolsaron. Si continúan viviendo en el inmueble, pueden transmitir en herencia su derecho de uso cuando fallezcan.

Reforzar el alquiler social

Reforzar el alquiler socialEl segundo gran eje de la política de vivienda del nuevo Gobierno foral será potenciar el alquiler social. El precio de este tipo de alquiler, ha recordado Laparra, “ha subido un 46% más que el IPC en los últimos 15 años”, por lo que se trata de una opción por la que apenas optan los navarros que quieren acceder a una vivienda. Para dar la vuelta a esta situación, el Gobierno que preside Uxue Barkos recuperará las subvenciones para la promoción en arrendamiento, de forma que puedan beneficiar tanto a promotores como a usuarios.

Según sus cálculos, entre las 500 viviendas que Nasuvinsa prevé construir en los próximos cinco años y el parque programado por entidades locales y promotores privados, Navarra podría contar en el próximo lustro con más de 1.000 viviendas en régimen de alquiler social. El vicepresidente ha anunciado su intención de rebajar los precios del alquiler social de acuerdo con la asociación de promotores y constructores, “para hacerlo, a ser posible, de forma consensuada y pactada”, ha dicho.

Sin embargo, hay pocas posibilidades de que su anuncio de fomentar el régimen de alquiler social y de introducir el nuevo régimen de viviendas en cesión de uso sea recibido con buenos ojos por el sector de la promoción y la construcción en Navarra. En Euskadi, al menos, constructores y promotores expresaron su temor ante la posibilidad de que la Administración cediese suelo en condiciones ventajosas sólo para las cooperativas de cesión de uso o para las promociones de alquiler social, reduciendo con ello la capacidad de negocio de constructores y promotores. Laparra, no obstante, se ha mostrado realista en cuanto al panorama de la vivienda libre y protegida en Navarra. “Sigue habiendo un volumen importante de VPO sin vender, que poco a poco se va reduciendo, pero sigue en un volumen importante de unas 700 viviendas”, ha reconocido.

“Hacen falta nuevos instrumentos institucionales” para la puesta en marcha de una nueva política de vivienda en la Comunidad foral, ha recalcado Laparra. En este sentido, ha defendido la creación de un Consejo Navarro para la Vivienda y la ampliación de funciones de la actual oficina para que no se quede solamente en la mediación hipotecaria y pueda constituirse como un organismo de orientación inmobiliaria. El plan de vivienda en el que trabaja su departamento estará listo para el año que viene, expresa el vicepresidente.

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